Las ciudades se están quedando sin mariposas por la sequía y el calor

La presencia de mariposas se ha reducido de forma notable en las ciudades este 2023 debido a la falta de precipitaciones y las altas temperaturas.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Las condiciones ambientales de este 2023 con altas temperaturas y bajas precipitaciones está provocando un descenso en el número de mariposas en las ciudades. Un estudio preliminar del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones (CREAF) detalla que este año la abundancia de mariposas en las ciudades es mucho menor. 

“Este verano de 2023 se están batiendo todos los récords históricos de temperatura. Esto lo sabemos como especie humana de sobras, pero no somos la única afectada”, explican desde esta entidad. 

No obstante, hay que tener en cuenta que estos datos son preliminares y que hasta que no finalice el verano no se podrá hacer una valoración completa. 

Menos mariposas por calor y sequía

Según los expertos, el motivo principal es la sequía acumulada y la falta de agua asociada en zonas ajardinadas. Ambas circunstancias provocan que la vegetación se seque ya sea en entornos urbanos o en áreas afectadas por las escasas precipitaciones.

“Al no llover ni poder regarlas, las plantas acaban secándose y las mariposas se quedan sin alimento disponible. En parques como el de la Maternitat de Barcelona todavía quedan algunas zonas floridas y es evidente que se concentran las pocas mariposas que existen”, explica Yolanda Melero, investigadora del CREAF y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona. 

Otra causa de la falta de mariposas es el intenso calor que se está registrando en este 2023. “El exceso de temperatura disminuye la supervivencia y reproducción y porque algunas especies se marchan a altitudes más elevadas o más al norte para encontrar la vegetación que necesitan. Además, las orugas son más sensibles que las mariposas adultas y pueden morir por deshidratación”, recalcan desde esta entidad. 

“Las mariposas cuando se mueven van procesando la información y son capaces de ver que fuera de las zonas más naturales, como Collserola y Montjuïc, quedan pocos espacios con agua y flores, y se dispersan aún menos hacia el interior de la ciudad. No se arriesgan”, recalca Melero.

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Las mariposas se quedan con menos alimentos a causa de la escasez de agua y la vegetación seca

Cambio de comportamiento de las mariposas

Estas condiciones ambientales propician un cambio de comportamiento de las mariposas para sobrevivir. De este modo, estas especies una vez encuentran zonas más frescas y con sombra apenas se mueven a otros espacios. 

Igualmente, con la acumulación de días calurosos, las mariposas vuelan menos e incluso colocan las alas en el ángulo adecuado para que no les dé el sol directamente.  

“Las mariposas cambian los patrones de movilidad y no llegan o llegan menos a los núcleos urbanos donde la temperatura es aún más acusada por el efecto isla de calor”, detallan desde CREAF. 

En este sentido, hay que recordar que las mariposas son un bioindicador para el estado del medio ambiente ya que su presencia indica un estado óptimo del ecosistema. Por tanto, su reducción denota unas peores condiciones para este tipo de especies y otros artrópodos como abejas o escarabajos e incluso algunos animales vertebrados.