Fotos

las fotografías que estos blanquecinos, pero a cambio seguro que habríamos perdido otros tonos y matices de color. Nos encontramos durante todo el reportaje en el barrio de San Marcos y aparece en primer lugar ante nuestros ojos la iglesia de la Vera Cruz situada en la ladera que une Segovia con Zamarramala, de la que fue durante siglos su iglesia parroquial; de planta dodecagonal es uno de los templos de estilo románico, ya en transición al gótico, mejor conservados de Europa. La tradición atribuyó durante bastante tiempo su construcción a los templarios, pero hoy día se cree que fue levantada por la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Una antigua leyenda relata como en un velatorio de un caballero de la Orden y ante un descuido del resto de hermanos, los grajos dañaron el cuerpo del difunto; el prior maldijo estas aves para que no volvieran a entrar dentro del templo y es como así y desde entonces no se han vuelto a ver grajos en la Vera Cruz. De camino al Santuario de la Virgen de la Fuencisla pasaremos delante del convento de los padres carmelitas descalzos, donde se haya enterrado San Juan de la Cruz. Miraremos al exterior del templo que acoge a la patrona de Segovia Ntra. Sra. de la Fuencisla, cuya veneración ha dado lugar al nombre femenino de Fuencisla, “Pochi” para los más allegados. La tradición relata que la imagen fue traída en el año 71 por San Geroteo, primer obispo de la diócesis, atribuyéndose la talla al propio San Lucas. Ocultada durante la invasión árabe, fue de nuevo encontrada por una judía de la ciudad; una réplica de ella la podremos encontrar en el centro de los arcos del acueducto. El santuario se sitúa al abrigo del cierzo junto a unas peñas (Peñas Grajeras), lo que ya ha originado algún que otro susto por desprendimientos de rocas, y en una hermosa arboleda que se da en llamar la alameda de la Fuencisla, y desde donde podremos obtener unas magníficas vistas del Alcázar. Encontraremos en esta zona el llamado Arco de la Fuencisla construido hacia 1700, coronado por el escudo de Segovia y con relieves que cuentan algunas historias como el milagro de Maria del Salto. Pasaremos también por delante de la sencilla iglesia románica del barrio, la de San Marcos, y aquí lo que más llama la atención solo con alzar un poco la mirada es la magnífica e imponente silueta del Alcázar; podremos apreciar porque también se le denomina el “navío de piedra”. Tras cruzar el puente sobre el río Eresma nos encontramos los jardines del Alcázar, un lugar realmente bucólico y que bien podría merecer un reportaje aparte. Antes de finalizar el paseo junto al Eresma no dejaremos de asomarnos a la recientemente restaurada Casa de la Moneda, el edificio industrial más antiguo de Europa. Muchas palabras, muchas fotografías, quizás demasiadas para mi gusto, pero como os advertía al comienzo estamos en un lugar en el que a cada paso que demos no solo asomaran singulares imágenes, también espacios repletos de historia, que pondrán a prueba la capacidad de resumir o elegir fotografías.