Peluquerías sostenibles: ¿en qué consisten?

Conoce el impacto medioambiental de tu visita a la peluquería y las alternativas que favorecen un servicio más ecológico.

Laura Opazo

Laura Opazo

La llegada de septiembre implica la vuelta a la rutina, pero también es un periodo que invita a materializar cambios en nuestra imagen. Esto incluye renovar y cuidar nuestro cabello, tras el maltrato al que lo hemos sometido durante los meses estivales.

No hay ninguna duda que en 2023 hemos vivido una sequía excepcional. A esta, además, se ha sumado el alza de las temperaturas que estamos viviendo en los últimos veranos, cada vez más largos.

Precisamente, nuestra visita a la peluquería supone aumentar nuestra huella hídrica y de carbono. Por ello, esto debe invitarnos a reflexionar sobre una actividad que a menudo no cuestionamos. ¿Qué huella medioambiental deja la actividad en un salón de belleza? ¿Se están tomando medidas para hacerla más respetuosa con el planeta?

Peluquerías sostenibles ¿qué son?

El sector de la peluquería se encuentra en constante renovación. No sólo en lo relativo a tratamientos, sino también en cuanto a transformarse en lugares más ecológicos

Puede que nuestra peluquería de cabecera ya haya nacido bajo esta concepción o que esté en el proceso de actualizarse para consolidarse como un espacio “verde”. No siempre es fácil saber por dónde empezar o cómo hacerlo.

En este sentido la Red Internacional de Peluquerías Saludables y Sostenibles, una asociación que nació en 2019, trabaja con el objetivo de difundir una peluquería comprometida con la salud de las personas y el planeta.

Su reconocimiento hacia las peluquerías que se adhieren a estos cambios se materializa en un certificado denominado Salón Certificado PSS – Mieses Global. Esta labor les ha valido el Galardón Europeo EU-OSHA para la formación hacia una peluquería sin tóxicos. 

Además, L’Oréal ha impulsado la iniciativa “Hairstylist for the future”. Su objetivo es impulsar cambios en las peluquerías y hacer que reduzcan el impacto medioambiental de forma progresiva hasta 2030. En España ya se han unido medio millar de salones.

¿Qué requisitos ha de cumplir una peluquería sostenible?

Para conseguir que una peluquería sea saludable y sostenible, cabría comenzar por enumerar los factores en los que debería poner el foco para paliar el impacto medioambiental de su actividad. Hablamos del consumo de agua, el consumo de electricidad y la gestión de residuos, entre otros.

Consumo de agua

El consumo de agua es inherente a la actividad y el servicio en una peluquería. El momento de mayor consumo se produce en el lavado y aclarado del cabello, a través de los grifos rociadores de ducha de los lava cabezas.  Si hablamos de una media diaria de consumo se estimada que un peluquero puede utilizar 250 litros/día. 

Para reducir la huella hídrica, algunas peluquerías sustituyen sus grifos convencionales por monomandos que permiten mayor control. De esta manera, fragmentan el caudal y controlan la temperatura del agua. Con ello, evitan que se pierdan litros en el tiempo de espera hasta que llega el agua caliente al grifo.

Por ejemplo, Water Saver, un cabezal desarrollado por la empresa con la ‘start-up’ suiza de tecnología ambiental Gjosa, permite ahorrar hasta el 69% del agua utilizada en cada lavado. Gracias a esta innovación solo se emplean dos litros y medio de agua por minuto, cuando lo habitual son ocho.

Así mismo, conviene que los profesionales incorporen algunos hábitos para ahorrar este recurso. Por ejemplo, cerrar el grifo durante la aplicación de productos y hacer un uso controlado evitando el derroche. 

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Los productos que se utilizan para el pelo tienen productos químicos que generan uno gran impacto medioambiental. Fuente imagen: Pexels

Consumo de electricidad

El consumo de energía en un salón es elevado, teniendo en cuenta la necesaria para iluminación, calefacción y equipamiento. Para reducir la huella energética de los salones, conviene generar sinergias con proveedores de energías renovables.

Condiciones de trabajo

Que una peluquería sea sostenible también significa proteger la salud y el bienestar de los profesionales que trabajan en ella.

Esto implica la seguridad física, íntimamente ligada al tipo de productos con los que entran en contacto de cara a realizar los tratamientos. También a la salud mental, permitiendo periodos de descanso y alimentación del personal, destinando un lugar indicado para ello con respeto al horario pactado.

Productos

Todas las peluquerías utilizan productos químicos que acaban diluidos por el desagüe, generando un impacto medioambiental. Además, algunos productos llevan compuestos químicos que pueden generar reacciones alérgicas.

Por ello, se recomienda optar por productos que excluyan una lista de componentes problemáticos elaborada por Mieses Global. 

Para limpiar el local, las toallas y demás enseres que se manipulen se pueden utilizar detergentes orgánicos. También está bien usar vinagre, bicarbonato y/o limón o bien otra iniciativa que propone L’Oréal para reducir el uso de detergentes.

Esta acción es la colaboración con Grupo Idris. Supone instalar en lavadoras un equipo que permite lavar la ropa sólo con agua fría y ozono. 

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Generar calor es más elevado en cuanto a precio y consume más energía. Fuente imagen: Pexels

Infraestructura y espacios

A ser posible, el local se construirá con materiales ecológicos o reciclados y contará con un sistema de extracción localizada. El objetivo es reducir la exposición a vapores y polvos tóxicos, así como un sistema de ventilación idóneo.

Gestión de residuos

Para reducir el impacto medioambiental, los frascos de los productos han de ser depositados en el contenedor de reciclaje. Lo mismo ocurre con los residuos en general, como secadores, peines y herramientas que hayan agotado su ciclo de vida. 

Sin embargo, la mayor parte del residuo generado en el salón lo constituyen los pelos cortados. Por esta razón conviene instalar rejillas para filtrar el cabello en el desagüe y evitar la contaminación del agua.

Se calcula que cada kilo de pelo supone una emisión de 4,5 kilos de CO2 cada vez que es incinerado, por lo que su reciclaje es primordial. Clic Recycle, pioneros en el recilaje de pelo humano en España desde 2020, propone dos alternativas.

La primera es crear mantillos para emplearlos en agricultura, ya que el alto contenido en nitrógeno del cabello funciona como un abono natural y permite prescindir de los fertilizantes químicos. Sin olvidar qye ayuda a mantener la humedad del suelo. El segundo, es fabricar redes para recoger vertidos de petróleo gracias a su capacidad para absorber aceites o hidrocarburos.