La ‘medusa de la muerte’ cierra una playa de Alicante

La playa de San Juan de Alicante ha sido cerrada tras una plaga de medusas muy venenosas denominadas ‘carabelas portuguesas’.

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La playa de San Juan de Alicante ha sido cerrada tras una plaga de medusas muy venenosas denominadas ‘carabelas portuguesas’

VÍDEO: LAS MEDUSAS MÁS FRECUENTES EN ESPAÑA

La playa de San Juan de Alicante ha izado la bandera roja durante estos días tras aparecer varios ejemplares de carabela portuguesa en la orilla. Se trata de una especie de medusa -en realidad es un hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae (no exactamente una medusa)-, especialmente venenosa para los humanos.

Su picadura, además de producir el clásico quemazón en la piel, puede provocar vómitos, mareos y, en personas con problemas cardiovasculares podría a generar hasta parada cardíaca. De ahí que este animal haya sido bautizado como «la medusa de la muerte».

Ha sido la Policía Local la que ha informado a los bañistas de la Playa de San Juan que no debían meterse en el agua debido a la presencia de este animal. La playa estaba más frecuentada de lo habitual, debido a las altas temperaturas que está experimentando Alicante en los últimos días.

Sin embargo, no es en la única playa en la que se han encontrado. En Alicante, ya se ha notificado la presencia de carabelas portuguesas en Arenales y Benidorm.

También, durante el mes de marzo y abril se han hallado este tipo de medusas en varias zonas del sur y este peninsular, arrastradas por el viento de poniente. En las playas de Málaga, Granada, Cádiz, Ceuta, Murcia e Ibiza han sido encontradas ejemplares sueltos por la costa.

Han llegado ejemplares de carabela portuguesa también a las playas de Málaga, Granada, Cádiz, Ceuta, Murcia e Ibiza

¿Por qué es tan venenosa la carabela portuguesa?

La carabela portugesa tiene un color fluorencente, por lo que distinguirla es relativamente sencillo. Se caracteriza por su color violáceo y su vela llena de gas. Son más frecuentes en la costa gallega y en el Cantábrico, aunque también tienen presencia en el Mediterráneo.

Sus tentáculos, que pueden medir hasta 30 centímetros, tienen una gran concentración de nematocistos, provocando sus picaduras un fuerte dolor.

Son capaces de paralizar peces con su picadura, pero en humanos se han dado casos de shock neurogénico. Pueden llegar a provocar estos efectos incluso después de muertas.

Los expertos esperan que su presencia baje antes de la llegada del verano.

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