Día de Galicia: los 10 tesoros naturales que alberga «Galifornia»

Los tesoros naturales de Galicia invitan a la ensoñación, el descanso y el amor por el medio ambiente

David Escribano

David Escribano

Al dar una vuelta por los mejores tesoros naturales de Galicia nos damos cuenta de que estamos ante una tierra con la que la madre naturaleza ha sido más que benévola.

Pasaremos por mágicos y densos bosques en los que aún podrían habitar meigas y otros seres únicos; navegaremos por ríos de aguas frescas y cristalinas, y rías pobladas por un marisco que es uno de los orgullos de esta tierra; caminaremos por valles y colinas tapizadas de viñedos y pastos; y nos bañaremos en unas playas de aspecto virgen enmarcadas por acantilados y árboles.

Todo eso, y mucho más, ofrece una Galicia que puede presumir de ser una de las regiones naturales más bellas de nuestro país

1. Islas Cíes

islas Cíes tesoros naturales de Galicia
Fuente imagen: Pixabay

Las islas Cíes son las principales protagonistas del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas.

Se trata de un pequeño archipiélago formado por tres islas, que se encuentra a escasa distancia de navegación del puerto de Vigo.

Aunque las tres ínsulas son bellas, la más visitada es la de Faro, ya que en ella se encuentra el muelle al que llegan los barcos turísticos.

En Faro se encuentra, también, la paradisíaca playa de Rodas, una de las mejores de Europa. Bosques, acantilados y otras magníficas calas completan el paisaje. Para admirarlo todo, no hay mejor plan que ascender hasta el Alto del Príncipe, que regala una panorámica inolvidable.

2. Parque Natural de Fragas do Eume

Bosque Fragas do Eume
Fotografía cedida por David Escribano

Enclavado en el corazón de las Rías Altas, el caudal del bello río Eume da la vida a uno de los mejores, y más ancestrales, bosques atlánticos de ribera que se puede encontrar en Europa.

El Parque Natural de Fragas do Eume se extiende a lo largo de algo más de 9.000 hectáreas, ofreciendo un paisaje protagonizado por el río y un variado bosque en el que se hallan, entre otras especies, robles, abedules, castaños y milenarios helechos.

Hay varias rutas senderistas señalizadas, tanto para explorar la naturaleza como el gran legado patrimonial de la zona, muy bien representado en el monasterio de Caaveiro, lugar de retiro monacal desde el siglo X.

Sin duda, este es uno de los mejores tesoros naturales de Galicia.

3. Parque Natural de las Dunas de Corrubedo y las lagunas de Carregal e Vixán

Este es el parque natural más visitado de Galicia.

La culpa de ello lo tiene su principal protagonista, una duna móvil de más de un kilómetro de extensión y 250 metros de ancho. Se trata de la única, en su especie, que se puede encontrar en toda la extensión del litoral gallego.

Además, la magnífica playa de Corrubedo atrae a los bañistas durante el verano, y las lagunas de Vixán – de agua dulce – y Carregal – de agua salada – hacen lo propio con decenas de especies de aves, creando un auténtico paraíso para los ornitólogos.

4. Parque Natural de Baixa Limia y Serra do Xurés

Casi limitando con Portugal, este es otro de los tesoros naturales de Galicia que ofrece mucho más que bellos paisajes.

En este parque natural se encuentran aguas termales, restos romanos, petroglifos, hórreos, iglesias, conjuntos megalíticos, ermitas y, cómo no, más de una decena de rutas senderistas que permiten conocer todo esto y una naturaleza exuberante en la que aún habita el águila real, una especie en peligro de extinción.

5. La playa de las Catedrales

Tesoros naturales de Galicia playa de las Catedrales

La playa de las Catedrales, en la provincia de Lugo, no es sólo uno de los mejores tesoros naturales de Galicia, sino que está considerada como uno de los mejores arenales del norte de España.

Aquí, las aguas del Cantábrico han ido erosionando, lenta pero impasiblemente, unos acantilados de pizarra a los que han conferido llamativas formas.

Se puede apreciar esta formidable obra de la ingeniería natural, en su total esplendor, cuando la marea baja.

6. Ribeira Sacra y el Cañón del Sil

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Fuente Imagen: Pixabay

Hay pocos lugares de España que sean tan fotogénicos como el Cañón del Sil.

Este magnífico accidente geográfico separa las provincias de Lugo y Ourense. Desde los miradores se observa el precioso meandro que forma las aguas del río Sil, rodeado de montañas y una tupida vegetación para crear una paleta cromática inolvidable.

7. Parque Natural Serra da Enciña da Lastra

Se trata del parque natural más joven de Galicia, ofreciendo un paisaje mediterráneo que es complicado encontrar en otras zonas de la región.

Su nombre deriva de una antigua encina que, según cuenta la leyenda local, solía servir de guía a los viajeros que pasaban por la zona.

Aquí se pueden encontrar encinas, tomillo, lavanda, orégano y hasta 25 especies de orquídeas. Para disfrutar de toda la belleza del parque, nada mejor que visitar sus 9 miradores.

8. Parque Natural de O Invernadeiro

Este es uno de los mejores tesoros naturales de Galicia para desconectar de todo. O Invernadeiro es una zona montañosa situada en la parte meridional del Macizo Central de Ourense.

Presenta picos de más de 1.600 metros de altura y una extensa red de senderos poco transitados, lo que lo convierte en un lugar ideal para sentir la naturaleza de cerca y dejar la vida rutinaria y los problemas atrás.

9. Parque Natural Monte Aloia

Tesoros naturales de Galicia Monte Aloia
Fuente imagen: Pixabay

El decano de los parques naturales gallegos, el de Monte Aloia, se encuentra muy cerca de la población de Tui, en plena Serra do Galiñeiro.

Aquí se puede encontrar un paisaje realmente singular, fruto de una repoblación efectuada un siglo atrás con abetos, cipreses y cedros libaneses.

Más de 10 km de sendas que alcanzan los 700 metros de altura y regalan unas bellísimas vistas sobre el río Sil desde cinco miradores.

10. Estaca de Bares

El punto más septentrional de la península ibérica marca el lugar donde se dividen las aguas del Cantábrico y las del Atlántico. Su antiguo faro aún se erige contras las inclemencias del tiempo, asomándose al borde de unos acantilados de singular belleza.

Además, aquí se puede observar – en especial de septiembre a diciembre – la migración tanto de especies marinas (cetáceos, calderones y delfines) como de aves.