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Ciclogénesis explosiva

¿Qué es una ciclogénesis?

Como su propio nombre indica, una ciclogénesis es la génesis (nacimiento) de un ciclón (llamado borrasca en latitudes extratropicales).

Por tanto, es un proceso de iniciación de una circulación ciclónica en los niveles bajos de la atmósfera. Los ciclones son sistemas de bajas presiones en los que el sentido de giro del viento a su alrededor es antihorario en el hemisferio norte y horario en el hemisferio sur.

Durante el proceso de ciclogénesis tiene lugar una caída, más o menos brusca, de la presión atmosférica, y éste puede darse en distintas escalas, desde la microescala hasta la escala sinóptica. De esta forma, existen diversos tipos de ciclogénesis: asociadas al frente polar u otros sistemas frontales, a sotavento de los sistemas montañosos, etc.

Todas las borrascas atlánticas que nos afectan se originan con un proceso de ciclogénesis, para posteriormente desarrollarse, mantenerse y terminar muriendo. Inicialmente están formadas por una estructura en forma de onda con sus distintos sistemas frontales (cálido, frío, ocluido), que se van amplificando paulatinamente y cerrándose sobre sí misma. Su mínimo de presión en superficie va disminuyendo durante la primera parte de su ciclo vital.

La ciclogénesis es el proceso opuesto a la ciclólisis; esto es, la disipación de un ciclón. El proceso de formación de un sistema de altas presiones (anticiclón) es la anticiclogénesis.

¿Cuándo se dice que una ciclogénesis es explosiva?

Cuando el proceso de formación o intensificación de un sistema de bajas presiones se produce de forma extraordinariamente rápida, hablamos de ciclogénesis explosiva.

En latitudes medias, cuando se convierten en borrascas muy violentas en cuestión de pocas horas, a este fenómeno también se le conoce con el nombre de “bomba meteorológica”.

Por su parte, en latitudes altas (por encima de 55°) se considera que una borrasca se ha formado de manera explosiva cuando la presión de su núcleo disminuye al menos 24 hPa en 24 horas. En latitudes inferiores este umbral se relaja a valores de 18-20 hPa en 24 horas.

Las ciclogénesis explosivas son relativamente frecuentes en los océanos Pacífico y Atlántico, especialmente en latitudes comprendidas entre los 55° y los 60°. Además, son mucho más habituales en los meses invernales, siendo muy raras durante el verano.

¿Cómo se forma una ciclogénesis explosiva?

Para que se produzca una ciclogénesis tiene que producirse un choque entre masas de aire muy distintas en cuanto a condiciones de humedad y temperatura. Además, para que el proceso de ciclogénesis sea explosivo se necesitan una serie de precursores dinámicos.

En latitudes medias, y en términos generales, para que la ciclogénesis sea explosiva deben coexistir en la forma y momento oportuno una borrasca en niveles bajos que interacciona positivamente con una onda en niveles altos (entre 500 y 300 hPa) y que se encuentra a una cierta distancia. El resultado es una rápida profundización o amplificación del sistema de bajas presiones en niveles inferiores.

La baja en superficie que se va a profundizar suele desarrollarse en una zona con un gradiente térmico entre aire frío y seco y uno más cálido y húmedo. Por su parte, el precursor de niveles altos suele ser una baja en altura o una vaguada. Otro factor que puede favorecer la formación de estas ciclogénesis explosivas es una la existencia de un máximo del chorro en altura (jet stream).

Por último, en algunas ocasiones los hundimientos de la tropopausa (que se dan en las ondas en altura) pueden llegar a permitir que entre en la troposfera aire más cálido y seco procedente de la estratosfera. El resultado es la presencia de una anomalía cálida de temperatura a 300 hPa (unos 9000 m) e incluso a 500 hPa (unos 5000 m). Estas anomalías cálidas pueden ser el factor desencadenante de las ciclogénesis explosivas.

¿Qué efectos producen?

La consecuencia más directa de las ciclogénesis explosivas son los fuertes vientos, con rachas máximas que fácilmente superan los 100 km/h e incluso los 150 km/h en las zonas más próximas al centro de bajas presiones en su trayectoria. La caída brusca de la presión implica un mayor gradiente bárico y, por tanto, mayor velocidad del viento.

Ciclogénesis explosiva
Fuente imagen: Pixabay

Otro factor para tener en cuenta es el fuerte oleaje que suelen ocasionar, dando lugar a duros temporales marítimos que pueden provocar destrozos en las zonas costeras.

