¿Qué pasaría con el clima de la tierra si mañana apagamos el grifo de los gases efecto invernadero?

2014 ha sido el año más cálido en la tierra desde que tenemos registros y la concentración de gases tipo efecto invernadero no deja de aumentar. Pero ¿que pasaría si mañana mismo dejáramos de emitir por completo gases como el dióxido de carbono?

Mario Picazo

Mario Picazo

Ahora que hemos asimilado que 2014 ha sido el año más cálido de la tierra desde 1880, a muchos nos gustaría saber porqué, cómo y en qué medida hemos contribuido los humanos a batir ese récord. ¿Qué ocurrirá en un futuro no muy lejano si seguimos aumentando de manera disparatada las emisiones de gases como el dióxido de carbono o el metano?. Los científicos tienen respuestas cada vez más contundentes, pero aún tenemos nuestras dudas sobre la magnitud de algunos fenómenos y la escala de tiempo en la que ocurrirán. Algunos lectores, amigos, estudiantes o aficionados al mundo de la meteorología me han preguntado más de una vez ¿cómo sería el clima terrestre dentro de unos años si mañana dejáramos de emitir todos los gases efecto invernadero que se encargan de aumentar la temperatura global?.

Evolución de la concentración de CO2 desde 1957 hasta la actualidad. Datos del observatorio Manua Loa, Hawaii, EEUU

En un reciente post ya hablamos de que en 2014, superamos un umbral hace años inimaginable, 400 partes por millón de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Ese gas del que tanto se habla en artículos científicos, prensa o numerosas páginas del informe del IPCC, es el principal responsable del aumento progresivo de la temperatura global de la tierra. Pero si mañana, repentinamente, dejáramos de emitirlo junto con otros de similares características, ¿conseguiríamos volver a vivir las temperaturas que experimentaron nuestros abuelos o bisabuelos? La respuesta es sencilla, NO.

Una vez liberado el CO2 de los millones de toneladas de combustibles fósiles que quemamos cada año, se acumula en atmósfera, océanos, tierra y  plantas y animales que habitan nuestro planeta. Ese dióxido de carbono formará parte de la atmósfera durante miles de años. Básicamente, en una escala de tiempo relevante para los humanos, una vez liberado a la atmósfera, se quedará en ella para siempre salvo que nosotros mismos lo eliminemos.

El deshielo del ártico es una de las principales señales del aumento térmico que ha experimentado la tierra durante las últimas décadas.

Aunque mañana dejáramos de emitir CO2 completamente, no conseguiríamos frenar el aumento térmico dado que hay un retardo entre el aumento de temperatura y la cantidad de CO2 que inyectamos en nuestra atmósfera. Quizá, después de unos 40 años, conseguiríamos estabilizar la temperatura aunque con unos valores muchísimo más elevados a los que estamos acostumbrados hoy. Este retardo está en gran parte relacionado con el tiempo que hace falta para calentar la enorme masa de agua que ocupa la tierra. La energía que retiene el CO2 se encarga de calentar el aire, pero también de fundir hielo de la superficie y de calentar los océanos. Se tarda mucho más en calentar un volumen de agua que de aire, pero una vez calentado el agua de nuestros océanos, ese calor pasa a sumar grados a la temperatura media global.

Predicción del aumento de la temperatura global de diferentes modelos numéricos. Los valores son todos positivos y oscilan entre los 2 y los 5 C.

 

Desde el inicio de la revolución industrial a finales del siglo XIX, las concentraciones de CO2 y la temperatura global han ido aumentando. Cada una de las últimas tres décadas ha sido más cálida que la anterior, incluso más cálida que todo el siglo anterior. Aunque detuviéramos la emisión de CO2 mañana, la temperatura seguiría aumentando debido a lo que los científicos llaman ¨calor comprometido ¨, ese calor potencial que  ya no tiene marcha atrás por todo lo que hemos inyectado en nuestra atmósfera durante los últimos años.

Predicción del aumento de la población global bajo diferentes escenarios de fertilidad.

La realidad es que no podemos dejar de emitir CO2 y otros gases de tipo invernadero mañana. Hemos mejorado en la implementación de energías renovables, pero la población global aumenta sin cesar y como consecuencia también la demanda de energía y la consiguiente emisión de gases que contribuyen al aumento térmico de la tierra. Independiente de cual sea la cifra del aumento, hay muchas razones por las que deberíamos recortar sustancialmente la emisión de gases como dióxido de carbono o el metano. El clima esta cambiando rápidamente, pero si conseguimos que ese ritmo se frene algo, la naturaleza y los humanos nos podremos adaptar con mayor facilidad a futuros escenarios climáticos aunque sean más cálidos que los actuales.