Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico
El plástico nos invade, Ante el Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico hablamos de sus efectos y de las alternativas a su uso.
María José Montesinos
El Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico se celebra cada 3 de julio. Se hace para concienciar a la sociedad sobre el daño que su proliferación está causando en el medio ambiente. También se intenta destacar la necesidad de optar por otras alternativas menos contaminantes. A su vez, se busca instar a los gobiernos a tomar medidas que desincentiven su uso.
Cada año se usan unos 500.000 millones de bolsas de plástico en todo el mundo.
Durante muchos años, las bolsas de plástico se han entregado de manera gratuita al realizar una compra, como un medio sencillo y barato de transportar los productos. Esta costumbre se ha generalizado hasta tal punto que la ONU ha calculado que cada año se usan unos 500.000 millones de bolsas de plástico en todo el mundo.
Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico: contra el plástico de un solo uso
El plástico ha resultado útil en algunas funciones. Es la generalización de los plásticos de un sólo uso lo que supone una mayor agresión al equilibrio ambiental. Es lo que ocurre con las bolsas de plástico, cuya vida útil no sobrepasa los 12 minutos de media.
A cambio, puede tardar en degradarse entre 10 a 400 años, dependiendo del material y de las condiciones ambientales.
Solo usamos durante 12 minutos una bolsa de plástico antes de desecharla.
Elaboradas con polímeros derivados del petróleo, la fabricación de bolsas de plástico no sólo eleva las necesidades de extracción de estos hidrocarburos. También las convierte en un material muy contaminante y dañino.
La masificación de su uso ha hecho que el plástico esté presente en cada rincón del planeta. Una vez llega al medio ambiente, contamina y puede introducirse en la cadena alimentaria. La degradación del plástico da lugar a los reconocidos micro-plásticos.
Se trata de partículas sólidas, de tamaño inferior a 5 milímetros, que acaban en la tierra o en el agua, junto a todos los aditivos y tóxicos que pueda llevar.
La invasión de los micro-plásticos
Más del 80% de la basura del mar es plástico. Estas micropartículas son engullidas por los peces y acaban llegando a nuestros estómagos. Y, de ahí, al resto del organismo. No sólo están en los alimentos, también pueden llegar por el agua que bebemos.
Cada semana, una persona ingiere 5 gramos de plástico al comer, beber o respirar. Es como si nos comiéramos una tarjeta de crédito.
También es un factor de incremento del cambio climático. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), estimó que los plásticos estuvieron relacionados con la producción de 1,7 giga-toneladas de CO2. Lo preocupante es que se prevé que para 2050 esta cifra llegue a las 6,5 giga-toneladas. Por lo tanto, esto los hace responsables del 15% de la generación mundial de carbono.
Día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico: reciclaje insuficiente
Aunque el plástico puede reciclarse, y ha crecido el número de gente que deposita bolsas y envases en el contenedor amarillo, si miramos la serie histórica desde el inicio de su producción masiva (en la segunda mitad del siglo XX), no llega al 10% el porcentaje reciclado, según los expertos.
Todo lo contrario. La producción global de plásticos ha aumentado desde los 2 millones de toneladas en 1950 a aproximadamente 400 millones de toneladas en 2018, según los últimos datos registrados. Y la previsión es que la demanda crezca continuadamente hasta superar los 1.000 millones de toneladas en 2050.
La Unión Europea legisló en 2015 un conjunto de medidas para reducir el plástico de un solo uso.
Atenta a todos estos problemas, la Unión Europea aprobó ya en 2015 una directiva que todos los países miembros debían asumir. Estas incluían medidas directas para reducir el plástico de un solo uso.
Comenzando por las bolsas, cuyo consumo anual asciende a 100.000.000 de unidades entre todos los socios comunitarios.
Siguiendo la normativa europea, España prohibió la entrega de bolsas de plásticos en supermercados y comercios desde el 1 de enero de 2021. Pero, ¿se han eliminado por completo? Aprovechando que el 3 de julio se celebra el día Internacional Libre de las Bolsas de Plástico, es un buen momento para repasar su situación.
Cada español usa una media de 144 bolsas de plástico al año, lo que supone mas de 6.500 millones en total.
España y los plásticos
En España, a pesar de ser líder en reciclaje de plásticos, cada habitante usa una media de 144 bolsas de plástico al año. En total, unos 6.624 millones anuales en todo el país. La prohibición de la entrega gratuita de una con cada compra fue la culminación de la ley de 18 de mayo de 2018 sobre Reducción de Bolsas de Plástico.
Esta establecía un calendario para reducir el consumo de estos elementos tan cotidianos como perjudiciales para el medio ambiente.
La ley alargaba el plazo para las bolsas “muy ligeras”, aquellas con “un espesor inferior a 15 micras, que son necesarias por razones de higiene, o que se suministran como envase primario para alimentos a granel, como fruta, legumbre, carne, pescado, entre otros, cuando su uso contribuye a prevenir el desperdicio de estos alimentos”, según se detalla en la norma.
La ley española solo permite el uso de bolsas ligeras (menos de 15 micras de espesor) y compostables.
Las bolsas de plástico muy ligeras con estos usos mencionados puede seguir usándose pero el Real Decreto exige que sean biodegradables o compostables. De este modo, pueden desecharse con la basura orgánica y seguir en los vertederos un proceso de biodegradación natural.
La norma advierte contra las bolsas de plástico etiquetadas como «oxobiodegradables» u «oxodegradables». Están hechas con un compuesto que incorpora aditivos que, con el paso del tiempo, dividen el plástico en pequeñas partículas que permanecen en el medio ambiente.
De esta manera, en vez de resolverlos, agravan los problemas de contaminación.
Oxodegradables y compostables
En un sentido muy similar funcionan las fabricadas con plásticos fragmentables, que hacen que este elemento contaminante permanezca en los suelos y las aguas, en partículas de menor tamaño. Tanto estas como las bolsas oxodegradables están prohibidas en España.
Según la ley española, todas estas medidas “afectarán también a las bolsas que puedan suministrarse en la venta online así como a las entregadas a domicilio”. Una condición que la experiencia nos dice que no llega a cumplirse.
Y es que, en muchas ocasiones, los productos llegan envueltos en bolsas de plástico grueso, especialmente si provienen del extranjero.
Lo más sostenible: bolsas de algodón ecológico o yute… que se puedan reutilizar muchas veces.
Lo mejor es eliminar el uso de las bolsas de plástico. Incluso las biodegradables. En este último caso se habrá destinado superficie de cultivo para fabricarlas en vez de para hacer crecer alimentos. Tampoco es una buena solución sustituirlas sin más por las de papel, trasladando el impacto del plástico a los bosques.
La solución más sostenible es usar bolsas que permitan muchos usos. De tela –mejor si es de algodón ecológico-, de yute o de rafia, que reutilicemos una y otra vez será la solución óptima. También para frutas y verduras existen bolsas de malla con una larga duración, que podemos llevar para el autoservicio del supermercado.