Mar Gómez presenta «Meteorosensibles», el libro que explica cómo influye el tiempo en la salud

¿Cómo influye el viento, el calor intenso o la contaminación en nuestra salud física y mental? El libro «Meteorosensibles», de Mar Gómez, lo explica

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Damos por hecho que las borrascas nos deprimen, que existe la astenia primaveral, que los vientos nos enloquecen o que la luna afecta al ciclo menstrual de las mujeres. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? Y más importante aún, que otros aspectos ambientales o cambios meteorológicos pueden afectar a nuestra salud física y mental. Mar Gómez, responsable de meteorología de Eltiempo.es y doctora en físicas, presenta su nuevo libro: «Meteorosensibles» (Editorial Península).

Empujada por su curiosidad científica, Gómez se sumergió en el estudio de la meteorosensibilidad, una disciplina poco conocida pero que tiene respuestas fascinantes para entender qué efectos tiene los cambios atmosféricos en nuestro cuerpo. Y más importante aún, cómo el cambio climático que sufre el planeta nos acabarán afectando a todos.

«La presión atmosférica, el viento, las altas temperaturas, la polución, la radiación solar, la altitud o el efecto de la luna son algunos de los aspectos en los que ahondo con la finalidad de desterrar mitos y hallar respuestas en el único lugar en el que desde niña busco la verdad: la ciencia», informa Mar.

¿Qué es la meteorosensibilidad?

El término meteorotropismo significa “sensibilidad al tiempo atmosférico«. Se trata de un concepto muy reciente, ya que fue acuñado por primera vez en 1938. «De la misma manera que el tiempo meteorológico es como el estado de ánimo, el clima sería como nuestra personalidad, construida de manera más robusta a lo largo de los años y que se va moldeando a través de las diferentes situaciones que vivimos, entre otras cosas», comenta Mar.

¿Cómo saber si eres meteorosensible?

Tal y como apunta, Mar Gómez en su libro, las personas meteorosensibles son las que tienen una cierta sensibilidad a los cambios en algunas variables meteorológicas como la humedad, la temperatura, la presión atmosférica o el viento. Estos cambios pueden dar lugar a la aparición de dolencias físicas y estados psicopatológicos.

Se estima que entre un 30 y un 60 % por ciento de la población es meteorosensible, algo que afecta especialmente a las mujeres (sobre todo durante la menstruación y la menopausia) y a las personas de edad avanzada.

«Se ha demostrado que las respuestas meteorosensibles o meteorotrópicas, tanto en personas sanas como en personas afectadas por cualquier enfermedad, se pueden observar más frecuentemente antes de cambios específicos en el tiempo; en casos extremos, estos pueden “sentirse” hasta 48 horas antes de que realmente ocurran», apunta Mar.

El libro «Meteorosensibles» analiza y profundiza en los factores y variables meteorológicos que sí han demostrado una influencia directa sobre la salud, tanto física como mental.

Factores que influyen en la meteorosensibilidad

1 – La presión

las variaciones de presión atmosférica (aumentos o descensos), la humedad relativa o la temperatura podrían influir en la percepción de los síntomas de la artritis. En cuanto a las migrañas, los cambios en la presión atmosférica podrían inducir o agravar este tipo de trastorno neurológico.

En cuanto a nuestra salud mental, se han encontrado vínculos entre la presión barométrica y los ingresos hospitalarios internos por manías y alteraciones en el estado de ánimo.

2 – El viento

«Algunos tipos de viento, debido a la ionización positiva de las masas de aire que transportan, pueden producir efectos en nuestro cuerpo y agravar ciertos aspectos de la salud mental, como transtornos afectivos estacionales o, incluso, incrementar el riesgo de suicidio.

3 – El calor

El calor puede producir efectos graves en nuestra salud, y esto se puede manifestar como calambres, agotamiento, insolación o hipertermia. También se produce estrés térmico, deshidratación o un empeoramiento de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales o trastornos electrolíticos.

En la salud mental, también puede agravar la irritabilidad, la agresividad y cambios en el estado de ánimo. Varios estudios demuestran que la criminalidad aumenta en episodios de olas de calor.

4 – La contaminación

La OMS estima que alrededor del 90 % de las personas del mundo respiran aire contaminado. Y otra cifra: En un año, la contaminación del aire es responsable de 4,2 millones de fallecimientos en todo el mundo.

Los investigadores han descubierto que los altos niveles de contaminación del aire pueden dañar las capacidades cognitivas de los niños, aumentar el riesgo de deterioro cognitivo en los adultos, producir más agresividad y posiblemente incluso contribuir a la depresión.

5 – El sol

La exposición a la luz solar representa más del 90 % de las necesidades de vitamina D de la mayoría de las personas. La luz solar puede proporcionar un efecto protector significativo para la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inflamatorias y la diabetes.

La serotonina, por su lado, regula las emociones, el sueño, el apetito, el ritmo cardíaco, la temperatura corporal o el apetito sexual.

6 – La luna

«No hay evidencias concluyentes que demuestren que existe una relación entre el ciclo lunar y el ciclo menstrual ni con la frecuencia de los partos. Tampoco hay evidencias de que los ciclos de nuestro satélite puedan influir en nuestro bienestar mental.