España: líder en acuicultura. ¿Qué es y cuáles son sus ventajas?

El futuro de la acuicultura en España pasa por una apuesta firme y decidida de todos los agentes por su desarrollo sostenible.

Elena Alonso Asensio

Elena Alonso Asensio

Hoy en día, la acuicultura representa la mitad de la producción de pescado que se consume a nivel mundial y, en España, uno de los países con mayor consumo de pescado en el mundo, supone alrededor de un 25%.

España: líder en acuicultura

No es de extrañar, por tanto, que nuestro país sea el primer productor acuícola de la Unión Europea. Los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), correspondientes al año 2018, indican que España cuenta con 5.075 establecimientos dedicados a esta actividad y que alcanza una producción de 319.015 toneladas.

España se caracteriza, además, por ser uno de los países con una mayor diversidad acuícola. Cultiva en torno a 40 especies y genera un volumen económico de alrededor de 652 millones de euros.

Llama la atención la gran producción de mejillón: 261.100 toneladas en 2019, según datos de la Junta Nacional Asesora de Cultivos Marinos (JACUMA).

Además, es común la producción acuícola de trucha, esturión o tenca, almejas, ostras, berberechos, pulpo, langostinos y camarones, doradas, lubinas, besugos, rodaballos, lenguados, anguilas, tunidos o corvinas, por ejemplo.

¿Qué es la acuicultura?

Muchas especies de peces, moluscos, crustáceos y plantas marinas o fluviales son útiles para el hombre, no sólo para su alimentación sino también para la fabricación de medicamentos o cosméticos y otros productos que favorecen nuestra salud y mejoran nuestro bienestar y calidad de vida.

La acuicultura es el cultivo en su propio medio, pero en condiciones controladas, de muchos de estos organismos acuáticos.    

El objetivo es incrementar su producción a través de la concentración de poblaciones, su engorde mediante alimentación y la protección frente a los depredadores.

Las Zonas de Interés Acuícola y las Zonas de Producción de Moluscos declaradas en nuestro país así como todos los establecimientos que desarrollan esta actividad se pueden consultar en el ‘Visor de Acuicultura’ desarrollado por el MAPA, el ACUIVISOR.

Acuicultura
Fuente imagen: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Ventajas de la acuicultura

«La acuicultura ha comenzado a percibirse como una vía para mantener e incrementar el consumo de pescado y satisfacer las demandas futuras de proteínas», aseguran desde el desde el Observatorio Español de Acuicultura (OESA), integrado en la Fundación Biodiversidad.

Desde este organismo insisten también en que esta industria es un importante motor de desarrollo para las zonas costeras, altamente dependientes de la pesca, en las que suponen una importante fuente de empleo.

Aunque es verdad que la alimentación es la finalidad de la mayor parte de la producción acuícola-además, como destaca la organización española de consumidores OCU, la presencia en estos productos de anisakis es prácticamente inexistente-, también es una actividad positiva, además de para crear empleo e impulsar la economía, para el desarrollo sostenible.

Por ejemplo, en ocasiones este tipo de cultivos tienen un componente ambiental, vinculado a la conservación de especies en peligro.

Se estima que el 8% de lo que se pesca se desecha, lo que no ocurre con la acuicultura

Asimismo, «hay muchos métodos pesqueros agresivos que empobrecen los fondos marinos. Por ejemplo: para pescar un kilo de gambas con red, se atrapan y luego desperdician entre ocho y doce kilos de pescados que no se consumen. Se estima que el 8% de lo que se pesca se desecha, lo que no ocurre con la acuicultura», observa la OCU.

Por otro lado, en los últimos años han surgido nuevos usos relacionados con la acuicultura ornamental o el cultivo de algas para la producción de biodiésel.

Orígenes de la acuicultura  

La acuicultura no es una actividad intrínseca a la sociedad moderna. En China se han encontrado tratados sobre esta técnica que datan del año 475 a.C. En este país asiático hace 4.000 años las familias ya cultivaban carpas en estanques. Más tarde también los griegos hacían lo propio con las ostras.

En Roma recurrían a los ‘piscinarii’ para criar y engordar peces y moluscos en cautividad. “Se convirtieron en uno de los máximos exponentes de riqueza y ostentación por parte de las capas más pudientes de la sociedad romana, que presumían en sus casas de verano -‘villae maritimae’)-de las grandes ‘piscinas’ dedicadas a estos menesteres”, recuerdan desde OESA.

Acuicultura
Instalaciones de Fuentidueña, en Segovia. Imagen: OESA

Con la colonización itálica estas prácticas se extendieron por muchos países mediterráneos, como España. En nuestro país, la acuicultura profesional se estableció en 1866, con la creación del Laboratorio Ictiológico de La Granja del Real Sitio de San Ildefonso, en Segovia.

También sobre esa fecha empieza a funcionar la primera piscifactoría de trucha en el Monasterio de Piedra, en Aragón. Hasta entonces era sobre todo una actividad tradicional que se desarrollaba en el entorno familiar.

El futuro de la acuicultura en España pasa por una apuesta firme y decidida de todos los agentes por su desarrollo sostenible, por la simplificación del marco normativo que la regula y la declaración de nuevas Zonas de Interés Acuícola.