Destripando «Moonfall»: ¿Qué pasaría si la Luna se saliera de su órbita?

¿Qué pasaría si la Luna se dirigiese hacia la Tierra, como se plantea en la película Moonfall? ¿Qué consecuencias tendría?

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Moonfall es la nueva película de Roland Emmerich, de corte apocalíptico. En resumidas cuentas, la Luna se dirige contra la Tierra. En este caso no vamos a valorar la película en sí, que está siendo recibida con críticas poco apasionadas, ni a hacer spoilers. ¿Qué pasaría si la Luna se saliera de su órbita?

Un planteamiento imposible (en circunstancias normales)

En el mundo real, la Luna no solo no se acerca a la Tierra, se aleja. Lo hace a un ritmo de 3,8 centímetros al año, desde que se formó el sistema de la Tierra y la Luna. El Sistema Solar tiene 4500 millones de años y ya es maduro. Es decir, no hay planetas en órbitas caóticas ni factores que puedan provocar que todo el Sistema Solar se vuelva un caos.

Algo que se mantendrá así hasta que el Sol llegue al final de su vida, en unos 5000 millones de años. Tendría que suceder algo exagerado para que cambiase.

¿Algo como qué? Un agujero negro que se adentrase lo suficiente en el Sistema Solar, por ejemplo, podría provocar que las órbitas se viesen modificadas significativamente. Pero no es habitual que un agujero negro se adentre en un sistema estelar.

La demostración la tenemos aquí mismo, nuestro sistema es estable desde hace miles de millones de años, entre otras curiosidades del Sistema Solar. Así que, en este sentido, solo nos queda la opción de dejar volar la imaginación.

En el mundo real la Luna no solo no se acerca a la Tierra, se aleja. Lo hace a un ritmo de 3,8 centímetros al año

Supondremos que, de algún modo, un día la Luna deja de alejarse. De manera que, con el paso del tiempo, la distancia de la Luna a la Tierra se va reduciendo a pasos agigantados, acercándose cada vez más y más. Esto nos permite hablar de algunos conceptos que se utilizan con cierta frecuencia en astronomía y que pueden ser muy interesantes.

Vayamos por partes. A medida que la Luna se acerca, las mareas en la Tierra se vuelven cada vez más extremas. La subida, y bajada del nivel del mar, es cada vez más marcada, y afectaría a mucha gente…

La Luna contra La Tierra: mareas extremas, eclipses constantes…

A fin de cuentas, una gran parte de la población del planeta se encuentra en zonas costeras. A medida que la Luna se acerca, además, tardará menos en completar una órbita alrededor de la Tierra. En la actualidad tarda 27 días, si estuviese más cerca, tardaría menos.

Pensemos en los satélites geoestacionarios, a 35 000 kilómetros del planeta, que tardan un día en orbitar alrededor de la Tierra. Por lo que, constantemente, están sobre el mismo punto del planeta y resultan tremendamente útiles.

A solo 400 kilómetros de altura, la Estación Espacial Internacional completa una órbita cada 90 minutos. Es la velocidad necesaria para poder mantenerse en órbita a esa distancia.

Así que, a medida que la Luna se fuese acercando, su período orbital se iría reduciendo significativamente. Cuando llegase a la órbita de los satélites geoestacionarios, la Luna sería solo visible, temporalmente, desde un hemisferio del planeta, pero no del otro. Además, poco a poco será más grande en el cielo, al acercarse.

luna

Con el paso del tiempo, las mareas serían tremendamente pronunciadas. Pero no solo el agua de la Tierra se ve afectada por la atracción gravitacional de la Luna. También el interior, por lo que habría más actividad sísmica, más potente y también se producirían grandes erupciones.

Es decir, las consecuencias serían apocalípticas mucho antes de que la Luna estuviese cerca de poder chocar con nuestro planeta. Pero esa es una cuestión aún no menos importante… ¿Qué pasa con el choque?

El límite de Roche

Lo cierto es que el escenario que quizá estemos imaginando, en el que la Luna choca con nuestro planeta, no es plausible. Para entenderlo hace falta hablar de algo denominado límite de Roche.

En esencia, nos indica la distancia a la que un objeto se puede acercar, a otro más masivo, y todavía ser capaz de mantenerse unido por su propia gravedad. La Tierra es mucho más masiva que la Luna, por lo que, llegado un momento, la gravedad de nuestro planeta se impondría a la del satélite.

luna
Saturno visto por el telescopio Hubble. Crédito: NASA, ESA, A. Simon (Goddard Space Flight Center), and M.H. Wong (University of California, Berkeley)

El límite de Roche de la Luna, respecto a la Tierra, está a unos 18.500 kilómetros. Es decir, por debajo de ese punto, la gravedad de la Tierra vence y despedaza a nuestro satélite.

En el proceso se formaría un sistema de anillos (del mismo modo que Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno tienen los suyos). Con el paso del tiempo, esos fragmentos de la luna destruida se precipitarían sobre la superficie de la Tierra, a medida que sus órbitas se degradan y llegan a la atmósfera del planeta…

Por lo que, la Luna no llegaría a chocar con la Tierra, pero el escenario no deja de ser un desastre. ¿Lo peor de todo? Resulta que, en realidad, no es una simple hipótesis. Esto podría suceder…. dentro de 5000 millones de años. La expansión del Sol, en ese futuro tan lejano, podría provocar que la órbita de la Luna sí se reduzca y termine precipitándose contra la Tierra. Pero para ese entonces, hará miles de millones de años que la Tierra no será habitable.

Así que, no tenemos de qué preocuparnos.