Auroras boreales rosas: ¿cómo se forman?

Markus Varik, un guía local de las auroras boreales, pudo observar el fenómeno el pasado 3 de noviembre.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

El pasado 3 de noviembre, los cielos de Noruega se tiñeron de un color poco habitual cuando aparecieron sus típicas auroras boreales. Y es que estas eran… ¡¡rosas!! Es algo que resulta sorprendente porque, generalmente, son verdes. Así que, ¿qué fue lo que lo provocó?

La inusual aparición de auroras boreales rosas en Noruega

Markus Varik, un guía local de las auroras boreales, pudo observar el fenómeno y lo ha comentado para diferentes medios de habla inglesa. Según cuenta, las auroras boreales rosas fueron visibles durante apenas un par de minutos.

No era la primera vez, sin embargo. Ya las había observado hace más de una década, cuando guiaba a otros grupos. En esta ocasión, por lo que explica, la aurora fue muy intensa. No había visto nada similar a pesar de la gran cantidad de auroras que ha visto.

Es necesario tener en cuenta el contexto para que sucediese este fenómeno tan llamativo. Una tormenta solar estaba afectando a nuestro planeta, y el campo magnético, naturalmente, se debilitó, permitiendo que las partículas solares se adentrasen más en la atmósfera.

Fuente imagen: Markus Varik

En condiciones normales, las auroras suelen tener lugar a una altura de entre 100 y 300 kilómetros sobre la superficie del planeta. Allí, las partículas de oxígeno, al interactuar con las del viento solar, emiten un tono verde.

El campo magnético impide que esas partículas puedan descender más. La tormenta solar permitió que, brevemente, sí fuese posible. Llegaron a adentrarse por debajo de los 100 kilómetros. A esa altura, la atmósfera tiene una mayor cantidad de nitrógeno.

Cuando se excita (al interactuar con las partículas solares) brilla con un tono rosado, en lugar del familiar tono verde que podemos observar con el oxígeno. El resultado es una aurora que brilla con tonos rosados y morados.

¿Cuáles son los colores más comunes?

Un aspecto interesante es que, además, esos tonos rosados y morados son mucho más intensos, a simple vista, que los de las auroras normales. En las imágenes que podemos ver, a menudo observamos auroras con unos tonos verdes muy intensos.

En realidad, el ojo humano no percibe una cantidad de brillo tan grande en esas auroras. Son mucho más tenues en comparación a lo que nos muestra una cámara. No sucede así con las auroras de tonos rosados, que tienen un brillo mucho más similar.

Sin duda, el verde es el color más habitual, provocado por la excitación del oxígeno a una altura de entre 100 y 300 kilómetros. Hay otros, como el rosa y el rojo oscuro. Ambos son producto de la excitación del nitrógeno por debajo de los 100 kilómetros.

auroras boreales rosas
Fuente imagen: Pixabay

El rojo puede aparecer, también, a mucha más altura. Lo produce el oxígeno a entre 300 y 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. El azul y el morado también son colores que pueden aparecer en las auroras boreales.

Se deben, respectivamente, a la excitación del hidrógeno y el helio. Si bien es cierto que, por lo general, son dos colores que resultan difíciles de observar en el firmamento nocturno. Mención aparte merece el blanco que se puede observar en algunas imágenes.

No hay ningún elemento que produzca este color. En su lugar, suele tratarse de tonos rosados muy pálidos, que una cámara puede registrar en tonos que nos parecen mucho más cercanos al blanco. En definitiva, las auroras pueden tener tonos muy diferentes.

¿Cuándo comienza la temporada de auroras? ¿dónde podemos verlas?

Las auroras boreales tienen lugar en (o cerca) del círculo polar ártico y sólo son visibles durante la noche. Así que nos delimita la temporada de observación bastante bien. En términos generales, podemos esperar ver auroras entre septiembre y marzo.

Entre esas fechas, el cielo es lo suficientemente oscuro como para que las auroras puedan ser visibles. Entre marzo y septiembre no podemos observarlas porque el brillo del cielo es muy intenso durante las 24 horas.

Fuente imagen: Markus Varik

De septiembre a marzo, sin embargo, tenemos noches cada vez más largas. En algunos lugares, la oscuridad está presente durante casi las 24 horas, por lo que es mucho más fácil que podamos encontrarnos con una aurora en el firmamento.

Eso sí, no es aconsejable viajar a un lugar (como las Islas Svalbard, un destino muy habitual) con la única intención de observar las auroras boreales. Aunque son un espectáculo, está sujeto a muchas variables. Desde la actividad del Sol hasta la meteorología local.

Es posible que las condiciones sean las apropiadas para que veamos una aurora y, sin embargo, un cielo encapotado y la lluvia nos lo impidan. O que el cielo esté completamente despejado y no haya tormenta solar alguna para facilitar ver esas auroras.

Lo que sí está claro es que todas las personas que han visto una aurora boreal coinciden en su opinión. Es un fenómeno natural que hay que observar al menos una vez en la vida. El baile de las luces sobre nuestras cabezas es algo difícil de olvidar.

Fuente imagen destacada: Markus Varik