Ola de calor bipolar: la Antártida y el Ártico baten récords
Una ola de calor afecta estos días a la Antártida, con anomalías de hasta 40ºC. No es la única, ya que el Ártico también tiene su propia ola.
Roberto Granda
El mes de marzo nos ha dejado una situación excepcional. No es raro tener alguna ola de calor en el Ártico o la Antártida de forma puntual. Lo llamativo en esta ocasión es que ambos polos han tenido su propia ola de calor, y han sido muy extremas. En la Antártida las anomalías han superado los 40ºC.
La ola de calor de la Antártida bate récords
La potente ola de calor que ha sufrido la Antártida ha estado marcada sin duda por lo extremo de las temperaturas. Para hacernos una idea, la anomalía de las temperaturas ha alcanzado los 47ºC.
Pero, ¿qué es la anomalía? Es la diferencia entre los valores normales y lo que se ha registrado. Cuanto mayor sea, más anómalo es el evento extremo.
Como se puede ver en la imagen superior, correspondiente al jueves 17 de marzo, las anomalías eran muy acusadas en la mitad este del continente.
El día 18 las anomalías fueron aún más acusadas, y los valores fueron realmente elevados. En Vostok, la máxima fue de -17,7ºC; y en la estación Concordia la temperatura se llegó a situar más de 40ºC por encima de la media de marzo.
El origen de esta ola de calor se encontró en la presencia de un potente río atmosférico, que arrastraba aire más templado y húmedo desde las aguas más templadas de los océanos circundantes.
Cabe destacar que estos ríos atmosféricos, si las temperaturas se mantienen bajo cero, aportan grandes cantidades de nieve al continente.
En el Ártico la ola de calor también fue intensa
En el otro lado del planeta, el Ártico también ha sufrido una potente ola de calor. Esta vez, el origen de la misma se encontró en la formación de una profundísima borrasca en el noreste del continente americano.
Al desplazarse hacia el norte, la baja arrastró con sigo una gran cantidad de aire muy cálido y húmedo desde zonas más meridionales.
Esta advección de aire cálido y húmedo disparó las temperaturas, que ya durante los días 14 y 15 de marzo alcanzaron valores muy elevados para la época. En Groenlandia, las anomalías alcanzaban los 10ºC, y en la región Ártica, estas anomalías llegaron hasta los 30ºC.
Estas anomalías se prolongaron durante los siguientes días, con valores igualmente extremos. Cabe destacar que además, durante este invierno, la zona de Siberia ha tenido una acusada anomalía térmica positiva.
Las áreas polares siguen perdiendo hielo
La subida de las temperaturas en las dos regiones polares provocan que la capa de hielo haya disminuido desde hace décadas, y los estudios apuntan que este descenso continuará y podría ser incluso superior al esperado en las próximas décadas.