¿Hace el calor que suba la tensión o hace que baje?

¿Te preocupa cómo el calor afecta tu tensión arterial en verano? Aprende cómo cuidar tu salud cardiovascular y evitar problemas en climas cálidos

Elena Plaza

Elena Plaza

La prevalencia de enfermedades cardiovasculares aumenta en un 20% durante el invierno debido a las bajas temperaturas; sin embargo, el calor también puede afectarnos significativamente. De hecho, durante las olas de calor las principales causas de mortalidad están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

En medio de la tercera ola de calor de agosto de España, es importante saber que el calor extremo puede provocar varias enfermedades o situaciones en nuestro organismo.

También puede causar que se alteren o aparezcan otras, y que suframos variaciones en nuestros parámetros y constantes vitales como, por ejemplo, la presión arterial, comúnmente llamada tensión arterial.

Termómetro en Vitoria a 42 grados en la ola de calor de julio de 2022. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Centenoyespelta

¿Cómo afecta el calor a la tensión arterial?

Según la Declaración de consenso del grupo de trabajo de la Sociedad Europea de Hipertensión sobre el control de la presión arterial y la variabilidad cardiovascular, la variación estacional de la temperatura ambiental afecta a los niveles de presión arterial y a los eventos cardiovasculares.

Nos cuentan que diversos estudios han demostrado que la presión arterial tiende a disminuir con temperaturas más altas y aumentar con temperaturas más bajas.

La presión arterial tiende a disminuir con temperaturas más altas y aumentar con temperaturas más bajas.

Este fenómeno se observa en ambos sexos, en todas las edades, en todo el mundo y en personas con y sin tratamiento para la hipertensión

¿Qué hace que baje la tensión?

El cuerpo humano tiene diversos mecanismos para bajar nuestra temperatura. Uno de ellos consiste en que las venas aumentan su diámetro, sobre todo las más cercanas a la piel. De esta forma, el organismo busca bajar la temperatura mediante la pérdida de calor de la sangre.

Como nuestro sistema cardiovascular es un circuito cerrado como si fueran unas tuberías, si esas tuberías se ensanchan la presión dentro del circuito baja.

El aumento de temperatura provoca deshidratación, lo cual a su vez lleva a una concentración mayor de los componentes sanguíneos (hemoconcentración). Esta hemoconcentración facilita la aparición de accidentes tromboembólicos.

Si solo entrase en juego esta termorregulación fisiológica, los cambios estacionales de presión arterial no tendrían permanencia en el tiempo.

Podríamos estar en invierno en un ambiente cálido con calefacción o, por el contrario, en un ambiente frío durante el verano y nuestra tensión arterial no se modificaría de manera uniforme durante toda la estación.

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La tensión arterial, también llamada presión arterial, es la fuerza de la sangre en las arterias mientras el corazón late y en reposo. Se mide con dos valores: la presión sistólica (cuando late) y la presión diastólica (en reposo). Se expresa en mmHg. Fuente: banco imágenes Canva

Es por ello por lo que, los estudios científicos recogen más factores que hacen que varíe la presión arterial dependiendo de la estación del año, y que no es solo la temperatura ambiental. Por ejemplo, la sudoración, que aumenta en verano y puede contribuir a la disminución de la presión arterial por pérdida de sales.

Las hormonas también tienen que ver. Un aumento de la intensidad de luz ultravioleta puede modificar la activación de las hormonas y modificar la contractilidad de las venas.

La duración de la exposición a la luz diurna aumenta en verano, esto hace también que se modifique la actividad de estas hormonas variando la estructura y contractilidad de venas y arterias.

Por último, en verano cambiamos nuestros hábitos, ritmos circadianos y duración del sueño, alimentación, cantidad de actividad física (tipo, cantidad, intensidad), etc. Y todo esto también puede mediar indirectamente en los cambios estacionales de presión arterial.

¿Cuánto baja la tensión en verano?

Sin llegar a hablar de cifras concretas, la tensión arterial puede bajar en verano lo suficiente para notarlo y, sufrirlo en diferentes formas que puede ir desde un ligero cansancio o mareo, hasta la pérdida de conocimiento momentánea (llamado síncope o lipotimia).

Pero es muy difícil encontrar cifras concretas en los estudios científicos porque las cifras tensionales varían según la edad, la alimentación, la localización, raza, sexo y algunas enfermedades.

Aunque no hay cifras concretas, podríamos decir que hipotensión es cuando tienes menos de 90/60 mmHg. Pero puedes tener 90 de sistólica (la que coloquialmente llamamos «alta») y 40 mmHg de diastólica (coloquialmente llamada «la baja») y notar los síntomas.

O puedes tener una tensión baja y no percibir ningún síntoma porque cada organismo tolera estas cifras de diferente manera.

Por tanto, es complicado hablar de cifras y poner un límite inferior a nuestra tensión arterial en el cual vamos a empezar a tener síntomas.

Un síncope es la pérdida de conocimiento que se recupera en segundos. También se llama desmayo o lipotimia. Puede ser debido a muchísimas causas: bajada de tensión (hipotensión), de «azúcar» (hipoglucemia), causas cardiacas como arritmias,, causas neurlógicas, golpe de calor, deshidratación, etc… Fuente: banco imágenes de Canva

Por otro lado, también puedes tener síntomas de hipotensión si tienes la tensión alta y te baja de forma brusca lo suficiente como para afectarte, a pesar de seguir estando alta.

También hay que tener en cuenta que, aunque la variación de la presión arterial sea pequeña, puede afectar de forma importante en casos individuales y, sobre todo, en ancianos.

