Nieve artificial más sostenible en España que podría ‘salvar’ el esquí

Un proyecto pretende desarrollar una tecnología para producir nieve de forma más sostenible.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

La temporada de invierno es uno de los periodos más importantes en los sistemas montañosos de España. Las nevadas hacen de estas áreas un importante reclamo turístico y deportivo, convirtiéndose en un auténtico pilar económico alrededor de los deportes de invierno como el esquí o el snowboard.

Pero en un contexto de cambio climático actual como el que vivimos, en el que las precipitaciones son cada vez más irregulares y las temperaturas cada vez más altas, el mantenimiento de la nieve está en riesgo por la falta de manto blanco y el coste de la producción de nieve artificial. 

En este contexto, un grupo de expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de forma conjunta con Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), se encuentra desarrollando un proyecto que pretende diseñar una tecnología para producir nieve artificial de forma más sostenible.

Producción de nieve artificial sostenible 

Esta nueva tecnología será capaz de obtener un volumen de nieve igual o superior a la tecnología convencional de los cañones de nieve actuales. Pero con menos agua y energía. Como resultado, se ofrecerá una nieve muy parecida a la natural, el gran reclamo de los amantes de los deportes de invierno. 

Al contrario que la tecnología actual, que usa exclusivamente agua como materia prima para crear nieve, la nueva tecnología simula el proceso natural de mineralización del agua y lo reproduce a pequeña escala.

«En la atmósfera no hay sólo gotas de agua, sino también partículas en suspensión (de sal del mar, de minerales, polen…) sobre las cuales se condensa el agua para dar lugar a las nubes y a la nieve», apuntan desde el CSIC. 

De este modo, el procedimiento imita el proceso natural de formación de las nubes y la nieve al usar feldespatos. Estos últimos son sustancias inofensivas para el entorno y se pueden encontrar en gran cantidad en la atmósfera. 

«El proyecto estudiará el uso de la nueva tecnología en todas las situaciones reales posibles para determinar su viabilidad y los beneficios en términos de ahorro energético, de agua y de capacidad de innovación. Se ha diseñado para obtener los máximos resultados universales, con pruebas en diferentes localizaciones», añaden desde el CSIC. 

Estaciones de esquí para investigar la nieve artificial 

Por el momento, las pruebas en laboratorio son muy positivas y optimistas. Aún con esto, todavía debe probarse esta tecnología y sus procesos a otras escalas para evaluar la fiabilidad y viabilidad. 

Por esta razón, durante los próximos años se investigará y aplicará en diversas instalaciones invernales gestionadas por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) como las estaciones de esquí de La Molina, Vall de Núria, Vallter, Espot, Port Ainé y Boí Taüll.

La nieve ante el cambio climático

Según las últimas investigaciones, la región mediterránea va a sufrir un incremento notable de las temperaturas en las próximas décadas. Por su parte, el régimen de nevadas será más irregular. En concreto, se espera un aumento de 1,6ºC en los próximos 25 años. 

Este es un panorama muy poco halagüeño para las estaciones de esquí. No se debe olvidar que es un sector que, en España, mueve cientos de millones de euros y da empleo de una forma directa e indirecta a miles de personas.

«El principal reto es, pues, conseguir reducir los costes energéticos y ampliar las condiciones meteorológicas en las que se puede producir nieve de forma óptima. Además, la nueva tecnología consigue un menor consumo de agua para el mismo volumen de nieve, ya que la nieve se forma siguiendo un proceso más parecido al natural», concluyen desde el CSIC.

De este modo, este tipo de tecnología de producción sostenible de nieve artificial puede aumentar la resiliencia de las zonas de montaña y contribuir a mejorar la conservación del medioambiente