«Súper plantas» para luchar contra el cambio climático

Las súper plantas tienen una vida más corta y se cosechan estacionalmente.

Mario Picazo

Mario Picazo

Plantas y árboles se encargan de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono en nuestro planeta cada día. Son fundamentales para regular el ciclo del carbono y a su vez el clima terrestre.

Por eso, hoy cada vez se hacen más experimentos que generen árboles y cultivos modificados genéticamente y donde se amplifica su función fotosintética. El objetivo es absorber millones de toneladas más de dióxido de carbono del que acumulamos en la atmósfera.

Es lo que hace la empresa biotecnológica climática Living Carbon que se encuentra en San Francisco, California. Maddie Hall, su fundadora y directora, tiene hasta 100 variedades de árboles que han sido modificados (genéticamente hablando) para absorber más dióxido de carbono.

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Fuente imagen: Pixabay

Todo sobre los «árboles madre»

Los llamados «Árboles Madre» sirven para generar más esquejes. Estos son posteriormente estudiados con detalle y se envían a viveros con la idea que llevar a cabo una producción a mayor escala.

La empresa californiana no sólo se dedica a crear especies súper absorbentes de dióxido de carbono. También monitorean el «secuestro de carbono» y venden créditos de eliminación de este compuesto.

Este proyecto, fundado en California en 2019, no es el único de este tipo. En muchos países del mundo ya se experimenta con la modificación genética de plantas. La meta es hacerlas más resistentes y rendir mejor a la vez que absorben una mayor cantidad de dióxido de carbono.

A la lucha contra el cambio climático en todos los frentes se han sumado ya varias empresas como Salk de Estudios Biológicos de San Diego y el Instituto de Genómica Innovadora de Berkeley. Esta última, es un esfuerzo conjunto entre expertos de la Universidad de California Berkeley y la Universidad de California San Francisco.

Aunque todos estos proyectos son relativamente nuevos, los expertos que en ellos trabajan creen que aunque será difícil cuantificar con exactitud las emisiones de gases como el dióxido de carbono en un futuro, todo esfuerzo de este tipo suma.

También hay detractores al proyecto que son de la opinión que invertir millones en este tipo de tecnología no es lo más acertado. Explican que habría que mirar a otras soluciones mucho más rápidas y eficaces en la lucha contra el cambio climático.

Objetivo aumentar la fotosíntesis de las plantas

La idea fundamental de este proyecto es crear una fotosíntesis más eficaz. Básicamente el proceso mediante el cual las plantas usan luz, agua y dióxido de carbono pare generar azúcares que impulsan su crecimiento. El subproducto de este proceso, como muchos ya sabemos, es el oxígeno.

Los árboles de Living Carbon han sido modificados genéticamente para capturar más dióxido de carbono del habitual en condiciones naturales. En un bosque repleto de árboles con estas características, su biomasa leñosa y sus raíces de larga duración actúan como un gran sumidero de carbono extendiendo su función en el tiempo.

Es así como se consigue amplificar su fórmula mágica, eliminando dióxido de carbono de la atmósfera donde actúa como un potente gas de efecto invernadero que a su vez provoca Calentamiento Global y cambio climático.

Ese aumento de la fotosíntesis se consigue haciendo que la fotosíntesis en si sea diferente. Se consigue que la planta absorba oxígeno regularmente y emita algo de dióxido de carbono durante el día. Ese dióxido de carbono extra es el que se canaliza hacia el posterior crecimiento de los árboles.

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Resultados palpables de lo práctico de la técnica de «súper-plantas» empleada

Los estudios realizados por la empresa Californiana mostraba hace sólo unos meses como en un invernadero de cuatro meses de duración, los álamos modificados aumentaron su biomasa entre un 35% y un 53%.

Con esa modificación vegetal se consigue absorber entre un 17%-27% más del dióxido de carbono que contiene el aire.

Según Hall, solo en Estados Unidos, hay cerca de 60 millones de hectáreas de tierra disponible para reforestar. De hacerse con plantas y árboles de estas características se podrían absorber millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.

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Retener el carbono bajo tierra más tiempo fundamental

En el caso de los cultivos de este tipo que absorben más dióxido de carbono el problema se tiene que enfocar de una forma diferente. Tienen una vida más corta y se cosechan estacionalmente. Eso supone que los restos, tanto por encima el suelo como por debajo, tienen una descomposición más rápida. Y, como consecuencia, libera dióxido de carbono de nuevo.

Por eso, dentro de esa modificación genética de los cultivos es importante que también sean más eficientes fijando el carbono bajo tierra durante más tiempo. Y almacenarlo también a plazos de tiempo más largos.

Con ello se consigue que la planta sea mejor tanto a la hora de capturar carbono como a la hora de almacenarlo.

Hay otras empresas como la británica Wild Bio que tiene su origen en la Universidad de Oxford que están trabajando en alterar genéticamente cultivos para producir más alimento. Pero también para dejar más carbono bajo tierra. Es un proyecto inspirado en las plantas silvestres que parece estar dando buen resultado.