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sus mejores galas en Navidad. La lluvia, tan propia de estos húmedos norteños, nos dejo un ratín disfrutar de ella. El que quiera venir a visitarla, podrá ver las mejores vidrieras del gótico, la mejor obra pictórica del románico, las terceras murallas más largas de España, el Palacio de Botines, una de las cuatro obras que tiene Gaudí fuera de Cataluña (otras dos las encontramos en Astorga), museos que nos hablan de las guerras cántabro-asturicas, de reconquistas, de leyendas, o de genios como Vela Zanetti, burgalés que se hizo leonés. A cada paso un trozo de la historia de España, de Portugal, de Europa, como el mercado de la plaza mayor, el más antiguo de España. El Cid vivió en ella, aún queda en pie el palacio de los Guzmanes (el de la gesta de Tarifa), de los Condes de Luna, linajes tan viejos que se pierden en los mismos astures. Y por aquí las tapas, además de un arte como en toda España, son gratis. Pues somos de comer bien los leoneses, nos gusta la calidad y la cantidad, y no pagar más de lo justo por ello. Y siempre, por tradición, hemos tratado muy bien al viajero. Entre los 810 y los 1010 metros se encuentra esta ciudad y su alfoz, a los pies de la cordillera, y a 120 km del Cantábrico, que bien vale una visita, y más aún, para los que en ella, y en este viejo pero vibrante Reino, tal vez sin saberlo, tengan sus olvidadas raíces. Que os presten!