¿Por qué el asfalto emite tanto calor? ¿Qué pasaría si lo pintamos de blanco?

Con el objetivo de mitigar y evitar las altas temperaturas en entornos urbanos, donde reina el asfalto, a lo largo de los últimos años se han puesto en marcha diversas estrategias. Por un lado, con el incremento de zonas verdes, el uso de materiales naturales y sostenibles y la arquitectura sostenible, adaptada al nuevo elemento climático.

Por otro, también se han propuesto cambios en algunos elementos estructurales ya construidos, como pintar el asfalto de color blanco y evitar así que absorba más calor. 

¿Por qué el asfalto absorbe y emite calor?

El asfalto es una mezcla de diversos materiales como zahorra o grava y brea (material viscoso derivado de carbón o petróleo, entre otros) que se utiliza para pavimentar las carreteras y calles. Se usa también para algunos caminos e incluso en los muros y tejados. 

La composición de estos materiales, unido a su color oscuro, generalmente negro, le dota de unas propiedades específicas idóneas para la circulación de vehículos y la impermeabilización. Pero también de una importante absorción de calor, que se prolonga durante mucho más tiempo que otros materiales.

El proceso para entender por qué el asfalto absorbe tanto calor es sencillo. Esta absorción de calor se produce, principalmente, durante las horas de mayor insolación y radiación solar. En el momento en el que el sol se esconde, parte de ese calor absorbido vuelve al ambiente, aumentando la sensación térmica y contribuyendo así al denominado efecto isla de calor. 

¿Qué es el efecto isla de calor? 

Se denomina efecto isla de calor una ciudad al fenómeno por el que las zonas urbanas registran temperaturas más elevadas que las zonas rurales o periféricas. Las causas de este aumento de la temperatura son las infraestructuras de los edificios y las carreteras, así como los materiales con los que están construidos como el asfalto y el hormigón.

Este tipo de elementos guardan más calor y lo emiten mucho más que los entornos más naturalizados o zonas verdes. Además, los edificios muy concentrados dificultan la circulación del aire, por lo que tiene más dificultades para renovarse. 

Se estima que una isla de calor en una ciudad puede incrementar la temperatura entre 2°C-7°C. Tanto por el día como por la noche y en función de las particularidades del día concreto y de cada ciudad. 

¿Se puede pintar el asfalto para evitar el calor? 

A medida que se incrementa la concienciación ambiental de la sociedad y se agrava el problema del cambio climático, se han planteado diferentes estrategias para mitigar el calor del asfalto.

Una de las más novedosas es pintar el asfalto de colores claros y con pinturas específicas que impidan la absorción del calor y reflejan la luz. De una manera similar a los edificios y casas blancas de muchos pueblos en las zonas más calurosas del país. 

En el año 2020, la ciudad de Phoenix, Arizona, puso en marcha un programa de «pavimento frío» utilizando pintura para el asfalto con propiedades reflectantes a lo largo de 58 kilómetros de calles. 

Recientemente, un revista científica ha publicado los resultados de este proyecto entre los que destaca que el uso de este tipo de pinturas reflectantes puede disminuir la temperatura registrada en hasta 6ºC. 

«El calor en el cuerpo humano es uno de los principales desencadenantes del estrés por altas temperaturas y malestar térmico en microclimas urbanos cálidos y secos. Y el uso de pavimento reflectante funciona mejor donde la radiación solar es abundante», detallan los autores en este estudio.

No obstante, hay que tener en cuenta que, actualmente, pintar el asfalto es una medida muy lejos de implantarse. Por un lado, pintar toda la red de carreteras supondría un enorme coste para la administración.

Por otro, se debe estudiar de una manera más profunda si esas pinturas restarían otras cualidades importantes como la adherencia de los neumáticos al asfalto o su capacidad de filtrado de agua ante las inclemencias meteorológicas.