Las lluvias y los vientos limpian la atmósfera de alergia en Semana Santa

Los índices de alergia han descendido de forma notable en las primeras semanas de la primavera por las condiciones meteorológicas.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Las últimas semanas del invierno se registraron unos niveles de alergia inusualmente altos para esta época del año. Sin embargo, desde la entrada de la primavera, la situación ha cambiado dando una tregua a los pacientes alérgicos. 

Las condiciones meteorológicas de finales de marzo, con precipitaciones en prácticamente todo el país y vientos moderados, han limpiado la atmósfera de polen. De hecho, las lluvias y el viento son un factor determinante para disminuir la sintomatología de los cuadros alérgicos. 

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Fuente de imagen: Pixabay

Reducción de los niveles de polen y alergia 

Los niveles de polen y otros alérgenos presentes en la atmósfera se han reducido de forma notable en los últimos 10 días: el nivel de polen en España es moderado o incluso nulo en todo el país. 

En concreto, regiones como Castilla y León, buena parte de Castilla-La Mancha, Lleida y Cádiz registran una concentración de polen muy baja. Por su parte, en el resto del país, los índices polínicos con bajos de tipos de polen como abedul en el norte del país, gramíneas en el centro y costa mediterránea y olivo en el sur del país. 

No obstante, a pesar de la bajada de los índices polínicos, se espera que las condiciones meteorológicas de las próximas semanas favorezcan la presencia de polen en el ambiente, especialmente de especies como las gramíneas. 

De hecho, las previsiones indican que los síntomas de la alergia sean más persistentes debido a las condiciones meteorológicas de esta primavera, tal y como indica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). 

En España existen cerca de ocho millones de alérgicos de los que el 85% son pacientes alérgicos a las gramíneas, seguidos de pólenes de olivo, la arizónica, el plátano de sombra, la salsola y la parietaria.

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Fuente de imagen: Eltiempo.es

Relación entre lluvia, viento y alergia 

En lo que respecta a la incidencia de la alergia en los pacientes, existe una relación directa entre las condiciones meteorológicas y la intensidad de los síntomas. Por un lado, fenómenos como la lluvia y el viento limpian la atmósfera de granos de polen alérgenos al arrastrarlos al suelo y dispersarlos por la atmósfera.

Con ello, se reducen los niveles de alergia ya que se limita la posibilidad de que los granos de polen afecten a las personas al no estar presentes en el ambiente y reducir su concentración en el aire.

Por contra, factores como el calor, las altas temperaturas y la estabilidad ambiental contribuyen al registro de picos más altos de los niveles de polen y episodios más largo, duraderos, intensos y agudos de alergia. Principalmente, porque el calor favorece la polinización de las plantas y permanecen durante más tiempo en la atmósfera ante la ausencia de lluvias y viento. 

Consejos para evitar las alergias 

Para evitar en la medida de lo posible la alergia, lo más adecuado es acudir a un profesional sanitario que diagnostique el origen de la sintomatología y paute un tratamiento indicado. 

Además, también se pueden llevar a cabo una serie de acciones preventivas destinadas a limitar la incidencia de la alergia. Por ejemplo, se recomienda consultar las condiciones meteorológicas y los niveles de polen antes de salir de casa. 

Igualmente, se aconseja usar mascarilla al aire libre, especialmente en zonas con mucha vegetación, para los pacientes alérgicos que presentan síntomas más severos y evitar actividades al aire libre en las horas de mayor concentración de polen, especialmente por las tardes y ducharse tras estar al aire libre para eliminar la posible presencia de polen. 

En lo que respecta al hogar, también se aconseja limitar el ventilado del hogar a unos minutos al día, mejor durante la mañana, lavar la ropa de cama y de calle de forma frecuente y evitar tender la ropa al aire libre en los días de mayores niveles de polen.