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lugar fue el mismísimo Napoleón Bonaparte, de camino al cercano puerto de Somosierra, donde ordenaría a 120 jinetes de su escolta de caballería ligera polaca cargar contra las posiciones españolas y sus puestos fortificados de artillería, obligando a retirarse a nuestras tropas y dando lugar así a una de las batallas de la Guerra de la Independencia y al mayor éxito de la caballería polaca de todos los tiempos: la batalla de Somosierra. Volviendo a la época actual, si tomamos la mencionada salida muy pronto nos toparemos con una pequeña localidad: Cerezo de Arriba se sitúa en la falda del macizo de Ayllón, con cumbres como el Pico del Lobo de 2273m de altitud, y en un entorno natural envidiable de extensos pinares y dehesas donde abundan rebollos, quejigos y fresnos. La estación de esquí de La Pinilla se encuentra ubicada en su término municipal. Algunos detalles curiosos de su historia son por ejemplo que sus habitantes son los descendientes de tribus celtíberas, de la aportación de los beréberes durante la invasión musulmana y de su posterior repoblación con gentes que provenían de la zona burgalesa de Cerezo del Río Tirón, muy cerca de Briviesca y del límite con La Rioja. En la actualidad su población ronda los 200 habitantes y pertenece al alfoz de Sepúlveda. En 1393 se unen en un solo concejo Cerezo de Suso, como se le conocía entonces, y el ya desaparecido núcleo de Cerezuelo. En 1564 Felipe II le hace villa. En 1813 durante la Guerra de la Independencia se libra una batalla dentro de su término municipal, cuando una columna de 2000 franceses que intentaba envolver a las tropas de el Cura Merino, es obligada a retroceder por las de Juan Martín el Empecinado que rebasa el cercano puerto de Somosierra con total libertad. Los dos monumentos más importantes con los que cuenta Cerezo de Arriba son la iglesia parroquial de San Juan Bautista y la ermita de Cerezuelo. Os daré cuenta de esta última en un próximo reportaje. Hoy nos centraremos en su iglesia del siglo XIII, situada a un costado del casco urbano, junto a la Calle del Sol. Su origen, románico; como nos recuerda su ábside de semitambor adornado con capiteles y canecillos de animales fantásticos. El primitivo acceso al templo se enmascaró con un pórtico renacentista. En el interior se pueden admirar un retablo mayor barroco, así como el arco triunfal del templo con leones labrados en los capiteles. Tierras llenas de historias como podéis ver y algunas realmente curiosas. A ver si os gusta Cerezo de Arriba…