8 trucos para reducir tu huella de carbono al viajar

Tenemos un bello mundo que descubrir y por ello debemos preservarlo reduciendo nuestra huella de carbono al viajar

David Escribano

David Escribano

El carácter nómada inherente al ser humano hace que viajar sea uno de nuestros ocios favoritos. Sin embargo, debido al precario estado de salud de nuestro planeta, es conveniente que intentemos reducir nuestra huella de carbono al viajar.

Hace poco, los medios de comunicación celebraban la noticia de la venida al mundo de la persona número 8.000 millones. La superpoblación, unida al desarrollo industrial global, están sometiendo a una presión insoportable a un planeta Tierra que se ha deteriorado considerablemente durante los dos últimos siglos.

Además, con una clase media cada vez más numerosa y la aparición de los viajes low cost, realizar escapadas está, hoy en día, al alcance de muchos millones de personas. Si queremos disfrutar de los bellos rincones que nos ofrece nuestro mundo, debemos intentar conservarlos.

Estos son algunos trucos para reducir nuestra huella de carbono cuando viajamos.

1. Volar sólo cuando sean viajes largos y sin escalas

Compensar el CO2 de los billetes de avion
Compensar el CO2 de los billetes de avión. Fuente imagen: Pixabay

La mayor parte de las emisiones de carbono de un avión se realizan durante las maniobras de despegue y aterrizaje.

Por esta razón, si hablamos de un viaje de menos de 2-3 horas de duración, podemos reducir drásticamente nuestra huella de carbono buscando medios de viaje alternativos (como autobús, tren o viaje compartido en coche).

En el caso de no tener otra opción más que volar, siempre será mejor hacerlo con viajes sin escalas.

2. Llevar un equipaje ligero y reutilizable

maleta sostenible
Fuente: Pixabay

Sea cual sea el medio de transporte que utilicemos, cuanto más pese el equipaje que llevamos con nosotros, más combustible se requerirá para desplazarnos. Si queremos reducir nuestra huella de carbono al viajar, nunca debemos meter en la maleta más de lo que necesitamos.

Por otro lado, llevar artículos de un sólo uso durante tus vacaciones también contribuye al desperdicio. Por eso hay que planear la maleta de una manera inteligente y concienzuda.

Podemos llevar botellas de agua reutilizables; debemos quitar los envoltorios reciclables de los objetos que los tengan; hacer la colada en el destino; o llevar objetos multiusos (como unas chanclas de trekking que puedan servir para hacer senderismo e ir a la playa).

3. Caminar, ir en bici y usar transporte público en nuestro destino

reducir huella de carbono al viajar
Fuente imagen: David Escribano

Otra forma de reducir nuestra huella de carbono al viajar es intentando consumir el menor combustible posible una vez nos hallamos en nuestro destino.

Caminando o yendo en bicicleta, no sólo contribuiremos a aliviar la salud de la Tierra, sino que además mejoraremos la nuestra y reduciremos nuestro estrés.

En caso de tener que cubrir distancias más largas, siempre será mejor recurrir al transporte público o, como mínimo, a servicios de taxi compartido.

4. Comer como la gente local

envases comida para llevar
Fuente: Pixabay

Desde vino hasta queso; desde café hasta verduras y frutas. Al llegar a un destino, debemos saber cuáles son las comidas y bebidas habituales del lugar, y cuáles de ellas están disponibles en la temporada que viajamos.

Al consumir estos productos en lugar de cualquier cosa importada, estaremos apoyando la economía local de los agricultores y eliminando la distancia que deben recorrer nuestros alimentos.

Además, saborear la gastronomía local de cualquier destino forma parte del aprendizaje cultural de cualquier viaje.

5. Alojarnos en hoteles sostenibles, una forma importantes de reducir la huella de carbono

Hoteles sostenibles, Fuente: Expedia
Pakasai Resort, Thailand

Según una iniciativa por la que se mide la huella de carbono de los hoteles, las emisiones de dióxido de carbono para una habitación media, por noche, es de unos 34 kg.

Los hoteles que cuentan con programas de sostenibilidad suelen reducir esta cantidad a unos 6-7 kg. Para ello, entre otras medidas, utilizan energías renovables, reciclan los deshechos y emplean productos de limpieza que son respetuosos con el medioambiente.

Debemos tener en cuenta estas diferencias entre hoteles a la hora de reservar uno para nuestras vacaciones.

6. Ser “verdes” durante nuestra estancia en el hotel

Hoteles sostenibles, Fuente: Expedia
Habitat Suites, Austin, Hoteles sostenibles, Fuente: Expedia

Pero ya que elegimos un hotel sostenible, nuestro compromiso durante la estancia no puede quedarse atrás.

Algunas cosas que podemos hacer son: dejar el cartel de “No molestar” puesto durante nuestra estancia (para evitar que se consuman más productos de limpieza cuando no sea necesario); colgar las toallas de nuevo (para que no las laven a diario); no consumir, o tirar, panfletos o mapas de papel de la recepción; y ser cuidadosos con el consumo de agua y luz (como si fuéramos nosotros los que fuéramos a pagar las facturas).

7. Ser considerado con los recursos naturales locales

Reducir la huella de carbono al viajar
Fuente imagen: Pixabay

A menudo queremos viajar para alejarnos de todo, pero esa mentalidad vacacional no debe ser una carta blanca para ignorar cómo nuestra visita impacta a la gente local y al medio ambiente.

Por ejemplo, si viajamos a un lugar que está experimentando una sequía severa, nunca deberemos hacer cosas como ducharse dos veces al día, dejar el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes y dormir con sábanas recién lavadas todas las noches.

8. Comprobar que estamos comprando regalos producidos localmente no sólo ayuda a reducir la huella de carbono

reducir huella de carbono al viajar
Fuente imagen: Pixabay

Si tras nuestro viaje, tenemos la necesidad de regresar a casa con algún recuerdo que nos recuerde las magníficas experiencias vividas en él, siempre será mejor asegurarnos de que son productos locales auténticos.

Debemos evitar la ropa fabricada en masa y las baratijas de plástico que tuvieron que viajar desde casi tan lejos como lo hicimos nosotros.

Lo ideal será comprar directamente a los artesanos locales. Los artículos hechos a mano y hechos localmente no sólo son mejores para el medio ambiente y la economía regional, sino que también son regalos mucho más ingeniosos y auténticos.