El cometa Tsuchinshan-ATLAS será un espectáculo este octubre 2024

En octubre, el cometa Tsuchinshan-ATLAS apunta a que podría ser un objeto brillante que podamos observar a simple vista

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

En octubre del 2024 el cometa Tsuchinshan-ATLAS apunta a que podría ser un objeto brillante que podamos observar a simple vista desde la Tierra, convirtiéndose en uno de los acontecimientos astronómicos más esperados de este año.

El cometa Tsuchinshan-ATLAS es muy interesante

A principios de 2023, se descubrió un nuevo objeto, que fue captado por dos observatorios de manera independiente (que dan nombre al cometa). En aquel entonces, se encontraba a más de 1.000 millones de kilómetros del Sol.

A pesar de esa enorme distancia, ya mostraba las primeras señales de actividad típicas de un cometa. Algo que resultaba sorprendente porque, generalmente, los cometas necesitan estar mucho más cerca del Sol para mostrar ese comportamiento.

Los primeros cálculos indican que, a finales de 2024, cuando esté cerca de su perihelio (es decir, de la distancia mínima de su órbita alrededor del Sol), su brillo será suficientemente intenso como para que podamos verlo a simple vista.

El cometa Hale-Bopp, observado en abril de 1997. Crédito: E. Kolmhofer, H. Raab; Johannes-Kepler-Observatory, Linz, Austria

Si se cumple esa expectativa, por tanto, estaremos ante un cometa más brillante que Pons-Brooks (que ahora mismo está acaparando muchos titulares porque podría ser visible, a simple vista, durante el eclipse solar total del 8 de abril, en las zonas de totalidad).

En estos momentos, Tsuchinshan-ATLAS se está acercando al Sol, moviéndose entre las constelaciones de Libra y Virgo. A primeros de julio entrará en la constelación de Leo y a finales de septiembre dejará de ser visible, temporalmente, por su cercanía al Sol.

En la última semana del mes, volverá a ser visible en el cielo antes del amanecer, con una visibilidad más favorable para el hemisferio sur. Para ese entonces se espera que su brillo ya sea lo suficientemente intenso para verlo a simple vista.

Un cometa con una órbita atípica

El cometa Tsuchinshan-Atlas se mueve en una órbita retrógrada. Es decir, va en dirección opuesta a la rotación del Sol. Su perihelio se producirá el 27 de septiembre de 2024. En ese momento estará a 58,6 millones de kilómetros de nuestra estrella.

Es solo algo más lejos que la órbita de Mercurio. Después, el 12 de octubre de este mismo año, se producirá su máximo acercamiento a la Tierra. Lo hará a una distancia de 41,1 millones de kilómetros, por lo que no será motivo de preocupación.

El cometa tiene una órbita que está muy inclinada respecto al plano imaginario en el que orbitan los planetas del Sistema Solar, y no se acerca a los planetas más grandes. Lo cierto es que su órbita es débil, la atracción gravitacional del Sol no es muy intensa.

El 12 de octubre de este mismo año, el cometa se producirá su máximo acercamiento a la Tierra

Por ello, tras dar una vuelta alrededor del Sol, es posible que las perturbaciones por las interacciones gravitacionales con los planetas provoquen que sea expulsado. Sin embargo, es posible que se mantenga ligado gravitacionalmente al Sol.

Si se diese el primer caso, naturalmente, el cometa Tsuchinshan Atlas continuaría su viaje hacia otros lugares de la Vía Láctea. Aunque tardará mucho tiempo en abandonar el Sistema Solar. En unos 200 años, todavía estará a 200 unidades astronómicas.

Es decir, a 200 veces la distancia media entre la Tierra y el Sol. Muy lejos, todavía, de alcanzar la nube de Oort. Si, por el contrario, se diese el segundo caso, su órbita tendrá una duración de millones de años, y tardará mucho tiempo en volver a visitar el interior…

Un cometa muy atractivo, sin importar qué brillo vaya a alcanzar

Por ello, nos encontramos ante uno de esos cometas que resulta muy atractivo. Es posible que seamos los únicos seres humanos que lo vean brillar en el cielo de la Tierra, si finalmente su órbita se ve modificada y es expulsado.

Además, hay motivos para pensar que podría ser muy brillante, ya que está mostrando señales de actividad a mucha más distancia de lo que suele ser habitual. Es decir, tendrá mucho material volátil que, a menor distancia, debería ser todo un espectáculo.

Se espera que su brillo ya sea lo suficientemente intenso para verlo a simple vista

En los próximos meses, especialmente tras el eclipse solar de abril, muchos medios centrarán su atención en el cometa Tsuchinshan-ATLAS. Todavía no está claro hasta qué punto llegará a ser brillante. Con algo de suerte, es posible que sea un gran cometa.

Es el nombre que se le da a aquellos cometas que son excepcionalmente brillantes y que pueden verse incluso con cierta cantidad de contaminación lumínica. Generalmente, suelen ser cometas que nunca se habían adentrado en el interior del Sistema Solar.

No podemos olvidar, en cualquier caso, que los cometas son impredecibles. Lo hemos vivido en los últimos tiempos, al ver como el cometa ATLAS, en 2020, pasó de ser un cometa muy prometedor, que podría ser muy brillante a pasar sin pena ni gloria.

A menor distancia del Sol, el núcleo del cometa se fragmentó. No fue capaz de aguantar la proximidad a nuestra estrella. Esperemos que con Tsuchinshan-ATLAS no suceda lo mismo, pero quedan unos meses de incógnitas… ¿Será el próximo gran cometa?