El futuro de los deportes de nieve en un mundo 2ºC más cálido

Si calentamos el planeta 2 grados por encima de periodos pre-industriales la nieve en nuestras estaciones de invierno será más escasa

Mario Picazo

Mario Picazo

Los deportes de invierno atraen cada año a millones de adeptos, aunque con el paso del tiempo la nieve va escaseando en muchos rincones del planeta limitando las zonas donde practicarlos. Hoy acceder a pistas de esquí o zonas donde practicar deportes de nieve es cada vez más complicado. 

Este pasado 2023 un estudio realizado por el Servicio Meteorológico de Francia y el Instituto de Investigación INRAE ​​de París, mostraba como cada año aumenta el riesgo de suministro de nieve para el turismo de los deportes de invierno a medida que aumenta también el calentamiento global.

Según los cálculos del estudio francés, si las temperaturas llegarán a aumentar 3°C para finales de siglo, uno de los posibles escenarios más intensos de calentamiento global que se contemplan, el 91 por ciento de las estaciones de esquí europeas correrían un alto riesgo de quedarse prácticamente sin nieve.

De hecho, durante las últimas dos décadas, Francia ya ha visto cerrar algunas de sus estaciones de invierno por falta de nieve. Aun así, muchas no desisten y buscan desesperadamente un modelo que les permita adaptarse a las temperaturas más elevadas de lo normal que se registran cada vez con mayor frecuencia. 

La nieve es cada vez más escasa en muchas de las estaciones de invierno Europeas. Puntualmente pueden ver temporadas excepcionales aunque esas cada vez son menos frecuentes. Foto: Unsplash

Adaptarse a un mundo cada vez más cálido con menos nieve

La investigación relacionada con el impacto del calentamiento global en la cobertura nivosa de las estaciones de invierno es cada vez más habitual. El impacto económico puede ser importante, sobre todo para una de las actividades más importantes dentro del sector del turismo.

Recientemente se ha publicado un estudio en la revista Nature Climate Change, para desvelar cómo un calentamiento de +2 grados centígrados a nivel global podría afectar al mundo de los deportes de invierno en gran parte de Europa.

El estudio recopila información de un total de 2.234 estaciones de deportes de invierno repartidas por todo el continente. La idea es cuantificar el impacto del calentamiento global en la producción de nieve en esas estaciones y el posible margen de maniobra que tienen para adaptarse a futuras condiciones climáticas.

Es un tema que concierne lógicamente a los que disfrutan de la nieve, pero también a los que viven de ese negocio de forma directa o indirecta. En Europa la facturación total estimada ronda los 30.000 millones de euros. Además genera miles de puestos de trabajo que dependen de que haya nieve suficiente durante los meses de invierno. 

El impacto de un mundo 2 grados más cálido en el mundo de la nieve

Contener el calentamiento global a 2 grados centígrados no va a ser tarea fácil, pero suponiendo que los humanos conseguimos contenerlo a ese valor el escenario de las estaciones de invierno va a ser uno bastante diferente al actual. 

A medida que aumenta la temperatura, son numerosas las estaciones de invierno que se ven afectadas por la escasez de nieve o por la mala calidad de la misma. No todas las zonas montañosas se ven afectadas de la misma forma ni pierden nieve a la misma velocidad.

Algunas se adaptan mejor que otras a la hora de limitar el impacto del Cambio Climático fabricando su propia nieve aunque los métodos varían de una estación a otra. 

Aunque el grado de calentamiento global previsto para las próximas décadas puede ser diferente dependiendo del escenario de gases de efecto invernadero que generemos, la pérdida de nieve en nuestras estaciones de invierno va a ser inevitable. 

Los cálculos apunta a que con un calentamiento global de 2 grados por encima de los niveles preindustriales, el 53 por ciento de los centros turísticos europeos dedicados a los deportes de invierno corren un riesgo muy alto de experimentar un descenso de las precipitaciones en forma de nieve. 

Según datos de The Conversation, el impacto no es el mismo para todas las cordilleras europeas. En los Alpes franceses, la escasez de nieve afecta a un tercio de las estaciones. En los Pirineos y en los macizos de media montaña franco-suizos, el valor se dispara hasta 89 y el 80 por ciento respectivamente.

Si en lugar de 2 grados el calentamiento fuera de 4 grados, un escenario climático extremo, el 98 por ciento de las estaciones de invierno europeas correrían un muy elevado riesgo de experimentar inviernos de escasas nevadas. 

Con el aumento de las temperaturahasta fabricar nieve artificial puede ser complicado. Foto: Unsplash

La producción de nieve artificial también en peligro de extinción

Fabricar nieve artificial se ha convertido en una solución habitual para suplir una buen parte de la nieve natural que no cae en las estaciones de invierno. El problema es que al igual que con la nieve que cae de una nube, la que sale de un cañón requiere unas determinadas condiciones. 

Si aumentan las temperaturas del aire, tampoco se puede fabricar nieve artificial. Un escenario que tendría un importante impacto sobre la cobertura de nieve con la que pueden contar las estaciones de invierno. 

Las condiciones atmosféricas más limitadas hace que las inversiones en tecnología para fabricar nieve tengan que aumentar. Solo así se puede garantizar que haya suficiente nieve para atraer a los aficionados durante una determinada temporada.

Sin embargo, no todas las estaciones de invierno van a poder adaptarse de la misma forma. Cuanta nieve haya en las pistas es fundamental para garantizar la viabilidad socioeconómica a largo plazo de las estaciones. También lo son el estado de la red de remontes mecánicos, los métodos de promoción y hasta la capacidad de alojamiento del lugar. 

El sector del turismo de la nieve no atraviesa su mejor momento y como ocurre con otras actividades económicas afectadas por el Cambio Climático, la adaptación va a ser fundamental para sobrevivir el nuevo clima que irá llegando.