Luna llena de marzo: curiosidades sobre la luna del gusano

Los primeros días de marzo nos traen, también, nuestra ineludible cita con la luna llena. En la cultura popular, esta luna llena es conocida, en el hemisferio norte, como la luna del gusano. Es un recordatorio de la llegada de la primavera.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Los primeros días de marzo nos traen, también, nuestra ineludible cita con la luna llena. En la cultura popular, esta luna llena es conocida, en el hemisferio norte, como la luna del gusano. Es un recordatorio de la llegada de la primavera.

Cómo ver la Luna llena

La Luna está cerca de la estrella Régulo, en la constelación Leo. Es visible durante casi toda la noche. Oficialmente, entrará en fase de luna llena a la 13:40 (horario peninsular español) del 7 de marzo. Sin embargo, parecerá estar llena durante varios días.

Por lo que, en los próximos días, podremos disfrutar del espectáculo si así lo deseamos. No es necesario utilizar instrumento astronómico alguno para ver la luna llena, pero, naturalmente, pueden darnos una visión diferente de nuestro satélite.

Eso sí, por extraño que pueda parecer, en realidad estas no son, necesariamente, las mejores fechas para observar la superficie de la luna. Durante la luna llena, lo que vemos es nuestro satélite durante el mediodía del hemisferio visible.

luna llena del ciervo

Es decir, las sombras son mucho más cortas que en las fases de cuarto creciente o menguante. Además, la Luna es más brillante en esta fase, por lo que quizá no podamos apreciar muchos detalles. Dependerá del instrumento que usemos.

En algunos telescopios, de hecho, es posible adquirir filtros para reducir el brillo de la luna y, así, poder apreciar más detalles. Otra opción, muy recomendable, es observar el satélite en las fases de cuarto creciente y cuarto menguante.

En ambas fases, aunque veremos menos superficie iluminada, las sombras serán mucho más largas, por lo que podremos apreciar muchos más detalles de la superficie lunar. Además, las fechas de la luna llena son las peores para observar los objetos del espacio profundo.

La luna de Pascua (en ocasiones)

En ocasiones, la Luna llena de marzo es la que define las fechas de la Pascua (y también de la Semana Santa). Este año, tenemos una luna llena a principios de marzo y otra a principios de abril. Necesitamos fijarnos en el equinoccio de marzo.

Huevos de pascua

La Pascua tiene lugar (al igual que la Semana Santa) tras la luna llena más cercana al equinoccio. La luna llena de abril tendrá lugar entre los días 5 y 6. Será la más cercana al equinoccio y, por ello, la Semana Santa tendrá lugar a primeros de abril.

Las largas salidas de la Luna

En marzo, además, se da otra curiosidad. Es la época del año en la que la luna tarda más en elevarse sobre el horizonte, de un día al siguiente. A unos 40 grados latitud norte, la luna tarda 75 minutos en elevarse sobre el horizonte con relación al día anterior.

Esto se prolonga durante varias jornadas. Tiene como consecuencia (beneficiosa si nos gusta observar el cielo) que las primeras horas tras el atardecer sean más oscuras. Hasta la salida de la luna, es un buen momento para observar el espacio.

La luna llena. Crédito: Pexels

No sólo eso. Con el paso de los meses, la altura máxima que alcanza la luna en nuestro firmamento va variando. Su arco es más bajo que en el de las lunas llenas de los meses anteriores. Seguirá acortándose hasta el solsticio de verano.

En el hemisferio sur, naturalmente, sucede lo opuesto. La Luna describe un arco cada vez mayor, camino a la llegada del solsticio de invierno. En otoño, por cierto, sucede lo opuesto, la Luna tarda menos de lo habitual en volver a salir sobre el horizonte.

Luna llena de marzo: la luna del gusano

Como ya sabremos, la luna llena no tiene ningún nombre especial en el mundo de la astronomía. Se la conoce, simplemente, como la luna llena del mes en el que tenga lugar (es decir, estamos ante la luna llena de marzo).

Sin embargo, desde hace unas décadas, se está popularizando los nombres de algunas tribus amerindias, gracias a su publicación por parte de algunas publicaciones estadounidenses. Estos nombres han ido ganando popularidad con el paso del tiempo.

Los nombres proceden de las tribus amerindias (nativas de América del Norte), que asociaban cada luna llena a algún fenómeno propio del momento del año en el que sucedía. Así, la luna llena de marzo se llamaba la luna del gusano.

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Fuente de imagen: Pixabay

El nombre hace referencia a que, en esta época del año, la lombriz de tierra se vuelve a dejar ver, tras los meses del invierno, tras la descongelación del suelo. También podemos utilizar estos nombres en el hemisferio sur.

En ese caso, allí estamos ante la luna de cosecha. Hace referencia a que, en esta época del año, la luz de la Luna da más horas de visibilidad en el campo, permitiendo aprovechar ese tiempo para recoger lo sembrado. En España también se la llama la luna de Cuaresma.

En definitiva, estos nombres no dejan de ser un recordatorio (al margen de su popularidad) de que nuestros ancestros tenían una relación más estrecha con nuestro satélite. Era una gran herramienta para medir el paso de las estaciones.