Una nueva corriente en chorro controla el tiempo
A medida que se calienta el ártico, la corriente en chorro que controla el tiempo en medio mundo cambia. Pero, ¿cómo se comportará en un futuro?
Mario Picazo
Con el cambio climático la corriente en chorro ha cambiado, pero ¿como será en un futuro?
VÍDEO: CAMBIO CLIMÁTICO Y CORRIENTE EN CHORRO
Este ha sido un verano de tiempo inusual en todo el hemisferio norte y mucho de lo ocurrido tiene que ver con la llamada corriente en chorro. Muchas zonas han vivido en una montaña rusa de olas de calor, y julio se ha convertido en el mes más cálido medido en el planeta.
Europa ha visto temperaturas récord, con París alcanzando un registro histórico de 42,6°C. En muchas otras ciudades de Europa occidental se ha superado la marca de los 35°C y se han batido records.
Más al norte, la temperatura de la capa de hielo de Groenlandia que rara vez sube por encima de cero grados en una de sus estaciones de medición ubicada a 3.200 metros, alcanzaba un valor de 3.6oC.
La última vez que las temperaturas fueron lo suficientemente altas como para fundir el hielo en las cumbres de la isla fue en 2012, uno de los años más dramáticos en términos de pérdida de hielo en Groenlandia.
La ola de calor que este año afectó este rincón del Ártico entre el 30 de julio y el 2 de agosto, produjo temperaturas récord, una situación que según los expertos está muy relacionada con un comportamiento anómalo de la corriente en chorro en el Atlántico Norte.
Este verano, esa corriente de vientos intensos en altura que sopla de oeste a este atrapó aire cálido sobre Groenlandia durante varios días. También se vivió una situación similar en Europa a principios del verano, tanto en junio como más tarde en julio.
Corriente en chorro y meteorología
Sabemos por recientes estudios científicos, que en un mundo más cálido, el comportamiento de la corriente en chorro, independientemente de la época del año, será un ingrediente atmosférico clave.
Como se comporte esa corriente condiciona la meteorología y todo lo que ella implica (inundaciones, sequías, olas de calor, períodos fríos, rendimiento de cultivos, aumento del nivel del mar …) en muchos países.
No hemos investigado la corriente en chorro lo suficiente como para entender completamente cómo el cambio climático puede estar afectando su patrón habitual.
Quizá la corriente más estudiada es la Polar del hemisferio norte, porque tiene un gran impacto en el clima de Europa. Sin embargo, dado que los satélites de última generación no empezaron a medir con frecuencia vientos en altura hasta la década de los 80, la disponibilidad de datos es limitada.
Hoy la corriente en chorro es más débil y ondulada, por eso experimentamos vaivenes térmicos con tanta frecuencia
La teoría más aceptada que relaciona las variaciones de la corriente en chorro y el cambio climático es una en la que el aumento térmico, especialmente en el Ártico en comparación con los trópicos, está haciendo que dicha corriente se desacelere y se vuelva más ondulada.
Eso implica que podemos tener incursiones de aire frío más severas en invierno, pero también olas de calor más intensas y prolongadas durante el verano.
Si la diferencia de temperatura entre los polos y los trópicos se reduce, la corriente en chorro oscila hacia el norte y el sur más allá de sus límites habituales. Eso ha pasado este verano y ha permitido que por ejemplo, llegara aire cálido de latitudes tropicales o subtropicales hasta Groenlandia.
Otras teorías basadas en cálculos de Modelos de Circulación Global (GCM) apuntan en la dirección opuesta. La conocida Met Office británica, predice que el cambio climático hará que la corriente en chorro no solo se fortalezca, sino que también se desplace lentamente hacia los polos.
Si esto sucediera, el clima en gran parte de Europa, incluidos los países del norte, sería más suave y húmedo durante los meses de invierno. Sin embargo, los veranos podrían estar marcados por condiciones meteorológicas más secas y cálidas en algunos países.
La situación puede ser aún más compleja si introducimos otro factor fundamental, la interacción océano-atmósfera. Esta, también pueden influir en el futuro comportamiento de la corriente en chorro.
En el hemisferio norte, la corriente de vientos interactúa con diferentes corrientes oceánicas como por ejemplo la del golfo. Por una parte, sabemos que los vientos afectan a las corrientes oceánicas, pero existe una creciente evidencia de que las corrientes oceánicas a su vez también influyen y bastante en la circulación de la atmósfera.
Aunque los científicos están tratando de resolver este rompecabezas de la corriente en chorro, los modelos climáticos contemporáneos aún no pueden simular con precisión a largo plazo, cuál será su comportamiento en futuro en condiciones diferentes a las de hoy.
Podemos pronosticar bastante bien cómo se comportará los próximos días, pero hacer lo mismo para un escenario climático futuro es mucho más complejo y un registro más largo de datos de satélite y, cómo no, más horas de investigación.