Cómo afectan los episodios de calima al atún en lata que te comes 

Un estudio relaciona la presencia de calima y polvo en suspensión del Sáhara con un incremento de la presencia de atunes.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El atún es una de las especies de peces más consumidas por el ser humano. El movimiento de sus bancos determina en buena medida la actividad del sector pesquero que se dedica a su pesca y captura.

Un estudio reciente ha constatado una relación entre la calima procedente del desierto del Sáhara con los movimientos migratorios del atún. Según los autores, la deposición del polvo de la calima en el océano favorece la alimentación y crecimiento del zooplancton, jugando un papel muy importante en la cadena trófica

Se trata del primer estudio que constata la relación entre los aportes atmosféricos de polvo del desierto al océano.

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Fuente de imagen: Pxphere

Relación entre la calima y la pesca del atún

Este aumento del zooplancton sirve de alimento para otras especies marinas como larvas de peces, moluscos, cefalópodos y de grandes depredadores. En base a esta observación, los expertos concluyen que los atunes llegan a migrar por las aguas del Océano Atlántico «siguiendo el cambio estacional de la deposición de polvo del Sáhara», una de las zonas de pesca más importantes del mundo. 

«Estos resultados tienen enormes implicaciones pesqueras y económicas, pues el atún listado es el atún comercial más importante del Atlántico, con capturas anuales de alrededor de 253.000 toneladas al año». Así lo estima Sergio Rodríguez, investigador del CSIC en el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología y primer autor del estudio conformado por un equipo de expertos internacionales

Según estos investigadores, la calima se mueve según la propia circulación de la atmósfera y estos enormes bancos de peces siguen esta dirección. Un movimiento desde el ecuador hacia las Islas Canarias al que han denominado migración atlántico–sahariana del atún listado. 

«La polvorienta capa de aire sahariano se va desplazando, mes a mes, de invierno a verano, hacia el norte, y los atunes listados se desplazan debajo de esta corriente de polvo», indica Rodríguez. De este modo, la calima fertiliza el océano Atlántico con compuestos y elementos como el hierro, fósforo y oligoelementos importantes para el crecimiento del fitoplancton.

calima canarias

El polvo en suspensión, fuente de nutrientes para el atún

En contra de lo que muchos creen, las aguas de los océanos no siempre son un entorno favorable para las especies marinas  Es más, las aguas abiertas de las masas oceánicas también se denominan con mucha frecuencia “desiertos azules”. Reciben este apodo por la baja cantidad de nutrientes que se encuentran en el agua. Por lo tanto, estas áreas también son bajas en fitoplancton. 

En cambio, en aquellos puntos en los que los movimientos atmosféricos depositan los compuestos y sustancias de la atmósfera, se incrementa la fuente de alimento para estas especies. «En los desiertos azules, la deposición atmosférica representa el mayor aporte de nutrientes y, en este sentido, destacamos el aporte del polvo del Sahara», recalca el investigador del CSIC.

Se estima que el 4% de la calima es hierro y que el 0,8% es fósforo, dos nutrientes esenciales para la alimentación y desarrollo del fitoplancton. «También contiene silicio en un 18% y calcio en un 4%, fundamentales para que el fitoplancton pueda construir esqueletos y conchas. Contiene también metales como manganeso, cinc, cobalto y níquel, esenciales para funciones metabólicas», añade Rodriguez. 

Por tanto, la calima actúa como un fertilizante y favorece zonas ricas en fitoplancton y zooplancton ya que la deposición de aerosoles atmosféricos tiene un impacto en toda la cadena alimentaria.