Un gran sistema de corrientes oceánicas podría pararse y afectaría al clima terrestre
LA AMOC, el sistema de corrientes oceánicas que regula el clima de la Tierra podría colarse en solo un par de años.
Mario Picazo
Las corrientes oceánicas juegan varios papeles importantes en el sistema climático de la Tierra y uno fundamental es el de regular el clima del planeta. Una de los grandes sistemas de corrientes oceánicas es la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC) y desempeña un papel crucial en la redistribución del calor y de salinidad en los océanos del mundo.
Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Copenhague muestra como la AMOC podría estar al borde del colapso y ese cambio podría llegar tan pronto como en el año 2025. De producirse podría tener un gran impacto en la regulación de la distribución de energía por el planeta.
La AMOC podría colapsarse tan pronto como en 2025, generando importantes cambios en el clima de la Tierra
Los cálculos de esa variación llegan de un estudio realizado por Peter Ditlevsen y Susanne Ditlevsen. Los científicos daneses han mostrado los primeros indicios de cambios en la circulación respecto a las variaciones naturales que habitualmente experimenta. Cambios fundamentales que pueden transformar el sistema climático de la Tierra en otro muy diferente.
AMOC: un sistema de corrientes que se ha ido desacelerando
La AMOC, ese gran sistema de corrientes oceánicas que regula el intercambio de energía desde el trópico hacia el hemisferio norte, se ha ido desacelerando desde mediados del siglo pasado.
De pararse por completo, se espera que Europa experimente inviernos mucho más fríos y que el monzón asiático sea otro muy diferente.
Si la AMOC se acaba parando Europa podría vivir en un clima mucho más frío que en la actualidad
Son cambios a gran escala que tendrían un gran impacto en los ecosistemas del planeta pero también a la hora de proporcionar seguridad alimentaria a la población global. No es fácil hacer predicciones precisas del comportamiento de la AMOC por qué no llevamos tanto tiempo estudiando su comportamiento con detalle.
Sólo hemos estado monitoreando su dinámica con cierto detalle desde 2004. Eso no permite entender del todo la razón por la que desde el siglo pasado ha estado ralentizando su movimiento.
Modelos numéricos para entender mejor la evolución de la AMOC
Sin embargo, con el uso de modelos numéricos los expertos han podido identificar una región del océano donde parece existir una sólida relación entre las temperaturas de la superficie del mar y la circulación oceánica en sí. Es un método que permite reconstruir su comportamiento hasta 1870.
Otra importante señal de cambio prematuro que han detectado los investigadores es la «pérdida de resiliencia» en el sistema. Algo que se refleja en las mayores fluctuaciones y variaciones del sistema. Algo así como el creciente bamboleo de una peonza antes caer.
El uso de estas dos señales de alerta temprana para evaluar la condición de AMOC sería como medir el pulso y la presión arterial para monitorear la salud del corazón. El modelo del equipo sugiere que esta importante circulación oceánica podría detenerse ya en 2025, y probablemente a más tardar en 2095.
Predicciones fuera del rango de las del IPCC
Las predicciones realizadas en este estudio no coinciden en el tiempo con las publicadas en los recientes informes del IPCC. Suponen un colapso de la AMOC mucho antes, incluso existe la posibilidad de que el parón de la AMOC llegue ya dentro de un par de años.
Es un cálculo complejo que depende de varios factores como la salinidad, el deshielo glacial o incluso la formación de agua en las profundidades del océano. La velocidad a la que ocurran muchos de los cambios serán determinantes para saber que acaba pasando en el Atlántico.
Ya se han realizado predicciones anteriores en las que el cambio de uno sólo de los parámetros mencionados puede llevar a un cambio radical del sistema climático del planeta conducido por una AMOC parcial o totalmente colapsada.
Como en muchos otros casos, urge frenar la quema de combustibles fósiles que llevan al calentamiento global. Ese aumento térmico que vive la atmósfera y los océanos contribuye sin duda al deshielo glacial. Es solo uno de varios ingredientes que contribuye al cambio que está experimentando la AMOC.