¿Hay que aplastar las latas para mejorar su reciclaje? ¿Sí o no?

La mejor opción es reciclar las latas sin aplastarlas aunque ocupen más espacio y te explicamos los motivos

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Cada vez que se consume la bebida de una lata, se pone en marcha una cadena de gestión de residuos y reciclaje con la que se contribuye a reducir el uso de recursos y el impacto ambiental de su fabricación. 

Muchas personas aplastan las latas de bebida antes de arrojarlas al contenedor amarillo. Una acción habitual en muchas familias y grupos de amigos, especialmente cuando se consumen muchas latas, con el fin de que ocupen menos en las bolsas de basura.

Sin embargo, ¿hay que aplastar las latas para mejorar su reciclaje? La respuesta quizá te sorprenda.

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Fuente de imagen: Pixabay

Beneficios de aplastar las latas para su reciclaje 

Aplastar las latas para su reciclaje tiene múltiples beneficios tanto para el usuario como para los gestores. Por un lado, se facilita la acumulación de los envases al ocupar menos volumen y espacio. Y por tanto, también su transporte.

Por otro lado, una mayoría de sistemas de reciclaje utilizan la compactación como metodología de transporte. De este modo, las latas van a ser aplastadas sí o sí, lo haga el usuario antes o no. 

Se estima que cada español consume una media de 190 latas de bebidas al año de las que el 57% son latas de cerveza y 38% latas de refresco

Y las latas aplastadas se compactan mejor y creando bloques más homogéneos que facilitan su transformación en nuevos productos. 

«Para el proceso de preparación para su reciclaje, el hecho de que la lata llegue aplastada o no es indiferente, dado que las máquinas de la planta de tratamiento ya realizarán automáticamente ese proceso. Sin embargo, a la hora de depositar la lata en el cubo de basura que en casa destinamos a envases domésticos, si la aplastamos conseguiremos una mayor cantidad de latas antes de llevarlas al contenedor destinado a este flujo de residuos. Del mismo modo, dicho contenedor podrá albergar una mayor cantidad de latas, lo que supondrá un mayor aprovechamiento de dicho contenedor para su posterior traslado a la planta de reciclaje», apuntan desde la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje

Se estima que cada español consume una media de 190 latas de bebidas al año de las que el 57% son latas de cerveza y 38% latas de refresco, según datos de la asociación Metal Packaging Europe. De todas ellas, dos de cada tres latas se reciclan. 

Perjuicios de aplastar las latas de bebidas 

No obstante, aplastar las latas de bebidas también puede resultar perjudicial para los procedimientos de reciclaje de este tipo de envases. Según algunos expertos y entidades, aplastar las latas puede dificultar su gestión y clasificación en algunas plantas de reciclaje aunque los sistemas actuales ya han eliminado estas limitaciones.

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Fuente de imagen: Pixabay

Además, al ser más pequeñas y tener un menor volumen, también se aumenta el riesgo de que se contaminen o se pierdan en el proceso. Aunque hay que tener en cuenta que sistemas de reciclaje de flujo único, como ocurre en los contenedores amarillos, están mejor equipados para tratar adecuadamente las latas aplastadas. 

Por contra, en otros sistemas en los que los usuarios clasifican los residuos por tipos, aplastar las latas de bebida es más complejo para el correcto funcionamiento.  Del mismo modo, hay que tener en cuenta que una lata aplastada no suele lavarse antes de aplastarse por lo que puede acumular restos alimentarios.

Sin embargo, actualmente la innovación de la industria del reciclaje ha conseguido solucionar todas estas cuestiones. «Durante su tratamiento hay una fase en la que las latas se empaquetan para optimizar su transporte y para que ocupen menos espacio. Por tanto, aplastar la lata no dificulta ni su tratamiento ni su reciclaje», recalcan desde FER.

De todos modos, aplastadas o no, con la suma de pequeñas acciones de todos, se puede reducir de forma notable la contaminación, el uso de recursos favoreciendo el reciclaje.

«Es muy importante que el ciudadano sepa que, por sus propiedades, los metales tienen la capacidad de poder ser reciclados prácticamente de forma infinita, por lo que es sumamente importante esa separación de los residuos en origen para que entre todos podamos contribuir al máximo aprovechamiento de todos los materiales al final de su vida útil, participando de ese modelo de economía circular basado en un desarrollo sostenible», concluyen desde la federación.