El apoyo de la Inteligencia Artificial en la lucha contra el cambio climático

Cada día son más las empresas privadas y los organismos públicos que están integrando la IA en sus sistemas

Mario Picazo

Mario Picazo

Cada día disponemos de más herramientas para luchar contra el cambio climático, y una que suena con fuerza últimamente es la de la Inteligencia Artificial (IA). Hay una necesidad de controlar las emisiones de gases de efecto invernadero ya que amplifican el cambio climático. Simultáneamente, es crucial potenciar el uso de las renovables, un ejercicio que se puede mejorar y mucho con el uso de la IA.

Una buena parte del aumento de la inflación que hemos vivido estos últimos dos años ha llegado de la mano del cambio climático. Los fenómenos meteorológicos más extremos, que se dan cada vez con mayor frecuencia, limitan la producción de muchos alimentos, aumentado su precio en el mercado. 

Por eso, una transición hacia un sistema energético más limpio es fundamental para limitar la inflación. La IA puede conseguir que todos los procesos de ajustar emisiones y potenciar el uso de la energía limpia se lleven a cabo de forma más eficiente. 

De hecho, según un informe de la encuesta BCG Climate AI Survey de 2022, el 87% de los directores ejecutivos de los sectores público y privado con poder de decisión en la IA y el clima, consideran que la IA es una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático. 

Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial está cada vez más presente en empresas privadas y en el sector público. Foto: Unsplash

La inteligencia artificial elemento clave para preparar datos climáticos

La IA tiene muchas aplicaciones, incluyendo algunas tareas que habitualmente hacemos los humanos. Precisamente el cambio climático es uno de los problemas más complejos a los que se ha enfrentado la humanidad y tenemos la capacidad de hacerle frente con la IA. 

Una de las labores que por ejemplo llevan tiempo de preparación, es la de elaborar bases de datos climáticos. Suelen ser de gran volumen y requieren mucho tiempo de recopilación, análisis y programación para poder usarlos en la toma de decisiones. 

El uso de la IA que incorpora elementos del cambio climático que evolucionan constantemente, nos ayuda a hacer predicciones más detalladas sobre la metamorfosis del medio ambiente. Los resultados obtenidos nos ayudan a implementar en tiempo récord esfuerzos de mitigación.

Inteligencia artificial para alcanzar un escenario de emisiones netas cero

También se puede usar la IA para reducir las emisiones y la huella de carbono. La IA puede alimentar toda la cadena de actividades relacionadas con la transición de una economía basada en el carbono a una economía neta con cero emisiones de carbono

Pensando por ejemplo en la energía eólica, la capacidad de construir molinos de viento cada vez más grandes depende de tener materiales que sean excepcionalmente ligeros y extraordinariamente fuertes pero que, al mismo tiempo, puedan soportar condiciones climáticas extremas. 

En ese apartado hay cada vez más aplicaciones de la IA que permite mejorar el diseño y la creación de esos materiales óptimos. La IA, ha supuesto un ahorro de costes en sectores como el de la electrificación del transporte, la fabricación aditiva, las transformaciones en la agricultura y las redes eléctricas inteligentes. 

También es una poderosa herramienta que puede ayudar a conseguir soluciones más eficientes energéticamente hablando

El simple hecho de alimentar a los modelos de predicción meteorológica con datos de satélite o de observaciones en superficie, supone llegar a la solución de forma más eficiente y en tiempo récord.

Controlas las emisiones de gases de efecto invernadero de forma eficiente es cada vez más posible gracias a la IA. Foto: Unsplash

Ejemplos concretos de la aplicación de la IA al cambio climático

Una de las muchas aplicaciones de la IA al cambio climático tiene que ver con el uso de los satélites que realizan observaciones para evaluar cambios en la Tierra. Con ellos podemos por ejemplo monitorear los incendios forestales y determinar las posibles fuentes de dióxido de carbono que se encuentran en el entorno. 

La red de satélites es cada vez más compleja y la IA puede ayudar a buscar la forma más segura y eficaz de que todos operen debidamente y que la información que obtienen sea lo más precisa posible. 

Otro ejemplo está relacionado con la fusión de hielo en el Ártico. Sabemos que se produce a un ritmo imparable pero necesitamos datos concretos que llegan de barcos que recorren la región. En invierno, las condiciones del hielo dificultan las operaciones de los barcos, y se crea una brecha importante en la base de datos por su escasez, dado que la observación y la recopilación se complica. 

Para compensar ese vacío de información, se usan robots impulsados ​​por IA y de esa forma se sigue acumulando información ya que la tecnología proporciona predicciones basadas en tendencias y patrones. 

Inteligencia Artificial
Fuente imagen: Pexels

Retos de futuro al utilizar IA para luchar contra el cambio climático

Entre los principales desafíos que tenemos para entender cómo y porqué está cambiando el clima, está entender las complejidades de la parte viva de nuestro ecosistema, particularmente nuestros océanos. 

Los océanos son quizá lo más complejo y de lo que menos sabemos dentro del sistema climático de la Tierra. El presupuesto es elevado a la hora de desplegar y mantener un número de barcos para observar el océano y recopilar los datos necesarios. 

Los robots se utilizan cada vez más para ese trabajo, pero es necesario mejorar sus capacidades autónomas. La supervisión y predicción adicionales que la IA proporciona a los investigadores son valiosas, pero hay gastos que deben valorarse para evaluar si el beneficio, en términos de trabajo, sobre el cambio climático compensa.

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