Meteopedia

Calentamiento global

Es el término empleado para referirse al aumento gradual (observado y proyectado) de la temperatura global de la atmósfera y la superficie terrestre. Es la principal característica del cambio climático.

Se atribuye al efecto invernadero intensificado por el aumento de las emisiones de gases contaminantes como consecuencia de la actividad humana.

No es la primera vez que la Tierra experimenta un calentamiento global. Sabemos que la Tierra ha experimentado ocho ciclos climáticos bastante diferenciados durante los últimos 740.000 años, con grandes variaciones entre periodos glaciares e interglaciares.

No obstante, mientras que estos calentamientos eran consecuencia de causas naturales (por ejemplo meteoritos, grandes erupciones volcánicas o fluctuaciones en la energía procedente del Sol), el calentamiento global de las últimas décadas es el único debido a la actividad antropogénica.

Las actuales concentraciones de gases de efecto invernadero (CO2 principalmente) son las más altas jamás registradas, y en consecuencia el ritmo actual de aumento de la temperatura global no tiene precedentes. Esto solo puede explicarse por el impacto de la actividad humana.

Causas del calentamiento global

Como se ha mencionado, el calentamiento global actual es consecuencia del efecto invernadero, que es el calentamiento producido por la retención del calor procedente desde la superficie por parte de ciertos gases presentes en la atmósfera.

Estas sustancias, conocidas como gases de efecto invernadero, permiten el paso de la radiación solar hacia la superficie, pero cuando ésta es devuelta hacia el exterior en forma de radiación infrarroja, la absorben, de forma que este calor queda retenido en la baja atmósfera. Ello resulta en un incremento de la temperatura superficial respecto a la que habría en su ausencia. Cuantos más gases de efecto invernadero, más calor es retenido.

Estos gases de efecto invernadero están presentes de forma natural en la atmósfera, en forma de vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2) y, en menor proporción, óxido nitroso (N2O) y metano (CH4). Además, debido a las emisiones contaminantes, también aparecen otros gases de efecto invernadero (ozono troposférico), así como un aumento de los ya presentes naturalmente.

Por tanto, hay que tener en cuenta que este fenómeno se produce de forma natural en la atmósfera, siendo imprescindible para el desarrollo de la vida en la Tierra tal y como la conocemos, ya que en ausencia de estos gases la temperatura media del planeta sería de unos -18°C (por los 15°C que tenemos).

Sin embargo, el problema del calentamiento global de las últimas décadas reside en un aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero forzado por la actividad humana y sus emisiones contaminantes. Es lo que se conoce como efecto invernadero intensificado.

Estas emisiones y el consecuente aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera derivan principalmente de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), de la deforestación y de algunas actividades agrícolas y ganaderas.

Las emisiones de los vehículos son la principal fuente de emisión; de hecho, se calcula que alrededor de una cuarta parte del CO2 que se emite procede del tráfico. Las calefacciones son la otra principal fuente de emisión de nuestras actividades del día a día.

Además, la tala masiva de árboles favorece un aumento de las concentraciones de CO2 ya que las plantas actúan como sumidero de CO2 gracias a la fotosíntesis.

En cuanto a la agricultura y ganadería, por un lado, el empleo de algunos fertilizantes en los cultivos contribuye a la acumulación de nitrógeno en el suelo y favorece las emisiones de N2O. Por su parte, el ganado (especialmente el bovino) contribuye al calentamiento global gracias a las emisiones de CH4 en sus procesos digestivos.

En porcentaje, y a partir de su origen artificial, el CO2 es el que más ha contribuido al forzamiento radiactivo positivo (calentamiento), seguido del CH4, el ozono troposférico, el N2O, y algunos halocarbonos. Es especialmente dañino por su larga permanencia en la atmósfera y en los océanos, pudiendo llegar a persistir hasta 200 años en ella.

Actualmente, su concentración en la atmósfera es de algo más de 400 partes por millón (ppm), más de un 42% superior a los niveles preindustriales de 280 ppm. La última vez que se dio en la Tierra una concentración similar de CO2 fue hace entre 3 y 5 millones de años, cuando la temperatura era de 2 a 3 grados más cálida que la actual y el nivel del mar era entre 10 y 20 metros superior.