El mensaje clave es no valorar las bajadas de tensión en cuanto a cifras, si no en cuanto a sintomatología. Y, si son frecuentes, acudir a nuestro médico para que nos dé unas recomendaciones personalizadas teniendo en cuenta nuestra edad, sexo, medicación, enfermedades, etc…

¿Y qué pasa con los pacientes hipertensos?

Es de lógica pensar que los pacientes hipertensos tendrán las cifras tensionales más bajas o controladas en verano por lo explicado hasta aquí, pero lo cierto es que no ocurre así.

Los pacientes hipertensos tratados con un control óptimo de la presión arterial en invierno pueden tener tanto subidas como bajadas de la tensión arterial en verano.

Los pacientes hipertensos tratados con un control óptimo de la presión arterial en invierno pueden tener tanto subidas como bajadas de la tensión arterial en verano.

Las bajadas pueden ser normales aun tomando el mismo tratamiento de siempre. Y, a veces, son producidas porque toman también diuréticos. También puede ocurrir esta situación en pacientes hipertensos que viajan a lugares con temperaturas más altas o bajas.

Aunque las guías clínicas no dan pautas concretas a los profesionales sanitarios sobre el manejo de la medicación y sus cambios según la estación del año, siempre hay que acudir al médico.

El médico valorará si es necesario reducir el tratamiento según nuestra situación individual. Nunca hay que disminuir la dosis de los medicamentos ni dejar de tomarlos por nuestra cuenta.

Esta indicación es importantísima ya que es lo que suele pasar. Durante cualquier periodo vacacional, especialmente en la temporada de verano, se observa un incremento del 20% en el número de personas que no cumplen con su tratamiento médico.

Es más, se estima que ocho de cada diez personas con hipertensión abandonan de forma total o parcial su tratamiento durante las vacaciones de verano.

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Es importante realizar las tomas de presión arterial sentados y tranquilos. La enfermera y el médico del centro de salud le enseñarán cómo realizar correctamente las mediciones de tensión arterial en su domicilio

A este incumplimiento del tratamiento, se le suma el uso de fármacos o sustancias que aumentan la presión arterial (es decir, antiinflamatorios no esteroideos, fármacos simpaticomiméticos, etc.), fármacos que con el calor pueden modificar sus efectos sobre las personas, infecciones (por ejemplo, gastrointestinales) que provocan deshidratación, pérdida de peso, aumento de la ingesta de alcohol o sal, etc.

Ocho de cada diez pacientes hipertensos interrumpen total o parcialmente su tratamiento durante las vacaciones de verano.

Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA)

Los cambios estacionales de la presión arterial deben confirmarse mediante mediciones cuidadosas y repetidas en la consulta y fuera de ella.

Por tanto, tanto si tenemos hipertensión controlada, descontrolada, no la tenemos, tenemos una medición o varias de tensión baja, o pase lo que pase, acudiremos a nuestro Médico de Familia ante cualquier sintomatología que nos ponga en alerta (mareo, cansancio, sudoración, desvanecimientos, etc.). 

Con los datos recogidos de las tomas de tensión y nuestra situación actual el médico reajustará y controlará nuestro tratamiento si lo considera necesario.

¿Cómo prevenir una bajada de tensión arterial por el calor?

Hidratación, hidratación e hidratación. Los sanitarios somos muy pesados con el tema de la hidratación. Y no solo hablamos de beber agua, también podemos adquirir líquidos mediante la ingesta de frutas y otros alimentos.

Esto en verano es clave y con este tema de la tensión arterial más: la hidratación mantiene el volumen de líquido que está dentro de esas venas de las que hablamos anteriormente impidiendo esas bajadas de tensión. Además, mantiene también las sales que perdemos con la sudoración por el calor.

El resto de las medidas se comparten con las recomendaciones habituales del verano: evitar salir a horas de mayor calor, evitar realizar actividades físicas en exteriores en horas con temperaturas elevadas, evitar beber alcohol (produce cambios en la temperatura y en la presión arterial), evitar comidas copiosas, ponerse ropa ligera, etc.

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Numerosas frutas y verduras son ricas en agua, como la sandía, melón, fresas, naranjas, uvas, pomelos, kiwi, pepino, ciruelas y frambuesas. En cuanto a las verduras, el pepino, apio, lechuga, espinacas, calabacín, tomates, brócoli, pimientos, berros y rábanos son ejemplos destacados. Estos alimentos no solo contribuyen a mantener la hidratación, sino que también aportan vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para una dieta equilibrada y saludable. Fuente: Banco de imágenes de Canva

En conclusión, el calor hace que nuestra tensión arterial baje, y esto se ve favorecido por otros factores externos o internos a nuestro organismo.

No se pueden dar cifras concretas para determinar cuando tenemos hipotensión porque la tolerancia de esta circunstancia depende de la persona.

Si tenemos hipertensión es importante no abandonar ni modificar el tratamiento sin consultar con nuestro médico. Y recuerda hidratarte correctamente para evitar o disminuir posible sintomatología.

Bibliografía

-Stergiou G et al. Seasonal variation in blood pressure: Evidence, consensus and recommendations for clinical practice. Consensus statement by the European Society of Hypertension Working Group on Blood Pressure Monitoring and Cardiovascular Variability. Journal of Hypertension 38(7):p 1235-1243, July 2020. | DOI: 10.1097/HJH.0000000000002341

-Gil IG. HIPERTENSIÓN Y VACACIONES [Internet]. Pacientessemergen.es. 2016 [citado el 7 de agosto de 2023]. Disponible aquí

-Fundación Española del Corazón. Altas temperaturas y salud cardiovascular, ¿cómo se relacionan? [Internet]. Blog Impulso Vital. 2018 [citado el 8 de agosto de 2023]. Disponible aquí