Arrancan un gusano vivo del cerebro de una mujer en Australia

Nunca antes había sucedido ni en el ámbito humano ni en el mundo animal

Redacción

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Una excepcional situación médica ha salido a la luz recientemente en Australia. Allí, una mujer de 64 años ha sido sometida a una intervención quirúrgica poco común en el Hospital de Canberra, en Nueva Gales del Sur. El cerebro de esta paciente albergaba un gusano vivo de aproximadamente 8 centímetros de longitud.

Este singular caso marca un hito médico. Y es que es la primera vez que se ha documentado la extracción de un gusano parásito de la especie Ophidascaris del cerebro de un ser humano. Este también es conocido como tiña parásita.

Así mismo, se trata del primer caso de este tipo que involucra el cerebro de cualquier especie de mamífero en el mundo.

Por lo general, estas larvas de gusanos redondos se encuentran en pequeños mamíferos y marsupiales. Estos animales suelen ser presas de pitones, cuyo ciclo de vida depende de consumir a estos animales.

gusano vivo cerebro
La teoría es que las serpientes podrían haber eliminado los huevos del gusano redondo (Ophidascaris robertsi) a través de sus heces.
Fuente imagen: Pixabay

¿Cómo ha podido llegar un gusano vivo al cerebro de un ser humano?

Se cree que la paciente pudo haber contraído el parásito después de entrar en contacto con hojas de Warrigal mientras las recolectaba para preparar alimentos.

Los especialistas médicos sugieren que el origen de esta infección reside en la proximidad de la paciente a un lago en el que crece el pasto nativo Warrigal y donde habitan las pitones alfombradas, portadoras de este parásito.

La teoría es que las serpientes podrían haber eliminado los huevos del gusano redondo (Ophidascaris robertsi) a través de sus heces. Posteriormente, estos habrían llegado a la paciente al tocar la hierba o al consumir las hojas.

Un año para detectarlo

Los síntomas iniciales que la mujer experimentó en enero de 2021 incluyeron dolor abdominal, diarrea, tos seca, fiebre y sudores nocturnos. Sin embargo, el diagnóstico preciso resultó complicado debido a la rareza del caso.

Fue un año después, en 2022, cuando la paciente comenzó a experimentar cambios sutiles en su memoria y procesamiento del pensamiento. Esto llevó a una resonancia magnética cerebral que reveló una lesión inusual en el lóbulo frontal derecho de su cerebro.

Este hecho fue finalmente lo que condujo al descubrimiento del gusano. Tras la exitosa extracción del parásito, la paciente se encuentra en proceso de recuperación bajo la constante supervisión médica.