El sol y el calor elevan el riesgo de incendios el verano, pero así es como una tormenta también supone un peligro para que nuestros bosques ardan.

Las altas temperaturas, la falta de lluvias, el caluroso viento, una primavera húmeda o el aumento de las actividades al aire libre.

Un reciente estudio señala que los grandes incendios forestales pueden liberar el carbono que los bosques habían capturado previamente.

Las condiciones meteorológicas de los últimos meses hacen prever un verano muy intenso y con importantes riesgos de incendio.

Galicia ha prohibido desde este lunes las quemas agrícolas y forestales “debido a las condiciones meteorológicas”.

La falta de lluvias, el fuerte viento y unas temperaturas muy altas para el comienzo del otoño influyeron en los trágicos fuegos acaecidos en Galicia el pasado otoño.