Meteopedia

Primavera

¿Qué es la primavera?

La primavera astronómica es la temporada del año ubicada entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano. Es una de las 4 estaciones astronómicas del año en las zonas templadas, posterior al invierno y anterior al verano.

En el hemisferio norte transcurre entre el 20 o 21 de marzo y alrededor del 21 de junio, aproximadamente, mientras que en el hemisferio sur abarca desde el 22 o 23 de septiembre hasta el 21 o 22 de diciembre. Por tanto, la primavera austral coincide con el otoño boreal, y viceversa.

Empieza en uno de los días del año en los que se tiene aproximadamente el mismo número de horas de día y de noche (equinoccio de primavera, -el otro es el equinoccio de otoño-). El día exacto en el que esto ocurre se denomina equilux. Por el contrario, la primavera termina el día más largo y la noche más corta del año, ya que el mayor número de horas de luz solar se da con el solsticio de verano. Por tanto, a medida que avanza la primavera, los días cada vez son más largos y las noches más cortas.

El equinoccio de primavera se produce cuando el Sol está situado sobre el plano del ecuador terrestre. De esta forma, el Sol brilla de forma directa (perpendicular) sobre el ecuador, por lo que ambos hemisferios presentan igual luminosidad. Esto mismo sucede en el equinoccio de otoño.

El solsticio de verano marca el final de la primavera y el comienzo del verano. Es el momento del año en el que se tiene un mayor número de horas de luz solar. Coincide con el solsticio de invierno en el otro hemisferio.

Por otro lado, los climatólogos y meteorólogos emplean en determinadas ocasiones el concepto de primavera meteorológica, la cual comprende los meses de marzo, abril y mayo en el hemisferio norte, y los meses de septiembre, octubre y noviembre en el hemisferio sur.

En los últimos años, el calentamiento global parece provocar la aceleración del paso del invierno al verano.

Clima en primavera

En latitudes medias, y centrándonos especialmente en España, la primavera se caracteriza por su variabilidad, tanto en las temperaturas como en las precipitaciones.

Durante la estación, se produce un aumento progresivo de la temperatura, consecuencia de la mayor duración de los días y la mayor insolación. No obstante, es frecuente que los primero días cálidos aparezcan intercalados con episodios de ambiente más invernal (especialmente en marzo), mientras que a finales de la estación ya pueden tenerse días plenamente veraniegos, con temperaturas que superan los 30°C en amplias zonas del país.

La nieve puede seguir apareciendo en zonas de montaña, mientras que en zonas costeras mediterráneas las playas comienzan a llenarse a medida que avanza la primavera.

La amplitud térmica es notable en zonas interiores, donde ya pueden darse temperaturas muy agradables en las horas centrales del día y mínimas todavía bajas a primera hora de la mañana. No es extraño que en el interior la temperatura oscile 20ºC a lo largo de una misma jornada. De igual forma, pueden darse diferencias notables de temperatura a lo largo del día por cambios de masas de aire y asociados a chaparrones intensos (que hacen bajar bruscamente la temperatura).

La insolación comienza a ser destacada durante la primavera. Se conocen como días primaverales aquellos con temperaturas alrededor de los 20°C.

La temperatura media en España en primavera es de 13.6°C, siendo mayor en mayo y menor en marzo. Los valores más altos se suelen dar en puntos de la mitad sur, mientras que el Cantábrico y zonas altas de la mitad norte son las zonas más frías.

Por su parte, las precipitaciones se caracterizan por su irregularidad en esta estación. La precipitación media en España se sitúa en 173.13 mm, pero distribuida de forma muy heterogénea a lo largo el mapa.

Las zonas más lluviosas corresponden a la vertiente cantábrica y a zonas de montaña de la mitad norte, con precipitaciones que alcanzan los 400 mm. Por el contrario, las zonas más secas son el sureste peninsular (Almería y Murcia) y las islas orientales de Canarias.

A medida que avanza la primavera es menos frecuente que nos alcancen grandes frentes y borrascas atlánticas, siendo pequeños embolsamientos de aire frío (DANAs) los principales responsables de las precipitaciones. Éstas son de menor duración, pero pueden ser de gran intensidad, en forma de chaparrones. Además, las tormentas aparecen de forma frecuente, especialmente a finales de la estación a partir del mediodía y en zonas de montaña. Tampoco son raras las granizadas asociadas a ellas.

Características de la primavera

Esta temporada se identifica con el deshielo, la floración de las plantas, el despertar de los animales en hibernación y el regreso de las especies migratorias.

Las hojas y flores de los árboles de hoja caduca vuelven a crecer de forma gradual, devolviendo el colorido a los paisajes tras el invierno. Esta floración es progresiva, comenzando la de algunas especies incluso a mediados del invierno en las zonas más templadas, y avanzando (en general) de sur a norte y de menor a mayor altitud.

Estos cambios en la naturaleza y el clima, representados por una mayor luminosidad y colorido, provocan un cambio en la energía de las personas, con un mayor estado de ánimo general. De hecho, en la literatura la primavera representa la juventud, fase de la vida en la que se dice que estamos en la “flor de la vida”.

Pero no todo el mundo ve con tan buenos ojos la primavera, ya que es época de alergias al polen. Las especies polinizadoras, como las abejas, aumentan su actividad como producto de la floración.  De esta forma, interfieren en el ciclo de reproducción de las plantas.

Por último, son muchos los refranes populares relacionados con la primavera y su clima. A modo de ejemplo tenemos: “En abril, aguas mil”, “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”, “marzo ventoso y abril lluvioso, traen a mayo florido y hermoso”.

¿De dónde proviene el término <<primavera>>?

Su etimología viene del latín popular prima (primer) vera (verdor) y a su vez del latín primum (primero) y ver o veris (verano).