Vaqueros del Ártico capturan icebergs para tener agua dulce

Un iceberg puede aportar miles de litros de agua dulce a una zona afectada por la sequía donde el abastecimiento de agua dulce es limitado

Mario Picazo

Mario Picazo

El mundo de los icebergs no ha tenido tanto protagonismo desde que uno impacto con el Titanic hace ya más de un siglo. Hoy, cada año cerca de 100.000 turistas se acercan a las costas de Terranova en Canadá para verlos flotar a la deriva una vez se desprenden de los maltrechos glaciares de la región. 

Divisar icebergs está de moda y supone una importante inyección económica para algunas zonas por las que se mueven con frecuencia.  No todos los locales del lugar viven del turismo que generan estas masas de hielo, algunos se dedican a capturarlos y por eso se les conoce como los ¨Vaqueros del Ártico¨.

Salen al mar en sus barcos de pesca, los capturan, los remolcan a puerto, los funden y luego venden el agua para usos varios. Un agua que según los capturadores tiene una pureza única y un sabor delicioso. 

Un iceberg puede proporcionar miles de litros de agua dulce pura para miles de personas. Foto: Unsplash

Transportar icebergs a lugares remotos necesitados de agua

Durante décadas, se ha hablado de remolcar icebergs desde los polos a climas más cálidos para ayudar con la sequía que acecha a muchas regiones del mundo. Llevar agua dulce desde el Ártico o Antártida a zonas continentales relativamente cercanas es una realidad cada vez más palpable.

Naciones Unidas advierte, en su último informe presentado en la COP28 de Dubái, que en 2030, la mitad de la población mundial vivirá alguna situación de sequía más o menos extrema.

Eso quiere decir que miles de millones de personas del planeta van a tener que buscar alternativas a la hora de conseguir agua potable para su día a día.

Cerca de dos tercios del agua dulce del planeta esta encerrada en el hielo de las regiones polares del planeta

 Agua dulce hay mucha, lo que ocurre es que cerca de dos tercios está encerrada en casquetes polares y glaciares. Para identificar los icebergs que más agua pueden aportar y que a la vez son transportables se pueden utilizar imágenes de satélite. 

​Una vez localizados y listos para ser remolcados, también se puede calcular el potencial de agua que puede aportar un iceberg al llegar a una determinada ubicación a cientos o miles de kilómetros. 

Alan Condron, científico del Instituto Oceanográfico Woods Hole en Massachusetts, emplea un modelo numérico para simular la evolución de icebergs remolcados desde Antártida hasta Ciudad del Cabo y a los Emiratos Árabes Unidos

Evitar que el hielo se funda por el camino

Los factores que más reducen el hielo de un iceberg transportado son la radiación solar, la erosión de las olas y el intercambio de calor entre el océano y la masa de hielo. Se pueden hacer cálculos del agua que aportaría un iceberg de 300 metros de largo y 200 metros de espesor transportado de Antártida a Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Una vez alcanzado su destino, ese volumen serviría para suministrar 2.4 millones de litros de agua. Ese volumen puede servir para abastecer las necesidades básicas de agua potable de unas 700.000 personas, o alrededor de una quinta parte de la población de la ciudad, durante un día. 

El gran reto de estos vaqueros del hielo es intentar perder la menor cantidad de agua durante el viaje del iceberg.  Una manera de retardar el deshielo es envolviéndolo en un material aislante. Así se evita que a lo largo del recorrido, el agua del mar vaya fundiendo rápidamente el hielo. 

Hay vida entorni a los icebergs que sirven de hogar para un buen número de especies. Foto: Unsplash

El impacto medioambiental de capturar icebergs

Se han realizado varios estudios para entender mejor el impacto medioambiental que puede tener remolcar icebergs lejos de su ubicación natural. Cuando una masa de hielo se desprende de un glaciar y se convierte en un iceberg refresca el océano y aporta nutrientes como fosfatos, hierro, azufre o nitratos. 

También influye en la salinidad y densidad del agua en la zona. El agua más densa se hunde y genera una circulación que crea una corriente ascendente. Con ella llegan nutrientes del fondo del océano. Donde hay nutrientes hay vida, y se crea un ecosistema entorno al iceberg.

El tamaño de un iceberg es lo que condiciona el tipo de vida que se genera en su entorno y la extensión del ecosistema. Además, los icebergs también juegan un papel importante para las aves marinas, los pingüinos, las focas, las ballenas y los osos polares