La ONU advierte de un imparable aumento del nivel del mar

El último informe del IPCC deja clara la situación de nuestros océanos y el hielo que cubre la tierra. Aquí tienes los datos.

Mario Picazo

Mario Picazo

Esta semana en la ONU se habla y mucho del último informe presentado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Los datos son rotundos, y dejan clara la situación de nuestros océanos y la del hielo que cubre el planeta. El cambio climático esta alterando profundamente los océanos y las regiones congeladas del mundo. Es una situación que amenaza los muchos ecosistemas de la tierra y pone en riesgo la vida de millones de personas y sus medios de vida.

Para evitar los peores impactos de nuestro alterado clima a lo largo de este siglo, científicos del mundo entero coinciden en que hay que reducir drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero. 

Pasado y futuro de la criosfera y nuestros océanos. Fuente: IPCC

Nuestros océanos llevan tiempo actuando como una gran esponja, absorbiendo calor y dióxido de carbono para regular las temperaturas globales. Ese ritmo al que atmósfera y océanos absorben productos derivados del carbono, no puede mantenerse mucho más tiempo. De mantenerse el actual ritmo, el sistema climático de la tierra acabará desencadenando fenómenos atmosféricos mucho más extremos, con consecuencias devastadoras para la naturaleza y la humanidad. Estamos observando cambios cada vez más bruscos en el clima, y ya están obligando a miles de personas de ciudades costeras, como las de las comunidades remotas del Ártico, a alterar fundamentalmente sus formas de vida.

Para 2100, nuestros océanos serán mucho más cálidos, ácidos y con una capacidad de retener oxígeno menor

Para el 2100, el informe del IPCC proyecta que el océano experimentará unas condiciones sin precedentes. Se volverá más cálido, más ácido y capaz de retener menos oxígeno. Si no adoptamos medidas urgentes y más contundentes para reducir la emisión de gases como el dióxido de carbono que favorecen el cambio climático, la fusión del hielo que cubre la superficie del planeta, podría hacer que el nivel del mar suba cerca de 1 metro. 

Cambios en los ecosistemas terrestres consecuencia del cambio climático. Fuente: IPCC

Los más de 100 científicos de 36 países que han elaborado este informe del IPCC, confirman que las olas de calor oceánicas van a ser más frecuentes. Con ellas, las poblaciones de especies marinas cambiarán y disminuirán, además las corrientes oceánicas se debilitarán haciendo que los fenómenos atmosféricos como los huracanes se extremen más aún. Todos estos cambios, también tendrán un importante impacto sobre la seguridad alimentaria, las economías del mundo y la salud y seguridad públicas.

De las conclusiones más relevantes del informe destacan estos datos:

  • Los océanos del mundo no han parado de calentarse desde 1970, absorbiendo más del 90 por ciento del exceso de energía del sistema climático. La tasa de calentamiento del océano se ha más que duplicado desde 1993.
  • Las olas de calor marinas se han duplicado en frecuencia y se han vuelto más duraderas desde 1982.
  • Las capas superiores de los océanos del mundo ya han perdido un 3.3 por ciento de su oxígeno desde 1970.
  • Las especies marinas que habitan los niveles superiores del océano se han desplazado hacia los polos un promedio de 33 kilómetros por década desde la de 1950.
  • A nivel global, el mar está subiendo 3,66 milímetros al año, 2,5 veces más rápido que los valores registrados en el siglo XX.
  • Groenlandia, Antártida y los glaciares de las montañas del mundo, están perdiendo en la actualidad cerca de 720 mil millones de toneladas de hielo al año.
  • En el Ártico, la media de la capa de hielo y nieve del mes de junio desde 1967, ha disminuido más de la mitad. Desde 1979, también ha disminuido casi un 13 por ciento por década, el mínimo anual de la capa de hielo marino en el Ártico.
El deshielo en el ártico es la principal causa del aumento del nivel del mar, junto con la expansion del agua de nuestros océanos y el deshielo en Antártida.