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esas tierras pasar una noche en el Parador Nacional de Sigüenza, en su interior un halo de misterio te atrapa al entrar rodeado de armaduras de caballeros andantes, de grandes lámparas de araña cuyas sombras parecen tentáculos que te quieran atrapar. Pero antes de desvelar si me encontré con el fantasma empezaré, como se debe hacer en toda historia que se precie, por el principio. Doña Blanca nació en Francia y era sobrina del rey de ese país Carlos IV El Hermoso, tenía apenas quince años cuando llegó a la corte de Castilla y León para ser reina, las crónicas de la época decían: "Llegó Doña Blanca, una bella joven blanca e ruvia, e de buen donayre para casar con el rey Pedro I El Cruel". La boda se celebra en Valladolid y tras la tercera noche de bodas, el rey Pedro la repudia y se fuga con su amante María Padilla. Para tenerla controlada la mandó enclaustrar durante cuatro años en el Castillo de Sigüenza, después de ese tiempo el rey ordena su traslado a Jerez y más tarde a Medina Sidonia, donde muere muy jovencita en extrañas circunstancias. Existen dos versiones sobre su muerte, una que fue asesinada de un tiro de ballesta al corazón por orden de su esposo, y otra versión dice que fue envenenada. La leyenda cuenta que al haber pasado cuatro años en el Castillo de Sigüenza, triste y malcasada, su espíritu habría regresado al castillo en forma de fantasma, tras su muerte. Esta es la verdadera y muy triste historia de Doña Blanca de Borbón, lo del fantasma es leyenda....o no, porque cuando llegué al Parador a medianoche a dormir, en el pasillo de la foto, sentí una corriente de aire frío en el cogote que me puso el corazón a mil, desconozco si fue el fantasma de Doña Blanca el causante del soplido, pero al día siguiente abandoné Sigüenza sin mirar para atrás blanco como la cal. Yo que me reía de los fantasmas, desde ese día empiezo a tomarlos en serio. Por cierto, Sigüenza es un municipio encantador y con una gente muy amable, un lugar muy recomendado para visitar con fantasma, o sin él.