El calor o la calor: ¿cómo se dice?

Javier Vegas

Javier Vegas

¿El calor o la calor? Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando llega el verano, y es que seguro que en multitud de ocasiones hemos oído a la gente afirmar que «hace mucha calor». Pero, ¿está mal dicho?

¿De dónde viene la expresión «tengo calor»?

Es muy típico usar el verbo tener junto con calor, sin embargo, estamos expresando que poseemos algo o que una sustancia entra en nuestro cuerpo. Precisamente, a finales del siglo XVIII los científicos creían que el calor era una sustancia sin peso y que pasaba de un cuerpo a otro.

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Sin embargo, actualmente nos cuesta aceptar que el calor no existe como tal, al no ser una sustancia. Sólo es un proceso que transmite energía de un cuerpo a otro, con el efecto de aumentar la temperatura.

Dicho esto, según la RAE calor es una «sensación que se experimenta ante una elevada temperatura». Como calor es un sustantivo masculino, tanto los artículos y adjetivos que lo acompañen deben estar también este género gramatical.

Por lo tanto, cuando decimos «la calor» o » mucha calor» esa concordancia pierde sentido al mezclar el masculino con el femenino.

Por ejemplo, no habría que decir:

-Estos días hace mucha calor en la playa.

Estaría bien dicho:

-El calor intenso de estos meses me está agotando.

La expresión “la calor” es un arcaísmo de la lengua española, con origen en la Edad Media. Aunque es habitual escucharlo en zonas de América o en Andalucía, su uso es coloquial, por lo que es más apropiado utilizar «el calor».

Algunos autores de referencia también dan su versión sobre si se dice el calor o la calor. Por ejemplo, el lingüista y catedrático Manuel Casado Velarde, afirma que la calor es vulgar. Por su parte, María Moliner, filóloga y lexicógrafa dice que el uso como femenino de calor es rústico o arcaico.

Según José Martínez de Sousa, bibliólogo, lexicógrafo y ortotipógrafo, asegura que el género de calor es voz masculina en todas sus acepciones. La forma femenina, «la calor» que está reconocida por la Real Academia Española, en esta acepción, reconoce que es rústica actualmente.

Por lo tanto, aunque en algunas culturas y regiones se sigue utilizando de forma coloquial «la calor», lo más correcto es utilizar el calor en género masculino.

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