Viaje a las «Puertas del Infierno»: el cráter de Darvazá

¿Existen las Puertas del Infierno en nuestro planeta? Para presenciarlas tenemos que viajar a Turkmenistán y su cráter de Darvazá

David Escribano

David Escribano

Una de las principales razones por las que la gente visita Turkmenistán es para poder admirar de cerca el cráter de Darvazá, que ha sido bautizado por extranjeros y locales con el apelativo de las “Puertas del Infierno”.

El lugar es prácticamente una parada obligatoria para todos aquellos viajeros que se aventuran a explorar una de las rutas más antiguas y atractivas de nuestro planeta: la Ruta de la Seda. El cráter de Darvazá fascina y atemoriza a partes iguales. Por algo es la puerta al inframundo. Pero, ¿qué es y cómo se formó este misterioso lugar?

Cómo se formó el cráter de Darvazá

Fuente imagen: Unsplash

El cráter de Darvazá, como podemos suponer, no es realmente la puerta a aquello que muchas religiones llaman Infierno. En realidad, no es más que el resultado de un error científico.

En 1971, un grupo de geólogos soviéticos se adentraron en el desierto de Karakum para buscar posibles yacimientos de petróleo. En una de sus excavaciones, en lugar de alcanzar un pozo del oro negro, perforaron un depósito natural de gas. El suelo colapsó, engullendo todo el equipo que los científicos llevaban con ellos.

Tras el incidente, los geólogos temieron que el gas metano que emanaba de ese nuevo cráter artificial pudiera contaminar el aire y afectar a las poblaciones cercanas. Para evitar que esto sucediera, decidieron prender fuego al gas, pensando que las reservas del mismo se agotarían en unas semanas.

Sin embargo, ese agujero de 69 metros de diámetro y 30 metros de profundidad lleva en llamas más de cinco décadas. En el año 2010, el presidente de Turkmenistán pensó en sellar el cráter, pero finalmente acabó formando parte, a partir de 2013, de una reserva natural protegida.

Hoy en día, es uno de los principales atractivos turísticos de un país que recibe poco más de unas decenas de miles de turistas al año.

Cómo llegar al cráter de Darvazá

La Puerta del Infierno de Turkmenistán se encuentra en pleno desierto de Karakum, una tierra árida y yerma que ocupa casi 285.000 kilómetros cuadrados de esta región de Asia Central. No en vano, es el décimo desierto más grande del mundo.

Para llegar al cráter, lo más habitual es apuntarse a uno de los tours que organizan las agencias turísticas de las dos ciudades cercanas más importantes: Ashgabat, capital del país, y Dashoguz, la mayor urbe del norte de Turkmenistán antes de entrar a Uzbekistán.

La distancia desde la capital es de unos 270 km, mientras que son 335 los kilómetros que separan al fuego imperecedero de Dashoguz. Los viajeros independientes también pueden llegar al lugar por su cuenta, pero es una aventura algo más complicada.

Hay autobuses diarios que parten tanto de Ashgabat como de Dashoguz y pasan por la población de Darvazá. Sin embargo, de la parada de la villa al cráter hay que caminar unos 7 km por un terreno complicado. Muchos lugareños ofrecen servicios de taxi desde la estación al cráter.

Además, hay que tener en cuenta que no es sencillo volver a encontrar la carretera en la noche – cuando es más bello observar el espectáculo – porque el desierto presenta una oscuridad total.

Dónde dormir para ver el cráter de Darvazá

No existen hoteles u hostales cerca del cráter, pero sí que se han levantado algunas yurtas que son utilizadas por las agencias turísticas nacionales.

La mayoría de los visitantes extranjeros duermen en ellas y está bien equipadas para no pasar frío en las noches en el desierto. Sin embargo, aquí se puede realizar acampada libre, y los viajeros que llegan al cráter por sus propios medios plantan sus tiendas y utilizan los baños comunes que hay en la zona.

Otra opción es quedarse en la villa de Darvazá, donde alquilan habitaciones por unos 10 € por noche. Los mismos anfitriones ofrecen servicio de traslado al cráter.

Cómo es la experiencia de visitar el cráter de Darvazá

Resulta curioso que las autoridades de Turkmenistán apenas promocionen el cráter de Darvazá con fines turísticos. Sin embargo, sí que lo hacen con otros lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como Marv, Nisa y Kunya Urgench.

Aun así, la posibilidad de ver la Puerta del Infierno es lo que más viajeros atrae al país. Durante el día, el lugar llama la atención, pero realmente es por la noche cuando refleja la verdadera magnitud de su esplendor.

Observar los fuegos perennes del cráter de Darvazá es algo realmente hipnotizador. Esas llamas tienen algo que hace que no podamos apartar la vista de ese espectáculo ni por un segundo.

Recorrer todo el perímetro del socavón lleva unos diez minutos, pero la gente suele tomarse mucho más tiempo. Al menos, hasta que el calor y los gases comienzan a convertir la experiencia en algo menos placentera.

Sin embargo, al dormir a unos cientos de metros de las llamas, podremos regresar a contemplarlas cuantas veces queramos durante la noche.

Cuándo se extinguirán las llamas de la Puerta del Infierno

Además de la fascinación estética, este fenómeno creado por un mal cálculo del hombre también atrae a la gente por el hecho de no saber cuándo va a desaparecer.

Nadie sabe a ciencia cierta qué cantidad de gas queda aún por arder. Podría seguir en combustión durante otro siglo o apagarse la semana que viene. Este hecho no hace más que añadir misterio y magnetismo a uno de los lugares más curiosos de nuestro planeta.