Barcos que capturan su propio dióxido de carbono para poder reusarlo

Mario Picazo

Mario Picazo

Reducir la huella de carbono es uno de los grandes retos del sector del transporte. El de los barcos, el marítimo contamina más que el de la aviación y representa alrededor del 3% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, principalmente de dióxido de carbono. 

Según el Banco Mundial, en 2022, ese dato de emisiones de gases de efecto invernadero de la industria naviera, la colocaban en el sexto puesto de todas las fuentes de emisión del mundo.

También emiten otros contaminantes, entre ellos azufre, el equivalente a lo producido por 59 millones de vehículos diésel nuevos.

Barcos
El trafico marítimo busca alternativas urgentes para redcucir la huella de carbono. Foto:Usplash

Un barco que captura sus propias emisiones de dióxido de carbono

Un carguero de 240 metros llamado el Sounion Trader, ha surcado las aguas del golfo Pérsico capturando sus propias emisiones. El experimento, de la startup Británica Seabound, busca la manera de reducir sus emisiones de carbono. 

Este es sólo uno de varios barcos que hoy recorren nuestros océanos intentando reducir su huella de carbono. Lo consiguen al capturar el dióxido de carbono que generan quemando combustibles fósiles. 

El sistema que emplea el carguero es una miniatura de anteriores sistemas diseñados para centrales eléctricas con el mismo fin. La captura en este caso consiste en separar las emisiones de dióxido de carbono para evitar su liberación a la atmósfera. 

El dióxido de carbono capturado se almacena durante un tiempo o se convierte en un producto de larga duración. Con ello se consigue una reducción general de las emisiones de del gas de efecto invernadero que de otra forma acabaría en la atmósfera aumentando la concentración y calentando más la atmósfera.

Fuente imagen: Pixabay

En el barco, los gases capturados pasan a través de un absorbente de óxido de calcio que reacciona con el dióxido de carbono para formar guijarros sólidos de carbonato de calcio. Luego, la empresa espera para recargar los sorbentes hasta que los guijarros se descarguen en el puerto para su almacenamiento permanente.

Está década en el sector de la navegación ya se empiezan a ver cada vez más una tendencia hacia el uso de combustibles más limpios. También se han lubricando los cascos con burbujas para mejorar la eficiencia del combustible y hasta en algunos casos se han vuelto a emplear las velas de tiempos atrás. 

Una navegación más limpia pero aún con limitaciones

El sector tiene como objetivo llegar a las emisiones netas cero en 2050  aunque queda mucho camino que recorrer. La tecnología de captura necesita evolucionar para ser más eficiente. De momento, capturar la mitad de las emisiones de dióxido de carbono implica aumentar el uso de combustible un tercio. 

Otro gran reto de esta novedosa tecnología que opera en algunos barcos es el espacio que ocupa y el peso del sistema de captura. En viajes especialmente largos cada tonelada de combustible puede llegar a generar 3 de dióxido de carbono

Los datos  proceden de un estudio realizado por un grupo de expertos dirigidos por Jasper Ros del centro de investigación TNO holandés. También muestran que cuando se captura y almacena tanto dióxido de carbono, la masa agregada puede afectar la estabilidad del barco y reducir su eficiencia al consumir combustible.

Barcos
La compañía de cruceros noruega Hurtigruten reveló planes para un barco de cero emisiones, el primero de su tipo. El crucero de propulsión eléctrica contará con velas retráctiles con paneles solares para aprovechar la energía del viento y el sol mientras la almacena en potentes baterías.

Los barcos del futuro contaminarán mucho menos que hoy

Según la empresa Seabound, las pruebas a pequeña escala del Sounion Trader han servido para capturar alrededor de una tonelada de dióxido de carbono al día. Es sólo una pequeña fracción de las emisiones totales del barco, aunque hay bastantes aspectos que mejorar.

Se prevé que el sistema a gran escala, cuando este operativo, podrá capturar hasta el 95% del dióxido de carbono emitido.

También trabaja en un sistema similar la empresa holandesa Value Maritime. En su caso, utiliza un absorbente de amina líquida para capturar el dióxido de carbono. Parte del dióxido de carbono capturado se ha vendido a invernaderos para fertilizar las plantas, aunque gran parte permanece almacenado en tanques en los puertos.

Ya sea con combustibles más eficientes o capturando las emisiones resultantes de la quema de combustibles fósiles, el sector del transporte marítimo sigue evolucionando cada vez más.

Todavía en fase experimental en bastantes frentes, aunque con ímpetu suficiente para que la descarbonización del sector para el 2050 se pueda convertir en una realidad.