El caso contrario lo encontramos en el vapor de agua atmosférico, con una muy corta vida atmosférica, y prácticamente en equilibrio dinámico en la atmósfera, por lo que no contribuye al forzamiento del calentamiento global actual.

¿Por qué se atribuye el calentamiento global al ser humano?

En primer lugar, para hablar de calentamiento global, es necesario una detección objetiva del mismo, es decir, una demostración estadística del mismo.

Una vez detectado, es necesaria una atribución de las causas más probables de dicho calentamiento con un cierto nivel de confianza.

La atribución del calentamiento global actual a la actividad humana se basa en que los cambios de temperatura observados no son consistentes con la variabilidad natural. De hecho, las causas naturales conocidas (erupciones volcánicas, variaciones en la radiación solar o en la órbita de la Tierra alrededor del Sol) deberían haber provocado el efecto contrario, es decir, un enfriamiento del planeta.

Por el contrario, los patrones de cambio en las causas antropogénicas conocidas (emisiones de gases de efecto invernadero) sí son coherentes con el aumento de la temperatura en este periodo.

De hecho, aproximadamente un 95% del calentamiento global desde mediados del siglo XX hasta la actualidad se atribuye principalmente al aumento de uso de combustibles fósiles y, además, se ha producido a una velocidad sin precedentes.

Calentamiento global observado

La temperatura media del planeta ha ido aumentando de manera considerable desde la revolución industrial. Desde 1880 la temperatura media global ha aumentado cerca de 1°C. Además, dos terceras partes de este incremento se ha producido desde 1975. Por tanto, el calentamiento global presenta cierto comportamiento exponencial.

De hecho, la última década ha sido con diferencia la más cálida de todas desde que se tienen registros oficiales de temperatura (mediados del siglo XIX). Tanto en España como a nivel mundial, el año 2020 ha sido el más cálido desde que existen estos registros.

No obstante, este aumento de temperatura no es igual en todas las regiones del globo. Desde 1979 las temperaturas en tierra han aumentado casi el doble que las registradas en los océanos (0,25°C por década frente a 0,13°C por década). Esto se debe a la gran capacidad calorífica de los océanos y a su pérdida de calor por una mayor evaporación.

La región ártica es donde más se ha notado este aumento de la temperatura, con casi el doble de velocidad que en el resto del mundo en los últimos 100 años. Esto se debe principalmente al derretimiento de la banquisa ártica que favorece un menor albedo, es decir, una menor reflexión superficial de la luz solar (mayor absorción de calor).

El hecho de que en una determinada región se emitan más gases contaminantes no implica que sea en esa zona donde más se eleve la temperatura, ya que la elevada persistencia de los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera permite su mezcla y distribución por todas las zonas del planeta.

En España, un estudio realizado por el Observatorio de la Sostenibilidad analizando los datos de 52 estaciones meteorológicas, revela que durante los últimos 50 años la temperatura media del país ha aumentado 1,6°C, casi duplicando el aumento observado en ese mismo periodo a nivel mundial.

Este aumento se ha notado sobre todo en la longitud de las estaciones, ya que ahora los veranos son más largos, acortando la primavera y el otoño. Como consecuencia, las superficies con climas semiáridos están avanzando, y ya suponen un 6% más que durante el periodo 1961-1990.

Proyecciones futuras de calentamiento global

El Acuerdo de París, firmado en 2015, fijó como objetivo fundamental reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C respecto a niveles preindustriales y hacer un enorme esfuerzo para intentar limitar dicho calentamiento a 1,5°C respecto a dicho periodo.

Sin embargo, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2021, el incremento de temperatura es ya irreversible al menos hasta mediados de este siglo. Esto se debe a la permanencia en la atmósfera durante décadas de las sustancias ya emitidas. Aunque se redujeran por completo las emisiones, tardarían al menos 20 años en notarse los efectos en la temperatura.

Los expertos concluyen que a partir de 2050 no se lograría mantener el nivel de calentamiento entre 1,5°C y 2°C a menos que se produzca una reducción drástica, inmediata y a gran escala en las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas.