Por último, suelen dejar lluvias intensas, aunque éstas no suelen ser problemáticas debido al habitual rápido paso de la borrasca explosiva.

¿Se pueden predecir?

Como todo fenómeno adverso y que se genera de manera muy rápida, las ciclogénesis explosivas son difíciles de predecir.

Hay que distinguir dos etapas en el proceso de predicción:

  • La predicción a días u horas vista: se deben buscar e identificar los precursores de la ciclogénesis tanto en niveles bajos (semilla del desarrollo explosivo) como en niveles altos (factor de disparo) en las distintas salidas de los principales modelos numéricos de predicción.
  • Vigilancia y seguimiento durante todo el ciclo de vida: se deben analizar continuamente las distintas imágenes de satélite (infrarroja -IR-, visible -VIS- y de vapor de agua -WV-) tratando de buscar las señales inequívocas de que la ciclogénesis explosiva se va a desarrollar o está teniendo lugar.

¿En qué se diferencian las ciclogénesis explosivas y los huracanes?

La primera diferencia reside en la latitud en la que aparecen. Las ciclogénesis explosivas se dan en ciclones (borrascas) de latitudes medias y extratropicales, mientras que los huracanes son ciclones que aparecen en las regiones intertropicales.

Además, los huracanes obtienen su energía de la elevada temperatura del agua del mar en esas latitudes y del calor latente liberado por la convección. Por el contrario, las ciclogénesis explosivas son consecuencia de la confrontación de masas de aire diferentes.

¿Son lo mismo que las galernas?

No. Las galernas son fenómenos locales (mesoescalares) que afectan a la costa cantábrica con relativa frecuencia.

Suelen estar asociadas al paso rápido (en cuestión de horas) de un frente frío que barre la costa cantábrica de oeste a este provocando un brusco cambio en las condiciones meteorológicas de la zona, con un cambio en la dirección del viento (de sur a norte) que implica un cambio abrupto de la presión, con una brusca caída de la temperatura y vientos muy intensos. Sus efectos adversos se limitan a las zonas costeras por donde pasan.

Por el contrario, las ciclogénesis explosivas son borrascas de dimensiones espacio-temporales mayores (escala sinóptica) y afectan a zonas más amplias.

Ciclogénesis explosiva
La galerna es un fenómeno muy común en la costa cantábrica. Fuente imagen: Pixabay

¿Pueden aparecer tornados en una ciclogénesis explosiva?

Los tornados suelen darse en nubes del tipo cumulonimbo, asociadas a procesos de convección, cuando se dan las condiciones adecuadas de viento en los distintos niveles, humedad y gradiente de temperatura.

Estas condiciones pueden aparecer en una ciclogénesis explosiva, al igual que pueden darse en otras borrascas, ciclones tropicales o tormentas locales. Por tanto, sí se pueden dar tornados en una ciclogénesis explosiva.

¿Cuál es la diferencia entre una ciclogénesis explosiva y una borrasca profunda?

Cuando una borrasca ha sufrido un proceso de formación o profundización explosivo, estamos ante una borrasca profunda en la gran mayoría de los casos. Es decir, el término explosivo ya lleva implícito el término profundo.

No obstante, pueden aparecer borrascas muy profundas (con presiones muy bajas en su núcleo) que no se hayan formado de manera explosiva, sino que han sufrido un proceso de profundización e intensificación paulatino y continuado.

Las ciclogénesis explosivas desencadenan fenómenos especialmente virulentos por la virulencia de su desarrollo. De ahí que se las preste una especial atención mediática.

¿Una ciclogénesis explosiva es una “tormenta perfecta”?

No. El nombre de “tormenta perfecta” surge a raíz de la película con el mismo nombre (del año 2000) en la que se narran los sucesos que vive un barco pesquero al verse envuelto en una potentísima ciclogénesis explosiva que se generó en octubre de 1991 al este de los EEUU y sobre el océano Atlántico.

No es un término que se use en meteorología.

Ejemplos de ciclogénesis explosivas en España

Aunque lo más habitual es que las ciclogénesis explosivas tengan lugar en latitudes superiores del Atlántico, en ocasiones estos procesos explosivos han tenido lugar en las cercanías de la Península Ibérica, provocando fortísimas rachas de viento, fuertes temporales marítimos (especialmente en la costa cantábrica y gallega) y numerosos destrozos. Aquí señalamos las más potentes de los últimos años, con los siguientes nombres:

  • Klaus (2009)

El ciclón extratropical Klaus afectó entre el 23 y el 25 de enero de 2009 especialmente al norte de España y el sur de Francia, ocasionando varios muertos y numerosos daños materiales.

