¿Qué hacer en la península de Dingle, la Irlanda más celta?

Disfruta de la Irlanda más gaélica recorriendo la espectacular península de Dingle

David Escribano

David Escribano

Ubicada en el suroeste de Irlanda (como parte del condado de Kerry) se halla la península de Dingle, que regala uno de los viajes por carretera más bellos de Europa.

Allí, desafiando a las inclemencias del tiempo, habitan tipos duros que aún se reúnen en los cálidos pubs para recordar viejas historias y tocar música celta mientras apuran sus pintas de ese preciado líquido oscuro llamado Guinness.

Para ellos, Dingle es su casa. Para el viajero, uno de los rincones más bellos de Irlanda. Una isla en la que resulta muy complicado alzarse con ese título. Y es que Irlanda es mucho más que sólo Dublín. Estos son algunos de los planes imprescindibles para explorar península de Dingle.

Conducir por Slea Head Drive, una de las mejores cosas que hacer en la península de Dingle

península de Dingle
Embarcadero en Dingle. Fuente imagen: Pixabay

La mejor manera de explorar todos los secretos de la península de Dingle es recorriéndola en coche. Eso es algo que, realizando todas las paradas imprescindibles, se puede llevar a cabo en un día de viaje.

Sin embargo, si disponemos de menos tiempo, la carretera conocida como Slea Head Drive nos mostrará algunas de las partes más bellas de la península. De hecho, este tramo está considerado como uno de los recorridos cortos por carretera más hermosos del mundo.

Se trata de una ruta de unos 46 km de longitud que te lleva a conocer pequeños pueblos pesqueros – como Dingle -, yacimientos arqueológicos milenarios, fantásticos miradores y playas totalmente salvajes. Recorrerlo disfrutando de todo puede llevar entre 2 y 4 horas.

Pasear por la Playa de Inch, naturaleza salvaje en Dingle

Inch beach península de Dingle
Fuente imagen: Pixabay

Inch Beach – la playa de Inch – es una de las playas más bellas y largas de Irlanda. Sus casi 5 km de longitud están acotados por un pequeño pueblo y unas dunas cubiertas de roca y vegetación.

El océano es bravo aquí durante casi todo el año, convirtiéndola en una de los lugares favoritos de los surfistas irlandeses. Sin embargo, los días soleados es un placer pasear por su arena admirando esta maravilla de la naturaleza.

Vivir la atmósfera del pueblo de Dingle

Puerto de Dingle
Fuente imagen: Pixabay

La población más importante de la zona es Dingle, una pequeña localidad pesquera que dormita durante el invierno y despierta con la llegada del buen tiempo y los turistas.

Su puerto pesquero está repleto de restaurantes en los que se pueden degustar estupendos platos de marisco y pescado fresco, como el Ashes Seafood Restaurant. En su calle principal, casas bajas de coloridas fachadas albergan hoteles, tiendas de artesanías, librerías y, cómo no, acogedores pubs en los que resguardarnos del mal tiempo.

Atravesar el Paso de Connor, el paso más alto de Irlanda

El de Connor es el paso de montaña más elevado de Irlanda. Es cierto que se sitúa a tan sólo 410 metros sobre el nivel del mar, pero las vistas que regala son realmente sobrecogedoras. Si visitamos la península de Dingle en un día con viento y lluvia, quizá sea mejor evitarlo.

Ascender a la cima del Monte Brandon

Vistas de la península de Dingle
Fuente imagen: Pixabay

Para los viajeros que prefieran la actividad física a estar todo el día en el coche, la ascensión a la cima del Monte Brandon les parecerá un plan buenísimo en la península de Dingle. De hecho, hacer senderismo (un deporte que no es especialmente estacional) en Irlanda es una de las mejores maneras de disfrutar de los extraordinarios paisajes del país.

A pesar de que el monte Brandon es uno de los picos más altos de la zona, no es necesario estar en plena forma física para escalarlo.

De hecho, la ascensión se puede completar en unas pocas horas y la vista desde la cima, en un día claro, incluirá una impresionante estampa del océano Atlántico, algunos otros picos montañosos y vistas panorámicas de la llana campiña irlandesa.

Visitar las Islas Blasket

Las islas Blasket poseen una historia fascinante. La mayor de ellas, Great Blasket Island, es una estrecha franja de roca que flota en el mar y que ha fascinado a la gente durante siglos.

Estuvo habitada de forma intermitente desde la prehistoria hasta principios de la década de 1950, cuando los restantes pobladores tuvieron que abandonar la isla debido a su falta de infraestructura básica.

Durante un tiempo, fue el hogar de algunos de los escritores más famosos de Irlanda, que se inspiraban con su dramático entorno natural, y aún alberga una impresionante variedad de flora y fauna.

Experiencia en barco para ver delfines y ballenas

Avistamiento de delfines en la península de Dingle
Fuente imagen: Pixabay

En las oceánicas aguas que rodean a la península de Dingle habitan muchas bellas especies marinas. Entre ellas, delfines y ballenas. De hecho, la mascota no oficial de Dingle es un delfín mular llamado Fungi, a quien se podía ver nadando, con frecuencia, en alta mar.

En el puerto de Dingle existen varias compañías turísticas que ofrecen tours de avistamientos de delfines y cetáceos, pero también se pueden alquilar veleros y kayaks e ir por libre. Las focas son otras habituales de la zona.

Admirar la Prehistoria

Los amantes de la Historia también serán felices recorriendo la península de Dingle, pues ésta atesora un buen número de tesoros arqueológicos. Entre ellos destacan unas milenarias cabañas cónicas, hechas de piedra, que alguna vez llegaron a ser cientos en la zona.

Esas cabañas fueron viviendas familiares o celdas de monjes ermitaños. Lo más increíble de todo es que para su construcción no se utilizó ningún tipo de argamasa, y, aun así, se mantenían en pie y aislaban el frío y la humedad típicos de esta zona.

La muestra más famosa es el Oratorio de Gallarus, una iglesia que se construyó en el siglo XII utilizándose esta técnica.

Sin duda, al adentrarnos en la península de Dingle lo estamos haciendo en la Irlanda más salvaje y profunda. Una bella manera de sentir las raíces celtas a un paso de las aguas del Atlántico.