Fotos

la cuneta. Estamos en los dominios del río Pirón, zona también de un cuantioso y buen románico, que se ha dado en llamar el “Románico Rural del Pirón”, del que Tenzuela no se queda al margen, aportando al conjunto de iglesias de este estilo, la suya bajo la advocación de San Miguel. Lo más destacado del templo, sin ninguna duda, es su galería porticada de cinco vanos. Estos pórticos son lo más llamativo del románico castellano y servían para todo tipo de actos públicos, además de cómo cementerio y lugar de refugio. De unos años a esta parte se ha procedido a restaurar y recomponer muchas de estas galerías, que se fueron perdiendo con el devenir de los años. Es el caso de la de Tenzuela. Al margen de su iglesia, Tenzuela ofrece al visitante curiosos rincones, un entorno de casas de piedra y madera en armonía unas con otras y sobre todo mucha paz. A unos 100 km. de Madrid se convierte en refugio para aquellos que buscan un ambiente tranquilo y sosegado, en mitad del campo castellano. De mi experiencia personal os describo una escena que quedó grabada en mi retina, no así en la tarjeta de memoria de mi cámara: un paseo al caer la tarde por la carretera poco transitada en dirección al vecino pueblo de Santo Domingo de Pirón, con el sol ya a punto de esconderse bajo el horizonte, con una sinfonía de color rojo inundando todo y con el único sonido de alguna esquila (pequeño cencerro en forma de campana) de alguna oveja que pastaban en los prados cercanos. Lástima de cámara, o a lo mejor no. Por último y ya que nuestro buen amigo Manolo de Granada, me lo preguntaba en uno de mis últimos reportajes, os asomo un par de imágenes del llamado “tejado segoviano”, caracterizado por incorporar solo una fila de tejas, sin el cierre de otra. La primera vez que se ve un tejado de este tipo, surge la típica pregunta. ¿Y no salen goteras? Pues no, al menos, como en todos, hasta que no se mueven o se rompen. Espero que sea de vuestro agrado.