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.. ¡ Oh dios mio!,gracias Antonio por el bocata de mortaja,digo de mortadela boloñesa(chapata,rúcula,lascas de parmesano, huevo,etc,etc)que esta de muerte para poder contrarrestar las energías gastadas en el paseo al que nos has invitado,la vista se me nubla ante las torres ya que llega un momento con la hipoglucemia que no se si se inclinan a dcha o izda y que decir de los interiores de tanto mirar esos magníficos techos;un abrazo al que le acompaño ni serc ni dogmatil....

Sin duda una ciudad espectacularmente bella ANTONIO, y ni que decir de esos cortes de mortadela, menudos bocatas salen para guardar la línea, jajaja. Un abrazo desde el Niu.

El serc y el dogmatil a la basura, ni tienes vértigos ni sufres alucinaciones maño, te lo explico. Las torres de Bolonia se construyeron en la época de la de Pisa, (siglos XII-XIII) y como ésta también están inclinadas, la torre Asinelli, la más alta, tiene 98m. de altura y una inclinación de 1,3m. y la Garisenda 48m. y casi la misma inclinación que la de Pisa, así pues ya ves que no has visto alucinaciones. Curiosidades, la torre más alta, Asinelli, puedes subir sus 498 escalones para tener unas magníficas vistas de la ciudad, hay que tener un par de weps para hacerlo, yo ni loco, la otra más baja por su inclinación no se puede visitar. La torre Garisenda, la más baja, era la más alta de la antigüedad pero en el siglo XIV la recortaron por su inclinación. Como ves, hay muchas cosas torcidas en este planeta nuestro que desconocemos. Abrazos.

Yo desconocía que la mortadela era un producto típico de Bolonia, la verdad es que está riquísima, la cortan muy fina y se deshace en la boca. Nosotros también podemos presumir de la mortadela de aceituna sevillana, producto estrella de mis meriendas, jaja. Siempre procuro, en mis viajes, visitar los mercados de abastos donde puedes comprobar la variedad de los alimentos de la zona. Abrazos para el Niu.

Esta es una de las ciudades que me ha quedado pendiente para próximos viajes... ¿para cuándo?; pues cuando nos dejen, que además de muchas otras cosas, me han dejado sin afición favorita, la de viajar. Gracias por compartir este magnífico reportaje. Un abrazo, Antonio.

Vaya belleza de interiores en las Iglesias Antonio, no tienen nada que envidiar a ciudades con más renombre que Bolonia. Me llama también la atención que como aquí en Castilla, hay calles soportaladas. Felicidades por el reportaje. Un abrazo y a cuidarse.