Lluvia y calor, el ‘combo fatal’ para las alergias de invierno

Las condiciones meteorológicas de este año han disparado los niveles de alergia en enero y febrero de 2024.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Las suaves temperaturas registradas durante el mes de enero y febrero junto con las precipitaciones irregulares han generado un combo ideal y cóctel de condiciones para el aumento de la alergia en invierno. 

De hecho, se han llegado a registrar picos de índices polínicos muy elevados para esta época del año. Unos datos más propios de finales del mes de febrero e incluso marzo. 

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Fuente imagen: Pixabay

«Las altas temperaturas están provocando picos más altos de los niveles de polen, lo que produce episodios más agudos de alergia. Y es que la subida de las temperaturas adelanta la polinización. Actualmente, estamos viviendo niveles mucho más altos que los habituales, más cortos y más deteriorantes para los pacientes», detalla a Eltiempo.es el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).

La incidencia global de la alergia está aumentando en los últimos años, y está previsto que este incremento a nivel nacional continúe produciendo más enfermedades alérgicas respiratorias que engloban particularmente la rinitis, la conjuntivitis y el asma alérgica», apuntan las doctoras Jordina Belmonte y Lorena Soto, de la Societat Catalana de al·lèrgia perteneciente a l’Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya.

Alergias en 2024 

En este aspecto, los expertos ya han constatado que en este 2024 se ha producido un notable incremento de las alergias a pólenes en el invierno  de 2024. «Se ha observado una tendencia creciente y este año por las condiciones climáticas se ha adelantado la polinización de las cupresáceas», incide Zapata. 

Como norma general, el pico de este tipo de pólenes suele llegar a finales de febrero o principios de marzo. Sin embargo, este año  se ha adelantado. «Solamente en enero ya registramos niveles muy altos y el aumento de la presencia de este tipo de pólenes, ha derivado en una mayor incidencia de la alergia para los pacientes», recalca el presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC.

Este año, las precipitaciones irregulares junto con las altas temperaturas han hecho que se adelante la polinización de algunas plantas como las cupresáceas. Además, debido a los sucesivos días de estabilidad, sin lluvias ni vientos, el polen ha permanecido durante más días en el ambiente aumentando así su incidencia durante más días. 

«La lluvia tiene dos efectos sobre la polinización, dependiendo del momento en que se produzca. La lluvia antes de la polinización aporta agua (riego) a la planta y esto le da energía para generar flores y polen. Pero cuando la lluvia cae durante la polinización y, especialmente durante el día, arrastra el polen hacia el suelo y deja de ser problemático para la salud», explica Jordina Belmonte quien además es presidenta de la European Aerobiology Society.

En base a esto, hay que tener en cuenta que cuando la lluvia cae a mitad de la estación, es decir, cuando ya se está produciendo dicha polinización produce un efecto lavado sobre el ambiente. Unas precipitaciones que mejoran la calidad del aire y diluyen los síntomas de los pacientes alérgicos.

«La falta de precipitaciones que llevamos presentando desde al menos 5 años en el territorio nacional afecta decisivamente a la polinización. No sólo el fenómeno de la lluvia, sino las altas temperaturas que hace que se produzcan picos de polinización que luego no se pueden mantener por la falta de agua que hay en el terreno», añade Zapata. 

¿Por qué tengo alergia en invierno? 

Se estima que en España existen cerca de 8 millones de personas que padecen algún tipo de alergia. De ellos, la alergia más común es la alergia a las gramíneas, propia de la primavera.

Aunque una parte muy importante de la población también padece alergia a las cupresáceas, unas especies que polinizan en enero y especialmente en febrero y marzo, la familia vegetal responsable de las alergias a pólenes en invierno. 

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Fuente imagen: Pixabay

No obstante, hay que tener en cuenta que las alergias a pólenes y hongos en invierno dependen de los periodos de polinización  y la época del año. Y también de las temperaturas y la pluviosidad de una determinada estación como el invierno. 

«La alergia más importante en la temporada de invierno es la sensibilidad a ácaros, dado que las condiciones de temperatura y humedad dentro de los domicilios facilitan su crecimiento. También el uso de ropas de abrigo, mantas, batas… facilitan su contacto con las mucosas de los pacientes», detalla este experto.  

Por otro lado, al estar los domicilios cerrados por las temperaturas invernales, las mascotas también representan una fuente de contacto muy íntima y aumenta su concentración en los domicilios y por tanto la sintomatología de la alergia.  

«Hay que tener en cuenta a los contaminantes, humo de cigarrillo, aerosoles o cualquier tipo de irritante que haga más vulnerable las mucosas de los pacientes alérgicos», apunta Zapata. 

Plantas que producen alergia en invierno 

Las principales plantas que producen alergia en invierno son las cupresáceas. En esta familia vegetal encontramos plantas como los cipreses, las arizónicas o las coníferas, muy comunes debido a su uso ornamental. También son cupresáceas especies como el enebro o las sabinas.

Por otro lado, durante el invierno también polinizan otras plantas como el avellano, el aliso y el fresno. Y a finales del invierno, también comienza la época de polinización de plantas como el olivo y en menor medida el plátano de sombra, cuya incidencia máxima se produce en abril y mayo. 

Predicción de alergias en primavera de 2024

Aunque el invierno está siendo complejo para los alérgicos, aún es pronto para hacer un vaticinio sobre la incidencia de las alergias en primavera. Principalmente porque las condiciones ambientales y meteorológicas pueden variar mucho hasta el comienzo del mes de abril. 

«Desde la SEAIC hacemos una previsión de cómo se espera esta temporada del año en cuanto a niveles de pólenes. Sin embargo, los cambios climáticos dificultan estas predicciones porque cuanto más cambia el tiempo, más alteraciones inusuales se producen», indica Zapata.

«Tenemos que ver cómo sigue el año meteorológico (temperatura, precipitación, viento, humedad…), porque la polinización está muy influenciada por la meteorología y estamos viendo en los últimos años cambios muy frecuentes en los patrones meteorológicos», explica Belmonte.

Por tanto, la previsión se presenta más o menos como todos los años. En el caso de Catalunya, la primavera siempre ha sido una estación particularmente mala para los alérgicos respiratorios, con un gran impacto en la vía respiratoria tanto superior como el aparato respiratorio inferior.

«Hasta un cuarto de la población que residen en Cataluña padece de rinitis y/o conjuntivitis alérgica con cerca de 600 mil personas, y hasta un 12% de asma alérgico, unos 300 mil habitantes, por lo que el impacto en calidad de vida de las personas alérgicas y en los servicios sanitarios, incluida las consultas de los especialistas en alergología, atención primaria y las urgencias cada año es más acusante durante la primavera», detalla Lorena Soto, coordinadora del comité de alergia respiratoria de Societat Catalana de al·lèrgia.