Los glaciares lo tienen cada vez más difícil para recuperarse del cambio climático  

Diversos estudios advierten que el cambio climático puede provocar la reducción permanente de las plataformas de hielo.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Los glaciares y el cambio climático están estrechamente relacionados. Se sabe que el cambio climático es un fenómeno con consecuencias globales. Y este está afectando de forma más intensa a algunos de los entornos más vulnerables, como los glaciares.

Es más, el calentamiento global está acelerando de tal manera el deshielo de los glaciares que es probable que, a finales de este siglo, se encuentren en un situación irrecuperable. 

En el norte de Groenlandia, uno de los lugares con mayor superficie cubierta por glaciares se encuentra el segundo más grande en extensión. Es conocido como la plataforma de hielo Petermann. Lo más probable es que, si se rompe y se fractura por el cambio climático, jamás se recupere. 

«Incluso si el clima de la Tierra dejara de calentarse, sería difícil reconstruir esta plataforma de hielo una vez que se haya derrumbado. Habría que ‘retroceder en el tiempo’ hacia un clima más fresco», así lo explica Henning Åkesson, experto de la Universidad de Estocolmo, en Noruega. 

«Este clima debería parecerse al período anterior a la revolución industrial para volver a hacer crecer al glaciar Petermann», añade Åkesson.

Deshielo de los glaciares acentuado por el cambio climático

El glaciar Petermann es una de las pocas grandes plataformas de hielo que quedan en Groenlandia. Esta particularidad hace que científicos de todo el mundo utilicen este entorno para monitorizar su tamaño y volumen.

Más aún cuando en la última década este glaciar ha perdido el 40% de su volumen. Sin olvidar que ha causado la rotura de iceberg más grande que algunos rascacielos de la ciudad de Manhattan. 

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El principal impulsor de la recesión global de los glaciares son los aumentos de gases de efecto invernadero. Fuente imagen: Pixabay

Actualmente, los científicos recalcan que existe un mayor riesgo de ruptura o incluso el colapso de la plataforma de hielo. Por ejemplo, en 2018, se descubrió una nueva grieta en medio de la plataforma de hielo. Este hecho renovó de nuevo las alertas sobre una nueva ruptura masiva del glaciar Petermann. 

«Nuestros hallazgos no son exclusivos del glaciar Petermann y Groenlandia. Y, si no lo son, el calentamiento de los océanos polares puede causar que las plataformas de hielo que protege esta zona del planeta lo tengan muy difícil para recuperarse», detalla Åkesson.

Consecuencias del colapso de glaciares 

En esta línea, otro reciente trabajo señala otro hecho alarmante. Debido al calentamiento global (al acelerarse el deshielo) los glaciares están en un riesgo más acentuado y acelerado de colapso.

Los expertos detallan concretamente que los glaciares se derriten más rápido. Por esta razón se teme que muchos se derrumben a finales de este siglo. Desapareciendo así gran parte de su masa.

Además, el hielo fundido elevaría drásticamente el nivel del mar inundando las ciudades costeras y las naciones insulares.

El principal impulsor de la recesión global de los glaciares son los aumentos de gases de efecto invernadero.

Expertos del IPCC

«El modelo sugiere que los glaciares gruesos y de flujo rápido son más sensibles al deshielo. Incluso más que los glaciares delgados y lentos. Los datos de los glaciares de Groenlandia respaldan que los glaciares gruesos podrían ser más inestables de lo que pensábamos debido al calentamiento global», Whyjay Zheng, autor principal de este estudio estadístico y experto de la Universidad e Berkeley en EE.UU. 

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Los glaciares de las zonas montañosas también están sufriendo un retroceso permanente. Fuente imagen: Pixabay

Glaciares en retroceso en las montañas

Del mismo modo, hay que tener en cuenta que los glaciares de las zonas montañosas (mucho menos voluminosos) también están sufriendo un retroceso permanente.

Expertos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático IPCC ya han recalcado en numerosas ocasiones algo muy revelador: «el principal impulsor de la recesión global de los glaciares son los aumentos de gases de efecto invernadero. Aquellos producidos por el hombre son los que han contribuido a los cambios en la masa de hielo»

Según estimaciones, se calcula que cerca del 30% de esta pérdida de hielo en volumen y masa es atribuible a la acción humana.