Las proyecciones de calentamiento global se construyen según distintos escenarios de emisiones. En el peor escenario, si no se actúa y se mantiene el ritmo de aumento de emisiones actual, el informe estima que el calentamiento alcanzaría los 4,4°C a final del siglo XXI. Según el mejor escenario, todavía puede lograrse que a finales de siglo la temperatura no aumente en más de 1,5°C.

Calentamiento global y cambio climático

Muchas veces se habla indistintamente de calentamiento global y cambio climático, y aunque, efectivamente, están relacionados, no son lo mismo.

En realidad, el término “cambio climático” engloba al de “calentamiento global”, ya que este calentamiento es una de las principales causas del cambio climático.

El cambio climático hace referencia a los cambios en el clima que pueden identificarse a través de cambios en los valores promedio y/o en la variabilidad de sus propiedades. Uno de esos valores afectados es el de la temperatura global, como consecuencia del calentamiento global propiciado por el efecto invernadero.

Consecuencias del calentamiento global

Muchas de las consecuencias del calentamiento global son ya inevitables. Los efectos incluyen efectos ambientales, sociales, económicos y de salud.

Algunas consecuencias ya pueden observarse, otras lo harán a corto, medio o largo plazo; algunas son localizadas, y otras globales; también pueden ser reversibles o irreversibles; por último, aunque algunas pueden tener efectos positivos, la gran mayoría son adversas.

  • Subida del nivel del mar

El aumento de la temperatura conlleva el derretimiento de las masas glaciares, aumentando el nivel del mar de forma que puedan llegar a inundarse numerosas islas y zonas costeras.

Entre 1900 y 2016, el nivel del mar en promedio aumentó entre 16 y 21 centímetros, y según el informe de 2014 del IPCC, se estima que hasta 2100 pueda aumentar 90 cm adicionales, en el peor de los escenarios. Esto amenazaría a cerca de 100 millones de personas.

Además, la subida del nivel del mar constituye un fenómeno de retroalimentación positiva, ya que cuanto más hielo se derrite, menor albedo, es decir, más calor en superficie, ergo más hielo continúa derritiéndose; y todo ello se traduce en un aumento cada vez mayor del nivel del mar.

  • Aumento de fenómenos meteorológicos extremos

Las proyecciones sugieren un incremento en la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos como las olas de calor y las sequías en las zonas más desérticas. En España esto podría tener un gran impacto.

Además, el aumento de la temperatura del océano superficial favorece que los huracanes puedan afectar a más zonas y también que estos puedan ser más intensos (de categoría 3 o superior).

  • Migraciones y extinción de especies

Muchos animales se verán obligados a migrar como consecuencia de las variaciones en los patrones climáticos conducidas por el aumento de la temperatura.

El ser humano también se verá afectado. Según el Banco Mundial, en 2050 hasta 140 millones de personas podrían verse obligadas a huir de sus tierras por sequías extremas o inundaciones.

  • Mayor desertificación

El calentamiento global junto con la escasez de lluvias en determinadas zonas favorecerá la desertificación de terrenos hasta ahora fértiles, convirtiéndolos en terrenos improductivos para la agricultura.

  • Efectos en la salud

El calentamiento global y el consecuente cambio climático también van a afectar a la salud principalmente mediante la escasez de alimentos (por la mayor desertificación) y la propagación de enfermedades.

Respuestas al calentamiento global

La principal forma de combatir el calentamiento global es mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello es necesaria la implicación de todo el planeta en su conjunto y de cada persona en particular. Algunas de las medidas para reducir las emisiones son:

  • Uso de energías renovables y limpias frente a las tradicionales más contaminantes.
  • Fomentar el uso del transporte público y de otros medios de transporte no contaminantes como la bicicleta o los coches eléctricos.
  • Reducir el consumo de carne y el desperdicio de alimentos.
  • Apostar por el reciclaje y la economía circular.
  • Consumir productos ecológicos, que no hayan sido tratados con pesticidas u otros fertilizantes.
  • Optimizar el consumo de energía y agua en el día a día en nuestros hogares.