Un Mediterráneo cálido, el combustible que amplifica las lluvias de la borrasca Daniel

La borrasca Daniel ha hecho que se desplome el cielo sobre Grecia dejando en algunas zonas en un día la lluvia de dos años.

Mario Picazo

Mario Picazo

Esta semana estamos viviendo una situación meteorológica intensa en algunas zonas de Europa. Por un lado, la borrasca Daniel en Grecia que está dejando una situación meteorológica apocalíptica.

Por otro, la DANA que ha recorrido zonas de España y que se ha fusionado con los restos del ex-huracán Franklin en un espectacular efecto Fujiwhara

La borrasca Daniel amenaza con seguir dejando cantidades increíbles de agua en Grecia donde las inundaciones están siendo frecuentes en muchas zonas del sur del país. Una borrasca que podría intensificarse y convertirse en un medicane con el paso de los días a medida que se desplaza muy lentamente hacia el sur y este.

Mientras, amplias zonas del centro y norte de Europa han vivido días de sol, calima y temperaturas por encima de la media como contraste a las situaciones inestables que viven los dos extremos del Mediterráneo. 

Una situación cuya dinámica atmosférica ha estado condicionada por una configuración de bloqueo Omega que ha llevado a los extremos meteorológicos mencionados. 

La borrasca Daniel a las 12:45Z del martes 5 de septiembre de 2023. (Image credit: RAMMB/CIRA/CSU)

La DANA de España: no tan frecuente en esta época del año

Que se forme una DANA y intensifique una borrasca es algo que se da de cuando en cuando en Europa. Lo que parece menos habitual, es que ocurra ahora, y que lo haga con la intensidad con la que lo ha hecho. 

España experimenta con frecuencia DANAS. Estas son capaces descargar grandes cantidades de agua y habitualmente afectan a las comunidades del Mediterráneo bien entrado el otoño. Más o menos entre los meses de octubre y noviembre. 

Durante esos meses, las incursiones de aire frío empiezan a ser más frecuentes y la temperatura del aire más fría. A eso se suma una circulación de viento de levante o similar en superficie con importante aporte de vapor de agua.

Esto último sucede porque la temperatura del agua del mar todavía es elevada tras el largo verano. Ingredientes que ayudan a generar grandes tormentas que descargan intensamente.

La DANA que se ha formado entre finales de agosto y el arranque del mes de septiembre se ha visto amplificada por unas condiciones de inestabilidad que habitualmente no se dan con tanta facilidad durante la recta final del verano y arranque del otoño meteorológico. 

Ello no quiere decir que no haya precedente alguno de otras situaciones de ese tipo. Sin embargo, llama la atención que se den de forma cada vez más habitual y con esas características.

Temperatura del agua del mar Mediterráneo el 4 de septiembre de 2022. Las aguas más cálidas se encuentran en la región oriental del mar. Fuente: Copernicus Marine Service

Los ingredientes para que las DANAS lleguen antes de tiempo

Esas condiciones que décadas atrás se daban más durante el otoño puro y duro empiezan a ser frecuentes todo el año. Incluso en verano, cuando habitualmente no suele aparecer uno de los ingredientes fundamentales para que las nubes descarguen con tanta intensidad: el aire frío que se sitúa en capas medias de la atmósfera.

Este 2023 ayuda por ejemplo, que tanto el agua del Atlántico como la del Mediterráneo esté más caliente de lo habitual y no solo en la superficie. En algunos casos hay valores 3 y 5 grados por encima de la media para estas fechas. 

Es una situación que como muestran varios estudios científicos está relacionada cada vez más por nuestra propia actividad y el cambio climático que generamos. 

La fórmula en términos generales es sencilla, más temperatura del agua es igual a más evaporación y a más vapor de agua para condensar en esas grandes nubes. Esas nubes de tormenta nos lo acaban devolviendo todo, a veces en cuestión de minutos o de horas.

De la misma forma que de manera anómala la corriente en chorro ondula cada vez más en verano y otoño para generar intensas olas de calor en Europa, también nos trae con mayor frecuencia estos embolsamientos de aire frío que se segregan de la circulación.

Un escenario que durante años hemos visto bien entrado el otoño, empieza a ser anual e incluso de finales de verano. Cuando a miles de metros sobre la superficie aparece un ingrediente tan fundamental, y se junta con aire cálido y húmedo en superficie, se desata un episodio de fuertes lluvias.

Anomalía de la temperatura del agua en el Mediterráneo el 4 de septiembre de 2023. Fuente: Copernicus Marine System

Las lluvias de la borrasca Daniel en Grecia o Turquía están alimentadas por un cálido Mediterráneo

A estas alturas del arranque del otoño meteorológico la temperatura del agua en el Mediterráneo oriental está entre 2°C y 4°C más caliente de lo normal. Los valores son más elevados en esta mitad oriental del mar por la que se mueve la borrasca Daniel.

Aunque el transporte de vapor de agua hacia zonas de inestabilidad puede llegar de cualquier zona, el escenario actual es favorable para que borrascas como Daniel se hagan fuertes. Sobre todo cuando en niveles más altos de la atmósfera llega aire más frío. 

Daniel va a seguir afectando sobre todo a la zona este y sur de Grecia y puntualmente al sur de Italia y Túnez a medida que se mueve hacia la costa de Libia. Algunas zonas del sur y este de Grecia pueden acumular de principio fin de su impacto entre 1.000 y 1.500 litros o incluso (según algunos modelos de predicción) más.

Desde su posición seguirá generando vientos del este que pueden aportar el vapor de agua necesario para formar grandes nubes de desarrollo vertical que crecerán aún más por el factor orográfico. 

La energía que esta recibiendo la borrasca de la superficie del mar, sumado a la que genera el proceso de condensación de las grandes nubes que arrastra, podría ayudar a que se profundice y acabe convirtiéndose en un medicane como los que en ocasiones se forman ya avanzado el otoño.