La borrasca se desplazó de oeste a este por toda la costa gallega y cantábrica, dejando rachas de viento de hasta 200 km/h y olas monstruosas en todo el litoral cantábrico y atlántico francés (se registró una ola de 26 metros en una boya situada frente a Santander). La presión de su núcleo pasó de 1000 hPa a 968 hPa en 24 horas.

Se reportaron 12 víctimas mortales en España.

  • Xynthia (2010)

Entre los días 26 y 28 de febrero de 2010 España y Francia vivieron una de las mayores ciclogénesis explosivas de las últimas décadas.

El centro de la baja en superficie que sufrió la profundización se desplazó desde el oeste de Canarias hacia el oeste de la Península, la atravesó de suroeste a noreste y posteriormente afectó a Francia.

Las zonas más afectadas de nuestro país fueron el tercio norte y noroeste peninsular, las Islas Canarias y las zonas altas de montaña. En todas estas zonas se alcanzaron rachas de viento superiores a los 120 km/h (167 km/h en Cerezo de Arriba, Segovia).

Ciclogénesis explosiva
Imagen de Xynthia tomadas por el satélite Aqua de la NASA. Fuente imagen: NASA Earth Observatory

Xynthia dejó rachas de viento huracanadas, fuerte oleaje y lluvias en nuestro país. Además, como consecuencia del intenso viento del sur, se arrastró una masa de aire mucho más cálido, llegándose a alcanzar, por ejemplo, los 24,8°C en Ciudad Real el día 27.

España tuvo que lamentar la muerte de 3 personas a causa del fuerte temporal, además de numerosos daños materiales. En Francia el impacto fue aún mayor, con el fallecimiento de al menos 50 personas.

  • Fabien (2019)

La borrasca Fabien se desplazó zonalmente al norte de la Península Ibérica, hasta el Mar del Norte, en diciembre de 2019.

Al estar un poco más alejado de la Península que las dos borrascas anteriores, su impacto fue menor. Aun así, provocó la activación de avisos de nivel rojo en la costa cantábrica y atlántica gallega por fenómenos costeros y fuertes vientos. Durante este episodio se registraron rachas de viento de hasta 180 km/h.

Su paso no causó víctimas mortales, pero sí múltiples daños materiales.

  • Miguel (2019)

La importancia de esta ciclogénesis explosiva no radica tanto en su impacto como en la atipicidad en la época del año en la que tuvo lugar (junio de 2019).

Esta borrasca se profundizó súbitamente frente a las costas gallegas entre los días 5 y 6 de junio, y afectó a la Península Ibérica y al oeste de Francia. Entre el día 5 a las 12 UTC y el día 6 a las 12 UTC, la presión mínima descendió 22 hPa.

Consejos ante ciclogénesis explosivas

Como ya se ha mencionado, los mayores problemas de las ciclogénesis explosivas radican en los intensos vientos y el fuerte oleaje. Es frecuente que desde la Agencia Estatal de Meteorología se emitan avisos por vientos y por fenómenos costeros. Por ello, se recomienda lo siguiente:

  • Ante vientos intensos
  • En casa, asegura elementos como toldos, persianas o antenas, y retira las macetas.
  • En la calle, aléjate de casa viejas o en construcción.
  • No camines por parques o avenidas arboladas para evitar la caída de ramas.
  • Evita pasar por debajo de andamios ni cerca de postes de luz.
  • En el coche, reduce la velocidad. Las motos y camiones tienen riesgo de volcar.
  • Ante fuerte oleaje
  • No te sitúes en el extremo de muelles o espigones.
  • No te arriesgues a sacar fotografías o vídeos cerca de donde rompen las olas.
  • Evita la pesca en zonas de riesgo.
  • No circules con vehículos por carreteras cercanas a la línea de playa.
  • No te acerques al mar, aunque parezca que se calma de repente.
  • Si te caes al agua apártate de donde rompen las olas, pide auxilio y espera a que te rescaten.
  • Si intentas salir y eres arrastrado por el agua, intenta calmarte; nunca nades a contracorriente y déjate llevar. Por lo general, las corrientes pierden intensidad en otros tramos y es entonces cuando debes salir.
  • Si estás en tierra y ves que alguien ha caído al agua tírale un cabo un flotador o cualquier otro objeto en el que pueda agarrarse. Avisa inmediatamente al 112.

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