Qué no debes hacer nunca mientras conduces con tormenta de granizo 

Consejos y claves para conducir con granizo o durante una tormenta de pedrisco. ¿Pararte o no?

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Conducir bajo una tormenta de granizo conlleva unos riesgos añadidos a la circulación normal. Con la caída del pedrisco, se reduce la visibilidad y la adherencia de la vía, los vehículos circulan a menor velocidad lo que incrementa las posibilidades sufrir un percance o accidente en la carretera. Más aún cuando el granizo es de grandes dimensiones ya que puede dañar alguno de los elementos del vehículo. 

En estos casos, es conveniente conocer que no se debe hacer nunca mientras se conduce durante una tormenta de granizo así como tener en cuenta una serie de aspectos para circular con seguridad. 

¿Qué no hacer al conducir durante una tormenta de granizo? 

Al conducir bajo una tormenta de granizo nunca se debe acelerar la velocidad ni dar volantazos y frenazos. La conducción brusca puede provocar una pérdida del control del vehículo ya que el granizo disminuye la adherencia del coche en la carretera. 

Además, con granizo no se debe circular cerca del vehículo de delante ya que con estas conducciones se reduce el tiempo de reacción y se aumenta la distancia de frenado. 

Debido a estas condiciones no se debe usar tampoco la velocidad de crucero de los vehículos para tener en todo momento el control sobre la velocidad. 

¿Cómo conducir con granizo?

Conducir con granizo supone una dificultad añadida a la circulación. El pedrisco, el agua y el viento pueden dificultar la visibilidad y disminuir la seguridad en la carretera. Por ello, para conducir bajo una tormenta de granizo lo más adecuado es reducir la velocidad, aumentar la precaución y la distancia con el resto de vehículos y encender las luces.

Asimismo, se debe adecuar la velocidad del coche a las condiciones de la vía y a la circulación de la vía. En una vía con una gran afluencia de vehículos es más probable que se produzca un accidente por alcance con otro usuario de la vía. 

En caso de que la tormenta sea muy intensa, se aconseja también encender las luces antiniebla con el objeto de incrementar la visibilidad. Y si las condiciones de la vía se complican lo más adecuado es parar en una zona habilitada para ello sin entorpecer al resto de vehículos hasta que pase la tormenta o las condiciones de la carretera mejoren. 

Además, el granizo al golpear sobre el vehículo puede hacer un ruido muy molesto. Por ello, se recomienda bajar el volumen de la música y la radio para prestar más atención a todos los sonidos durante la circulación. 

Según la Dirección General de Tráfico, “como con cualquier tormenta, lo mejor es detenerse en lugar seguro y esperar a que el granizo amaine. Mientras tanto, conduzca con precaución, sea consciente del entorno, aumente la distancia de seguridad y no se exceda con la velocidad”. 

Ante estas circunstancias, se debe aumentar la prudencia y evitar circular por zonas inundables o en aquellas que exista agua ya acumulada. 

De todos modos, aunque las tormentas en muchas ocasiones son impredecibles, se aconseja consultar la previsión meteorológica de la zona para conocer de antemano si se esperan chubascos fuertes, granizo o fuertes vientos. 

¿Cuál es el riesgo de la granizada?

Los riesgos de la conducción con una granizada son principalmente la reducción de la adherencia de la vía y la reducción de la visibilidad. La acumulación de pedrisco y el agua son factores que disminuyen el contacto de los neumáticos con el firme y por tanto reduce la seguridad de la conducción. 

Por otro lado, el granizo, la lluvia y el viento disminuyen notablemente la visibilidad. Más aún cuando la tormenta es muy fuerte. Además, durante la noche, los riesgos por la falta de visibilidad son mayores.

¿Qué hacer si cae granizo en la ruta?

En caso de que la tormenta de granizo se produzca durante la marcha, se debe aminorar la velocidad del vehículo, incrementar la distancia de seguridad y encender las luces de posición y cruce. Si la tormenta es intensa, también se debe dar la luz antiniebla. 

Además de adoptar estas medidas, se debe circular con más precaución y de una forma más prudente de una manera suave. Y avisar al resto de conductores de los movimientos del vehículo con los intermitentes puestos durante periodos de tiempo más largos. 

Por último, si la vía se complica por incremento de vehículos o por empeoramiento notable de las condiciones, se recomienda detener poco a poco el vehículo fuera de la vía. En estos casos se aconseja conducir hasta las zonas habilitadas para la detención de los coches, nunca se debe parar en la vía. 

Si existe una emergencia o accidente se puede parar en el arcén o en la cuneta aunque no es recomendable. . 

¿Cuánto sale arreglar un coche dañado con granizo?

Los coches son unos de los bienes que más  afectado en una granizada si se encuentran aparcados en la calle. En función del tamaño del pedrisco y la fuerza de la tormenta, la chapa, la pintura e incluso los cristales del vehículo pueden sufrir daños y roturas de diversa magnitud. 

El coste de la reparación de un coche dañado por el granizo depende de esos daños y especialmente del seguro que disponga cada propietario en su vehículo. Así, arreglar la chapa y la pintura de un coche puede ir desde los 1.000 euros a los cerca de 4.000 dependiendo del tipo de vehículo, la intensidad de los daños y el tipo de pintura. 

En lo que respecta a los cristales del vehículo, tanto las lunas como las ventanas pueden oscilar entre 300 y 600 euros aunque depende en gran medida de cada marca de vehículo. Por ello, lo más adecuado es disponer de un seguro con suficientes coberturas que sufran estos costes en caso de tener un coche dañado por el granizo o por alguna otra inclemencia meteorológica.