LLuvia que atraviesas
la cerrada ventana,
levantas la hierba más débil y ajada,
penetra en la bruma obscura, grisácea,
arriba los campos del alma,
levanta aquel grito
de vida y esperanza,
ven a renacer en gotas de agua
lo seco, lo dormido,
yaciente en la calma.
Lluvia, en torrentes de viva agua,
aviva el corazón, el amor,
la llama, empapa los cuerpos,
cubiertos de telarañas.
Vuélveme a la vida,
empapa mi razón,
dale el color que extraña,
chus
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Elisa
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teo
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